Quejas

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Alguien dijo que escribir no es más que sacar la parte poética que vive en la rutina. Es cierto, de la monotonía se pueden sacar miles de párrafos, historias con prólogo, desarrollo, clímax, fin y epílogo. Es una necesidad de ordenar letras en palabras, rellenar líneas hasta el margen, quizás un poco más. Ningún punto tiene que ser necesariamente el definitivo, la mayúsculas siempre serán los uniformados heraldos que llegan para anunciar ese "algo más" que necesita el estómago para digerir, los pulmones para respirar o el motivo de la mente para pensar.

Alguien dijo que todo es bueno en cierta medida, si existe equilibrio existirá la salud. Nunca caigas en la glotonería ¿Cómo evitar que la mente se llené de motivos? La monotonía vivirá hasta que el mundo deje de ser mundo, de allí seguirá fluyendo demonios que obligan a llenar los agujeros blancos de los papeles, párrafos que contarán secretos, vivencias, muertes y resurrecciones. El "algo más" que necesita el escritor para manchar las hojas de mensajes, el "algo más" del lector que con una ojeada le basta para acabar con tres semanas de rutina del otro. Una relación bastante dispareja.

Alguien dijo que las novelas enganchan, las historias largas, bien desarrolladas con personajes "reales" van a colgar a todo aquel que los conozca y que por fin el escritor estará un paso adelante. Ya que lo tendrá comiendo de la mano. Pero los lectores son exigentes, allí es sus pequeñas celdas dáctiles, se retorcerán, se quejaran, picotearán hasta que su glotonería sea saciada. Es lindo para el responsable de manchar las hojas, aunque no tan lindo si se piensa detenidamente. No, no es para nada lindo.

Pero alguien dijo que de la monotonía nacen las historias, y cada día se vive una, cada día habrá algo nuevo para añadir y saciar, luego también están los días donde no arribará algo nuevo, si no "algo más" y ahí, cuando ese cuerno es soplado, cuando un desconocido heraldo se acerca con paso firme, allí es cuando las cosas cambian. Lo que antes prometía ser una gran historia, ahora no es más que una verdadera mancha asquerosa, algo no está bien ¡Nada está bien! ¿A quién se le ocurrió escribir algo así? ¡Es mierda! ¡No tiene arreglo! ¡Mejor es meter la mano en el sombrero del mago a ver que sacas! ¡Nah! Esa mano ya rebuscó y ¿Sabes que fue lo que sacó? Un prólogo, desarrollo, clímax, fin y epílogo... De otra historia.

Alguien dijo que es pecado dejar los trabajos a medias, es de cobardes, si empezaste algo ¡Termínalo!

Yo digo que las historias largas son como un matrimonio, se empieza feliz, hay conexión, hay comprensión, cenas románticas y sexo dos veces al día. Pero luego: ¿Por qué llegaste tarde? ¿Con quién hablas? ¡Necesito dinero! ¡Hoy no tengo ganas! ¿Estoy gorda? Es como estar preso, cumpliendo una condena que no sabes cuándo terminará. Estas seguro que acabará pero ¿Cuando? ¿Acaso no es mejor pasar a la otra?

Luego la conciencia dice que se debe respetar la monogamia. Una condena a la vez muchacho, una condena a la vez...

Deslizándome hacia la locuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora