Nestor y Martha los buscaron en cuanto desaparecieron, pero pararon de buscar en cuanto los vieron entrar al salón. Se veían extraños, cada uno venia mirando a otro lado menos entre ellos.Al llegar hasta ellos podían ver que el ambiente entre ellos era tenso, no se miraban y Edward no la tenia bien sujeta a el como lo había echo prácticamente toda la noche.
—¿Pasa algo? —Pregunto. Edward negó con la cabeza. Insinuando que no paso nada —¿Que le hiciste? —Dijo al ver que ninguno de los dos respondía y que trataban de no mirarse entre sí. Pero para ella, sólo Edward sería el causante de su comportamiento. Más le valía no haber echo nada, como estar con otra mujer, que sino. Martha lo pondría en su lugar.
Edward miro a su madre y negó incrédulo.
—Mamá, no pasa nada, solo queremos regresar a casa y descansar —Dijo Edward y una vez más. Reuniendo mucho coraje tomo a Anguelique de la cintura y la llevo hacia la salida, despidiéndose de sus padres y de varias personas rápidamente.
Subieron al auto y cada quien se concentró en ver por la ventana que tenían al lado, el ambiente era tenso y ninguno de los dos podía pronunciar palabra.
¿Que fue lo que paso?
¿Que fue aquello que sintieron al estar en pleno contacto con el otro?
En unos minutos más llegaron a la casa de Edward. Anguelique solo quería entrar a su habitación, tratar de dormir y olvidar lo que Edward le hizo sentir, sabia de antemano que el le gustaba pero en ese momento no sabia que era exactamente que era eso que sentía.
Edward tenia los brazos cruzados sobre su pecho, tenía miedo que en un arrebato la tomará entre sus brazos y no la dejara ir, Su mente, corazón y cuerpo parecían no estar trabajando en sincronía, todos absolutamente todos sus sentidos la querian a ella, la necesitaban con ansias. Ahora sabia que aquel deseo que creía tener no era solo eso, era algo mucho más fuerte, mucho más intenso y eso lo tenia muy confundido.
Al estar ya estacionado el auto Anguelique salió del auto sin esperar, quería desaparecer en su habitación y calmar los latidos desenfrenados de su corazón, Edward al verla salió de inmediato y la tomo del brazo antes de que llegará a encerrarse en su habitación como lo había echo en varias ocasiones.
—Espera —Dijo suplicante, su simple tacto hacia que un millón de emociones salieran a flote —Necesitamos hablar,..por favor —Incrédulo de sus propias palabras. Por favor Una palabra que casi no usaba. En los últimos días ella lo obligaba a decir esa palabra que casi no usaba con nadie, sólo con sus padres. Pero con ella era diferente. Sentía la necesidad de hablar de esa forma, necesitaba mantenerse sereno y tratar de hacer que ella no quisiera salir huyendo.
Anguelique no sabia que responder, lo único que sabía es que caería al suelo en cualquier momento, sus piernas temblaban sin poder ella evitarlo. Su tacto hacia que todo su cuerpo respondiera de una manera que ella desconocía. Pensaba que de un momento a otro su corazón estallaria por la intensidad de sus latidos.
—Esta bien, pero por favor sueltame —Dijo ya sintiendo que esa corriente que sentía por su tacto la quemaba por completo.
Edward la soltó poco a poco. Y se alejo de ella. La guío a la sala sin mirara atrás. trataba de calmarse, pero le era casi imposible, sentirla en sus brazos vulnerable y delicada casi lo vuelven loco, sentía que en cualquier momento perdería el control de si mismo. Últimamente sentía que eso le pasaba solo con esa mujer, ninguna otra lo hacía sentir así. Ella era única.
Ambos tomaron asiento uno lejos del otro, ninguno de los dos sabia que decir, a pesar de que Edward le dijo que quería hablar no le salían las palabras. Prácticamente sentía un nudo en la garganta que le impedía hablar.
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EL SABOR DE LA TRAICIÓN (COMPLETA)
RomanceAngelique es una muchacha que por azares del destino, descubre de la peor forma que la traición puede llegar de las personas menos pensadas. Pero que al enamorarse vuelve a confiar. ¿Podrá el amor vencer a la traición? Esta es una historia de roman...