Caso Parker || L.P ||

Capítulo 35- La pesadilla se volvió una realidad.

El ambiente era cálido. Sentía como su cuerpo estaba en armonía con todo a su alrededor. Con las aves, el pastizal y el viento que hacía volar su cabello.

—Juls, mira lo que hace Todd —dijo una voz cantarina a su espalda.

Dejó de ver el lago que se extendía frente a ella y se giró para ver qué era lo que Liam quería enseñarle.

Una sonrisa perló el rostro de Julie al ver como su hijo dominaba el balón de futbol con una excelencia digna de un jugador profesional. Todd, de solo 5 años, era un total aficionado al futbol. Y bueno, su padre y tíos no se quedaban atrás.

— ¡Mira mamá! —gritó el pequeño mientras golpeaba el balón con la cabeza.

—Lo haces muy bien, cariño —dijo ella con tono maternal.

Se colocó de pie y caminó hasta donde Liam se encontraba. Se miraron los dos por una fracción de segundo antes de que juntaran sus labios en un pequeño beso.

Liam la tomó por la cintura y la acercó más a él. Veía con una gran sonrisa la habilidad que su hijo tenía al jugar con el balón.

—Creo que ya no tendremos que preocuparnos por la Universidad —le dijo Liam.

— ¿Por qué dices eso?

Julie no sabía a qué venía tal comentario. Ella y Dereck se hacían cargo de la empresa que su padre había dejado tiempo atrás. Tenían tanto dinero que podían darse el lujo de vivir en la mejor zona de la ciudad y gastarlo en excentricidades, pero habían preferido llevar una vida simple.

—Todd recibirá una beca por el futbol —se giró hacia ella y le sonrió—. Sé que tenemos dinero para la Universidad, pero… ¿no crees que sería increíble que nuestro hijo recibiera una beca por su talento?

La sonrisa de ella se ensanchó más y acercó su rostro al de su amado. Entreabrió los labios y lo besó con ternura. Tuvieron que separarse al escuchar el sonoro disgusto de su hijo.

— ¡Consigan una habitación! —gritó antes de colocarse una mano sobre los labios.

—Muy bien hombrecito, es hora de que nos lavemos las manos para poder almorzar —dijo Julie cambiando la situación.

Lo tomó por uno de los hombros y lo llevó hasta la orilla del lago para lavarle las manos. Se inclinaron ambos.

Todd parecía más empeñado en entrar por completo al agua fría para bañarse, Julie lo evitaba intentando apartarlo del bordo.

—Solo deja que juegue unos segundos más, ¿sí? —le imploró a Julie.

—Solo unos segundos —le sonrió.

Julie se colocó de pie y se abrazó a sí misma por el gélido aire que había en aquel pastizal. Se giró un poco y vio al amor de su vida recargado en el árbol contiguo al auto.  Se sonrieron como recién enamorados por varios segundos, con aquella sonrisa boba que revela lo loco que estás por aquella persona.

Pero todo cambió para Julie en un parpadeo.

Liam pasó de estar cómodamente recargado a colocarse en posición de firmes con los músculos tensos. La sonrisa se había eliminado de su rostro y un gesto de dolor que había apoderado de él.

— ¿Liam? —dijo Julie en un susurro.

Bajó la vista hasta el torso de él y su mundo se derrumbó. A mitad del torso había un filoso cuchillo atravesando a Liam. Por la boca de él comenzó a salir sangre a borbotones.