Capítulo 24

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Edward abrazaba a Anguelique. Tratando de tranquilizarla. Al parecer su mujer no eran tan fuerte como la veía. Era delicada y su cuerpo aún temblaba.

-¿Estas bien? -Preguntó preocupado. Anguelique alzó la vista y al verlo ahí junto a ella se sintió mucho mejor.

-Si. Pero tuve miedo al verlo sobre mi. Lo único que pude hacer fue levantar mi rodilla tan fuerte como pude -Dijo y volvió a poner su cabeza contra el pecho de Edward.

-Al parecer mi muñeca puede defenderse -Soltó Edward orgullos. Estaba seguro que ella podía enfrentarse a algo como eso. Pero la idea de que ella se viera envuelta en situaciones como esa no le agradaba para nada. No la quería ver en un situación similar nunca más.

Anguelique al recibir ese apodo cariñoso se abrazo aun más a el. Se sentía tan bien estar entre sus brazos.

-Creo que es mejor que te quedes. No quiero que salgas y algo como esto vuelva a suceder -Eso no. Podía dejarla ir sola.

-Esta bien y puedo ayudarte -Dijo con inocencia.

Edward pensó un momento en sus palabras.  Vio los papeles que tenía acomulado en una de sus gavetas y que no pudo revisar.

-Tengo una idea -Dijo y se acercó al gavetero. Saco un montón de papeles que estaban desordenados y hasta doblados. Los puso en la mesa y vio Anguelique -Puedes ayudarme con esto -Dijo. Ella de inmediato vio el montón de papeles.

-¿Que son? -Preguntó al ver la sonrisa de Edward.

-Son proyectos, mi equipo me los entregó la semana pasada pero no tuve tiempo de revisarlos. Así que tu lo haras por mi -Concluyó sonriente.

-¿Me estas tomando el pelo? -Preguntó Anguelique claramente confundida.

-¿Que? Claro que no -Dijo Edward soltando una carcajada. La observó y era claro que ella pensaba eso. -Mira, estos son proyectos en borrador. Mi equipo los realizó  y me los mando para que yo les diera el visto bueno. En cada uno detalla el producto, el formato de publicidad, a que publicó va dirigidos y... bueno muchas cosas mas. Las cuales estoy seguro que tu podrás dar un visto bueno o malo. -Anguelique no estaba segura de eso.

-Estas seguro que yo puedo hacer algo como eso -Preguntó convecida  de que no podría.

-Lo estoy. Este tipo de proyectos van dirigidos al público y tu eres parte de el ¿Verdad? -Dijo y ella sintió aún no muy convencida. -Es por eso que te lo encargo -Terminó y puso una silla al lado de los papeles.

Anguelique aún dudosa se acercó y tomo asiento. Era parte del público. Pero ella no veía mucha televisión. Cuando vivía con sus padres no tenía tiempo para eso y menos cuando se encontraba su padre en casa. Después en la cárcel. Aunque había una televisión en el patio ella nunca disfruto de esta. Pues estaba más pendiente de mantenerse segura. Y ahora. No le interesaba. Pero si podía ayudar a Edward lo haría.

-Preguntame si no entiendes algo -Anguelique asintio y empezó a revisar lo papeles.

No entendía muy bien, per había imágenes y detalles del anuncio, asi que empezó a leer más detenidamente y a poner con un lápiz lo que no le gustaba o no se entendía.

Edward al verla tan concentrada se relajó. Y con una sonrisa, igual se puso a trabajar.

Quien diría que estuviera a gusto por quedarse a trabajar hasta tarde.

Edward terminó con el trabajo acomulado y echo un suspiro cansado, vio a Anguelique que no dejaba de leer y apuntar una que otra cosas en los papeles. La mitad de la Torre de papel ya no estaba y ella lo tenía bien acomodado a un costado. Se apoyó en el escritorio y la vio más a detalle. Se veía consentrada. Pero igual de hermosa. No podía despegar la vista. Hasta que ella levantó la mirada y estas chocaron. Edward le sonrió cariñosa y se levantó. Se agachó a su altura y depósito un pequeño beso en sus labios.

EL SABOR DE LA TRAICIÓN (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora