Capítulo 28- Loula.

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Louis y Paula se encontraban desayunando en un pequeño restaurante en el centro de Manchester. Se había levantado temprano para poder pasar más tiempo juntos.

Paula había estado pensando lo que Julie le había dicho. Ella sabía que lo que sentía por Louis era algo más que atracción sexual. La plática que había tenido con su hermana la había dejado pensando.

Tal vez ya era hora de que comenzara algo serio, pero ¿cómo comenzar algo serio cuando solo contaba con 23 años? Era muy temprano para sentar cabeza, pero Paula comenzaba a cansarse de tener sexo con hombres de los cuales no sabía sus nombres. Desde que era pequeña había querido encontrar al hombre indicado que la hiciera sentir completa.

Con Louis así se sentía: completa. En las tres semanas que había pasado con él había reído, disfrutado y hasta ligeros enojos juntos habían tenido.

Por las mañanas, cuando ella se despertaba temprano le gustaba admirar a Louis. Con sus dedos recorría sus delgadas cejas, sus pómulos, los labios rosáceos y jugar un poco con su castaño cabello. Jamás había creído que llegaría a querer a alguien tan rápido como lo hizo con él.

— ¿Louis? —lo llamó ella.

Él levantó la vista de su taza de café, en donde le había colocado un poco de sustituto de leche.

— ¿Uhm? —respondió Louis.

Algo dentro de Paula se volvió cálido. Se enterneció ante el gesto que Louis llevaba. Su ceño estaba fruncido, sus azules ojos se veían más claros debido a los rayos matutinos del sol y parecía más un niño pequeño que un hombre de 25 años.

— ¿Recuerdas qué te hablé sobre el trabajo de mis padres? —Dijo Paula apartando la calidez que había comenzado a sentir—. Y sobre los planes que ellos tienen para mí.

Louis tragó el caliente líquido que había en su boca para poder hablar. Aun tardó unos segundos más en comenzar a hablar.

—Sí. Tienen una empresa de comercio internacional y ellos se dedican a cerrar los más importantes tratos por todo el mundo —dijo Louis según le había explicado Paula días atrás—. Y ellos quieren que tú sigas sus pasos y viajes por el mundo haciendo lo que ellos hacen.

Paula se sorprendió que hubiera captado tan bien la idea.

Bueno, su padre también es empresario, por eso entendió todo a la perfección”, pensó ella.

— ¿Qué sucede, linda? —le preguntó él.

Dejó su taza en la mesa y tomó la mano de su chica por sobre la mesa. Entrecruzó sus dedos con los de ella y con su pulgar comenzó a trazar círculos en su palma.

Ahora la mirada de Louis ya no era de un pequeño niño, era de un psicólogo intentando descifrar que estaba sucediendo en la mente de la persona a la que estaba analizando.

—Hablé con Julie hace unos días —comenzó a decir Paula—. Y me hizo entrar en razón, me quité la venda que tenía y logré ver cosas que antes no había visto.

— ¿Cosas como qué?

—Cuando era pequeña, desde que tengo uso de razón, mis padres me dejaban en casa de Julie para ellos poder ir a cualquier parte del mundo a negociar con personas importantes; y ahora me doy cuenta, o más bien olvidé, que yo detestaba eso. Detestaba verlos solo unas cuantas semanas al año y ahora me estoy convirtiendo en algo que en algún momento de mi niñez prometí no ser.

— ¿Te refieres a que no quieres trabajar en lo mismo que tus padres, viajar por el mundo cerrando tratos importantes? —Louis comenzaba a entender el hilo por el que Paula iba.

Caso Parker || L.P ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora