Como todas las mañanas Angueliqie siempre se levantaba a las seis de la mañana para tener el desayuno listo. Pero esa mañana no era como las demás, se sentía ligeramente pesada, como si hubiera aumentado de golpe diez kilos y no sólo eso, en cuanto quiso moverse no pudo... abrió los ojos y se los froto para aclarar su vista y al ver quien estaba a su lado casi pega un grito pero se contuvo. El calor rápidamente recorrió su cuerpo y llegó a sus mejillas. ¿Por que estaba el en las misma cama con ella? ¿Que fue lo que pasó, como es que llegó ahí? Recorrió la habitación con la mirada y vio que no reconocía nada.La noche anterior.
Eso era, la noche anterior Edward y ella estaban viendo una película y después... oh Dios. Después ellos... No. No quería recordar más o moriría de la vergüenza.
¿Se quedó dormida? Si. Eso tenía que haber pasado. Sólo recordaba estar acostada en el pecho de el y después nada.
El debió cargarla y ponerla donde estaba ahora. Con el. Dios... estaba en la misma cama con el.No podía ser ahí, tenía que alejarse y tal vez poner uno o dos metros de distancia. Pero... tenerlo así de cerca y sentir su calor de alguna manera era... un sueño, el estaba ahí abrazandola contra su pecho y ella no podía sentirse mejor por ello.
Le había dicho lo que sentía la noche anterior y el le había respondido de la forma más maravillosa. Aún no podía creer que el fuera su novio. Desde que lo conoció no hizo más que pensar en el como alguien inalcanzable. Y tenerlo pegado a ella era de no creer. Lo amaba y estaba segura de ello y aunque le daba miedo sentir ese sentimiento tan fuerte, estaba dispuesta a enfrentarlo y mostrarse tal y como es.
Después de solo verlo por varios minutos, quiso tocar su rostro. Acariciar sus facciones como el había echo alguna vez. Levanto su mano libre y delineo su rostro. Sólo era un toque suave que le permitía sentir y detallar su rostro. ¿Como fue que el se enamoró de ella? Ella era simple y nunca había tomado mucha atencion a su apariencia y que el la viera hermosa era algo que le subía la moral y hacia desaparecer todas sus inseguridades y no podía estar más feliz por eso.
-Te gusta lo que tocas -La sonrisa que tenía en el rostro de inmediato desapareció al escucharlo.
Al parecer Edward estaba despierto y fingió estar dormido mientras ella lo tocaba sin restricciones.
-Yo... -
-¿Puedo hacer yo lo que hiciste? -Preguntó ahora girandose y atrayendola más a el.
Anguelique lo veía como un animal acorralado. La mirada que el le dedicaba era como el de un depredador a punto de devorar a su presa. La hacia sentir vulnerable y muy pequeña.
-¿Sabes que lo que hiciste esta a punto de hacerme perder el control? A penas y pude controlarme ayer. Pero sentir tu toque creo que terminó con mi cordura -¿Por que le decía eso? ¿Acaso le molesto que ella lo tocará?
-Lo siento, no quise molestarte. No pensé e... -
-Si. Estoy seguro que no pensaste que tu toque acabaria con mi control. Por eso voy a mostrarte lo que pasa cuando lo pierdo -Edward perdió el control tal como se lo dijo a Anguelique. Junto sus labios con los de ella con tanta intensidad que Anguelique a penas y se dio cuenta de su arrebato.
Edward no estaba siendo cauteloso, estaba mostrando lo que quería y deseaba de ella. Sentir que lo acariciaba mientras el aún dormía fue revelador. Ella lo quería al igual que el y lo demostró con sus caricias. Que se sintieron tan cálidas y suaves que pensó que estaba soñando, pero abrir los ojos y verla sonrojarse por lo que hizo lo desquicio. Y ahora no podía controlar sus impulsos. Quería que ella fuera suya. De todas las formas que existieran.
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EL SABOR DE LA TRAICIÓN (COMPLETA)
RomanceAngelique es una muchacha que por azares del destino, descubre de la peor forma que la traición puede llegar de las personas menos pensadas. Pero que al enamorarse vuelve a confiar. ¿Podrá el amor vencer a la traición? Esta es una historia de roman...