Capítulo 38

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¿Como debía reaccionar a todo lo que Aurora le había contado?

Anguelique no sabía que pensar.  Sus ideas estaban tan enredadas que no sabía como organizarlas. Se levantó con intención de ir a la cocina por un vaso de agua. Lo necesitaba para despejar su mente,  pero antes de que pudiera dar un paso fuera de la habitacion. Edward entró sin llamar.

-¿Estas bien? Aurora dijo que tenía que contarte algo. Que era muy importante y que debía ser en privado -Edward no podía evitar sentir miedo.

¿Que era tan privado que no podía escucharlo? El era el padre del bebé y en lo que respecta a eso. El tiene el mismo derecho a escuchar fuera lo que fuera.

Anguelique no respondió, se quedó viéndolo como si tuviera un tercer ojo.

-Lin. . .  Anguelique ¿Que pasó? No te ves bien -Estuvo a punto de llamarla Linda como lo hacia antes, pero se tragó la palabra al ver como Anguelique fruncia el ceño.

-No es nada, sólo algo que no tiene que ver contigo -Respondió fría.

Edward apretó los dientes con fuerza. Enojado, furico por el comentario frío de la mujer que amaba. Estaba claro que se lo merecía, pero no podía aguantarlo.

Su estado, el bebé y ella misma tenían todo que ver con el. Nada ni nadie diría lo contrario. Ni siquiera ella.

-Todo lo que tenga que ver contigo y con mi hijo. Me concierne, espero que te hagas a la idea y que dejes de hacer pataletas -Respondió molesto. Estaba claro que las cosas no irían bien por el comportamiento de ambos.

Anguelique pretendía ser un cubo de hielo y no dejar que el volviera a meterse bajo su piel. Y mucho menos dejarse llevar otra vez. Lo cual no le agradaba a Edward. 

El tenía toda la intención de ser amable y caluroso con ella. Quería mostrarle que quería su perdón. Pero al escucharla hablar de forma tan fría casi lo hacia salir de sus cabales. Estaba claro que el camino que iba a recorrer para llegar a ella. Era uno que estaba lleno de pendientes y barrancos con los que debía tener cuidado o sino caería y no podría volver a subirlos. 

-Tal vez tengas que ver con todo respecto al bebé. Pero no conmigo, tu y yo ya no... -Sus palabras se vieron interrumpidas por la rápida reacción de Edwrad para acercarse a ella en dos zancadas y agarrar su rostro entres sus manos. La tenía bien sujeta. Sus frentes estaban pegadas y la respiración de ambos incrementan de velocidad.

Edward no queria seguir peleando. No quería escuchar más sus palabras hirientes. Cada palabra con odio surgida hacia el. Empezaba a pudrirlo por dentro.

-Ya no más. Por favor. No quiero seguir peleando. Te dije que lucharía por ti y no quiero luchar contra ti para recuperrate. Esta claro que quieres luchar con lo que sientes. Por que estoy seguro que sigues sintiendo lo mismo que yo siento por ti. Me amas al igual que yo te amo. Así que no te hagas más daño diciendo esas palabras. Porque se que no son verdad.

-¿Me amas, en serio me amas? -Preguntó molesta -No. Tu no me amas -Afirmó como si estuviera segura de eso.

-¿Que? Cuantas veces debo decirlo. Yo..
 
-No. La persona que ama confía y tu no lo hiciste. Creiste en otras personas antes que a mi. Creiste en unos papeles que decían que yo era culpable y ni siquiera me diste el beneficio de la duda. Una persona que ama no duda tan fácilmente de ti -Era verdad, todo lo que decia era verdad.

-Lo se. Lo se y no sabes cuanto me arrepiento, pero en ese momento me sentí traicionado, te vi en esas fotos firmando eso papeles. Y me creí engañado. La mujer que amaba estaba haciendo lo mismo que le hicieron a mi hermano y por lo cual se mató. Me sentía lleno de rabia. Yo que dije que nunca caería por una mujer lo había echo, tenía pensado pedirte que seas mi esposa y vivir juntos por los putos días que me quedaban de vida. Pero me llegó eso. Con pruebas que no podía saber que eran mentira. Eran lo suficiente mente reales para dar por echo que tu habías echo todo lo que decían. Me sentía dolido. Traicionado, quería que tu sintieras lo mismo. Si yo me podría por dentro por amarte. Tu te podririas en la cárcel por traicionarme. No pensé en nada. Quería dañarte porque yo estaba muriendo por dentro. Pense en quitarme la vida después de arruinar la tuya. Tal vez lo iba a ser ya que sin ti y tu traición latente en mi. Estaba casi muerto. Pero después escuché que tu moriste. En cárcel. Por mi. Por un momento creí que ya había muerto. Me sentía vacío. Nada en el mundo tenía sentido si tu no estabas. Sino habitabas en el. Crei que esa era la señal para que yo tambien dejará este maldito mundo. Pero cuando llegue al hospital y me dijeron que aun estabas con vida. Me sentí lleno de vida una vez más, pensé en la posibilidad de retirar los cargos y perdonar todo lo que habías echo, porque te amaba y aún quería vivir contigo. Pero Edwin vino a mi, me restrego las pruebas de tu inocencia en la cara. Esa era la segunda vez que quise morir. Decidí que nunca me enamoraria por temor a ser dañado, pero nunca imaginé que yo sería el que dañara a la mujer que amaba. Salí del hospital en busca de venganza. Quería matar a todos quienes me habían echo cometer ese error. Incluido yo. Por no haberte pedido siquiera una explicación o haber dejado que te defendieras. Y cuando al fin pude pensar con claridad, volví creyendo que lo primero era conseguir tu perdón. Pero tu ya te habías ido. Jamás pense que una persona podía morir más de una vez. Pero yo me sentí de esa forma al no saber donde estabas. Te busque, hice que te buscarán. Pero no te encontré, te había perdido y no lo podía soportar. Me encerre buscando pudrirme yo sólo. Tal vez morir de una vez Por todas. Pero no podía rendirme, no lo quería. Con mucho esfuerzo logre salir adelante. Visitaba a un psicólogo, mi padre dijo que me ayudaría. No se si lo hizo. Tal vez si, no lo se. Seguí buscando pero nadie daba señales de ti. Trabaje sin descanso para no pensar, agradesco haber ido a ese viaje en el que te encontré. Cuando te vi, casi sentí que al fin podía respirar. Mi vida cobraba color sólo de verte. No podía perderte, sin ti... ya no puedo seguir... Anguelique por favor no me alejes de ti. -Jamás en su vida pensó rogar por absolutamente nada. Pero en ese momento sólo quería arrodillarse frente a ella y rogar que lo perdonará.

EL SABOR DE LA TRAICIÓN (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora