Capítulo 10

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Paso una semana después del hospital, Anguelique ya estaba bien, había recuperado peso y su salud mejoro aunque aún le quedaba machas en la cara, pero estos ya no dolían, preparaba las tres comidas del día para Edward, pero nunca comía con el, servía la comida y se retiraba a su habitación.

Edward insistía que comiera en la mesa pero siempre lo rechazaba. Era duro, la situación en la que vivían era tensa, cada vez que Edward intentaba acercarse ella se cerraba y lo evitaba.

Eran las seis de la tarde y Edward ya había llegado a casa, quería ver a Anguelique antes de que pudiera encerrarse en su cuarto, al llegar vio que la comida ya estaba echa pero no la encontró en la cocina, se dirigió a la sala y ahí estaba, dormida en el sofá, se veía frágil y delicada, jamás la vio de ese modo. se acercó a ella lo más que pudo, se arrodilló y la observó, su rostro era perfecto, era hermosa como nadie. Poseía una belleza pura como ninguna, deseaba tocarla ¿A que sabían sus labios? Se preguntaba acercándose cada vez más a su rostro, deseaba besar sus labios, pero ella empezó a fruncir su ceño, apretaba el sofá con las manos y empezó a murmurar palabras que no se entendían bien.

-Y-a nn-oo, por-Favor- Empezó a sollozar
-mm-aa-ma por Favor... - Verla de ese modo, siendo atormentada por una pesadilla, le dolía.

Anguelique abrió lo ojos y al ver a alguien cerca de ella no dudo y se alejo de Edward, lo miraba con horror, recordó los días en la cárcel dónde no podía dormir tranquila por temor a ser atacada.

-Anguelique -La llamó levantando una mano -No debes dormir aquí pescaras un resfri... -No lo dejo terminar.

-¡¡NO!! ¡Aléjate no me toques! -Trato de alejarse de Edward pero este la tomó de los hombros, Anguelique empezó a moverse tratando de huir.

-Anguelique, ¡Anguelique! ¡¡Soy yo!! Edward -Lo miro con los ojos llenos de lágrimas y por fin lo reconoció, no pudo más, los recuerdos siempre la atormentaban. Pero verlo ahí junto a ella  la lleno de paz. Se lanzó a abrazarlo y a llorar en su pecho, Edward sintió todo su cuerpo tenso ante su tacto, pero no la alejo y correspondió el abrazo.

Despues de unos minutos. Ya tranquila Anguelique se dio cuenta de lo que había echo y rápidamente se alejo de Edward. No entendía lo que pasaba.

-Lo...lo siento- Al darse cuenta de sus actos Anguelique se sintió avergonzada, se levantó y salio corriendo de ahí.

Edward corrió tras ella y antes de que pudiera encerrarse en su habitación la tomó de los brazos e hizo que volteara.

-¿Que fue eso? -Le pregunto a pero ella no contesto -¿No vas a responder? -Dijo tratando de hacer que lo viera a la cara.

-No fue nada, solo déjeme ir- trato de zafarse de su agarre pero el no la dejaba.

-No -No pensaba dejarla ir. La miro directamente a los ojos y estos se conectaron y se perdieron en la mirada del otro, Edward no podía dejar de verla, su mirada se desvío a sus labios, verla de esa forma tan vulnerable lo hizo desear envolverla en sus brazos y protegerla, trago con dificultad. Como deseaba besarla, pero no podía permitirse hacer eso, recobró la cordura, la alejo y salio de ahí.

Anguelique no sabia que hacer, esa conexión la dejo aturdida, se adentro a la habitación y se metió a la cama, el recuerdo de esa conexión no la dejo dormir, sentía mucho más fuertes los sentimientos que tenía por Edward.

Edward se sentía ansioso, quería tenerla, la deseaba pero no quería aceptarlo.

A la mañana siguiente se fue sin desayunar, no soportaría verla, tuvo que darse un baño de agua fría para calmar los deseos que sentía, después de esa conexión que habían tenido, todo parecía cambiar.

EL SABOR DE LA TRAICIÓN (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora