Capítulo 8

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Edward vio al doctor que tenia la información y no lo reconoció. El conocía al personal médico en ese hospital. Pero no reconocía al doctor que tenía en frente. Este miraba los papeles que llevaba en  manos detenidamente. De pronto edte levantó la vista y enfocó a Edward.

-Mucho gusto, soy el médico a cargo de la paciente Anguelique Lourren. David Laredo -Extendió su mano en señal de saludo.

A Edward no le importaba eso. El solo queria saber como estaba Anguelique. nervioso tomo la mano del doctor esperando que soltara ya la información que tenía, estaba casi desesperado por saber su estado.

No se imagino encontrarla en ese lugar. Pero agradecía haberlo echo. ¿Como fue que acabo así? Jamás se imaginó verla muerta de miedo y menos frente a su padre. El cual supuestamente trato de matar. Y aunque no lo deseará. Parecia que estuvo equivocado. Todo empezaba a tomar forma. Y si las cosas habían sido diferentes a la que se leía en su historial. El estaba completamente equivocado.

¿Como haría para reparar su error?

El doctor al verlo nervioso sintió desconfianza. ¿Quien era esa hombre? Ver su vestimenta y compararla con la de la muchacha que había atendido. Le decía que ellos no podían ser familiares. Por un momento ignoró sus sospechas y decidió informarle acerca de la muchacha. Ya cuando ella despertara le preguntaría si tenía algo que ver con el. De no ser así, llamaría a la Policía de inmediato.

-Al parecer la paciente sufrió un asalto o es lo que pensamos al ver sus heridas. Tiene un golpe en el ojo izquierdo y una herida de dos centímetros en la frente superior derecha. Al parecer ella misma trato de curar las heridas sin mucho efecto. La herida en la frente estaba sucia y para mañana estaría ya infectada. También presenta marcas en el brazo derecho. Aunque sólo son superficiales. Tuvo que ser agarrada con bastante fuerza para causar los ematomas. Pero se encuentra bien. Ahora mismo duerme. Parece un poco desnutridos y tiene fatiga severa. Así que debe quedarse aquí hasta mañana. No hay mucho que hacer, pero le servirá el descanso. Y ya mañana podremos darle el alta. -Edward no podía dar crédito a lo que oía.

¿Como se había echo todas esas heridas? ¿Quien se las hizo? ¿Porque no fue a la policía o a un hospital?

No tendria repuestas hasta que la viera. Y en ese momento solo queria verla. Ver que estuviera bien y a salvo.

-Quisiera verla -No preguntaba, demandaba verla.

El doctor lo vio dudoso. Pero asintió.

-Esta en la habitación 202, en el segundo piso. -Edward asintio y antes de dar un paso. El doctor lo detuvo. -Necesita descansar... no se como soporto el dolor, ese golpe debió ser lo suficientemente fuerte para provocar un dolor intenso y agudo, muchos se quedarían en cama por lo menos dos días. Además que esta desnutrida, si sigue así puede ser muy malo para su salud, debe alimentarse adecuadamente, descansar, tomar sus pastillas y sobre todo estar tranquila -Edward asintio y se dirigió al asensor.

Mientras caminaba hacia la habitación, pensaba no ser capas de verla a los ojos. No  sabia como tomar todo lo que había oído, ¿Fue asaltada? el lugar en el que la vio nunca lo había visitado. Pero sabía bien lo que ahí ocurría. Delincuencia, robos, violaciones. No. No quería pensar más. Pensar en ella en una situación similar hacia que un nudo de terror y rabia surgiera en el.

Entro a la habitación despues de pensarlo mucho y con cuidado de no hacer bastante ruido, cerró la puerta y se acercó a ella. La imagen se le hacía conocida sólo que está vez. Anguelique tenía un ojo marcado de un morado oscuro y una venda en la frente.  Estaba muy pálida lo que hacia que los golpes fueran más visibles. No podía despegar la vista de su rostro, su hermoso rostro marcado de esa forma. Cuanto hubiera querido estar ahí para defenderla. 

EL SABOR DE LA TRAICIÓN (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora