Capítulo 29- Los últimos momentos de Julie.

1K 56 2
                                    

Ya habían pasado más de quince minutos y Louis todavía no aparecía en el apartamento. Julie comenzaba a estresarse ya que pensaba que si no llegaba Louis pronto todas las imágenes que había logrado recordar se volverían a ir.

Poco después de que aquel hombre se fuera, Julie se sentó a ver televisión, pero de nada le había servido. Fue por eso que mejor se puso a recordar y a rememorar todo lo que sabía sobre su caso.

Ya sabía lo que había pasado poco antes de que la secuestraran, lo que había sucedido mientras la secuestraban y Niall le había contado como Liam y Harry habían trabajado incansablemente para poder hallar su cuerpo –al borde de la muerte- en un cementerio en Manchester.

¿Por qué no recuerdo nada?”, había pensado ella.

Fragmentos de esas dos semanas llegaron a su mente de la forma tal vez más inesperada posible. Había estado tomando un vaso de agua cuando, en un arranque de ira, lo había lanzado contra el suelo. El vaso se estrelló y fue ahí cuando varios fragmentos llegaron a su mente.

Un hombre tira un vaso de plástico a un suelo de concreto. Él parece realmente furioso por algo que había escuchado.

En un rincón, donde parece que es el único lugar en donde da el sol en la habitación, hay una joven de no más de 25 años arrinconada. Su cabello es pelirrojo, sus ojos parecen apagados y no deja de temblar del miedo.

Parece que aquella habitación forma parte del sótano de una casa, pero no se escuchan carros o algún ruido de ciudad.

El timbre del apartamento apartó de la mente de Julie un fragmento de recuerdo. Había obtenido unos cuantos más, pero su mente estaba recia a colaborar con ella y no quería darle de golpe toda la información o detalles de aquellos recuerdos.

— ¿Quién es? —preguntó antes de abrir la puerta.

— ¡Soy Louis! —gritó una chillona pero masculina voz al otro lado de la puerta.

Pronto una oleada de alivio la recorrió de pies a cabeza. Ya no tenía que preocuparse por mantener los recuerdos frescos para poder contárselos.

Abrió la puerta y encontró a Louis usando bermudas y una camisa sin mangas. Su cabello estaba más largo de lo usual (y sin peinar), su barba estaba un poco más larga y su aspecto desaliñado le indicó a Julie que tal vez su mensaje había sido inoportuno.

— ¿Es tu día libre? —preguntó ella un poco apenada.

— ¿Tú qué crees? —dijo dando una vuelta. Le dedicó una media sonrisa a Julie antes de continuar—. No te preocupes, creo que Paula entiende que esto de ser psicólogo para el gobierno no tiene a veces un horario fijo.

— ¡¿Estabas con Paula?!

Cada vez más Julie sentía que su rostro se tornaba rojizo. Primero había irrumpido en su día libre y ahora había detenido un romántico momento entre su hermana y Louis.

—Julie… ¿nos vamos a quedar aquí de por vida o vamos a hacer que ese mensaje valga la pena? —Louis colocó sus manos como jarras a cada lado de su cintura, una pose para nada masculina.

Ella, aun apenada, se disculpó y dejó entrar a Louis al pequeño apartamento. Le obsequió una soda enlatada y se sentó a un lado de él en el sofá.

— ¿Y bien? —Preguntó Louis—. ¿Qué recuerdas?

Pasaron varios segundos en donde el silencio reinaba. Julie intentaba acomodar sus pensamientos para poder explicarle a Louis lo que había recordado minutos atrás.

—Yo… es solo un borrón lo que tengo —comenzó a decir con un poco de titubeo—. Son cosas a azar.

— ¿Me puedes dar un ejemplo de ese borrón de pensamientos?

Caso Parker || L.P ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora