Deslizándome hacia la locura

No hay nada al final

Esas noche donde te fijas en el techo por horas, no hay nada igual.
Para un miserable no hay nada mejor que escuchar musica que haga recordar, ya sabes, para sentirse en ambiente.
Nada como pensar en lo que pudo ser.
Nada como envidiar... ¿envidiar? Odiar con todas las fuerzas los besos que él te da cada mañana.
No hay nada como odiarse a si mismo y acribillar a los que te importan por eso.
Al final terminan odiandote por el odio que te tienes
Nada como recordar tus caricias.
Como sentir por las mañanas el roce de tus dedos.
Nada como ver de nuevo tu piel desnuda sobre mi, en esas noches lluviosas donde buscábamos en el otro el calor arrebatado de nuestros cuerpos.
¡Ja! No hay nada como saber que mientras escribo estas líneas, él te esta sacando los gemidos que yo no pude.
Y las sonrisas que tampoco.
Nada como cautivarse viendo un colibrí intentado besar una flor carmesí.
Labios carmesí que aprendí a besar con el tiempo.
Nada como verte en lo único hermoso del mundo, la naturaleza.
Nada como perderse en un bosque para encontrar tus recuerdos.
Nada, no hay nada igual a estas ganas de pegarse un tiro.
Nada en mis manos, ni en mi corazón, ni en mi alma... Basura y montones de navajas en mi mente.
No hay nada dentro de esta carne, estoy vacío al igual que el cuarto donde solíamos pasar horas riéndonos del maldito mundo.
Nada, Ahora hay nada donde antes solía haber todo.