Capítulo 7

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Anguelique se encontraba en el suelo,  llorando sin poder levantarse por el temblor de sus pierna.

—Perdóname, dios perdóname, yo no quise hacer eso, cuanto lo siento —Ella nunca pensó en amenazar a una persona con matarla, pero ¿Que podía hacer?  Si no hacía eso,  ellas  la molestarían y no podría seguir viviendo ahí. Se levantó y decidió seguir. No podía retroceder. No, si quería sobrevivir en ese ambiente.

Dos semanas pasaron y las chicas que la molestaron ya no se habían vuelto a acercar a ella, el trabajo era bueno, no era muy cansador y la señora la trataba bien, se  sentía cómoda y tranquila trabajando ahí, lo único malo era que cada día tenia que volver a ese lugar, donde se escuchaba gritos toda la noche y ella tenía miedo que alguien se metiera a su habitación y le causará aun mas daño, eso no la dejaba dormir. Así que por la mañana se sentía muy cansada.

Ya eran las nueve de la noche, se la paso arreglando y acomodando  los libros que los clientes no dejaban en sus lugares  y el tiempo se le fue volando y lo peor era que era algo peligroso ese lugar a esa hora,  camino a paso rápido mirando siempre su destino.  hasta que reconoció a las dos mujeres que de hace dos semanas. Un hombre las acompaña, pero ella decide ignorarlos y mostraste tranquila. Sigue caminando y pasa lo más rápido que puede para que no la notarán, pero antes de que pueda pasarlas por completo, una de ellas se pone delante interponiendose  en su camino.

—Hola linda, veo que aún tienes mi bolso —Dijo la mujer acercándose a Anguelique,  provocando que ella retrocediera instintivamente —Gracias por guardarmelo—Trato de arrebatarselo pero Anguelique no la dejo, la mujer la miró con una sonrisa y señaló al hombre —El es un amigo, y no le gusto lo que nos hiciste la anterior vez. Así que vino a ver quien había golpeado a sus amigas —El hombre se acercó y la tomó del brazo acercándola de un tirón a el.

—Estas... —La miro de pies a cabeza —Muuuy bien. ¿Quieres jugar conmigo? Te prometo tratarte bien — Anguelique sintió  asco al ver su forma de verla —Voy a divertirme muy bien con tigo,  te vez... Si.  creo que voy a disfrutar mucho contigo—  relamio sus  labios y quiso jalarla y cercala más a el.

Anguelique trato de soltarse tirando de su mano.  Pero el la agarró con más fuerza. La agarró con tal fuerza que pensó que le rompería el brazo por cómo se la apretaba. El hombre levanto una de sus manos y empezó a cariciar su brazo y ella con movimientos suaves que Anguelique no soporto. Se llenó de furia, coraje y asco. No lo soporto más y le dio una patada con mucha fuerza en la pierna y este cayo al piso sobre una de sus rodillas, pero este se volvió a parar a pesar del dolor y le tiro un golpe con el puño cerrado en el rostro a Anguelique, la cual cayo al piso por la fuerza con la que le dio el golpe. La caída fue tan fuerte que  hizo que golpeara el piso con mucha fuerza, tanta que por un momento sintió que la cabeza le daba vueltas. No conforme con eso. El hombre la levanto y la tomó del cuello apretado fuerte. Anguelique estaba a punto de perder el conocimiento. Pero sabía bien que si lo perdía, sería su fin. Reunió la poca fuerza que le quedaba y le tiro otra patada en la entrepierna a su agresor. Lo cual hizo que este la soltar y cayera de rodillas al piso. no perdió  tiempo y le dio otra patada en la boca del estómago dejándolo sin aire,  el hombre cayo al piso por completo lleno de dolor. Anguelique se sentía mareada pero tenía que salir de ahí,  miró a las dos tipas y ellas la vieron con temor.  se acercó a la que tenia su bolso y se lo arrebato de un jalon para después empujarla haciendo que cayera al piso.

Camino hasta el hostal, mareada y débil,  entro a su habitación con mucha dificultad,  pero solo cerrar la puerta se desplomó en el piso cayendo desmayada.

~☆~

Edward continuamente se sentía irritado, ya nada lo hacía cambiar de humor. Trataba de concentrarse en el trabajo pero su ausencia era demasiado fuerte. La recordaba en todo momento. Aunque el no quisiera recordar lo hacia. Se sentía vacío, sólo. No quería llegar a casa y ver que no estaba. Todo en su casa, todo. la recordaba, No deseaba quedarse en casa, así que se propuso quedarse más tiempo en el trabajo,  se cargaba de trabajo hasta mas no poder para no pensar. Para no sentirse traicionado y poder al fin olvidar.

EL SABOR DE LA TRAICIÓN (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora