Deslizándome hacia la locura

Amar vacío

Amar con todo el ímpetu fue una de las experiencias más bonitas de mi vida. En el tiempo que compartí con ella, el aire de la vida tenía otro aroma, se sentía fresco al rozar mi piel. Me refiero a que los días no pesaban tanto y los demonios se mantenían apartados en los rincones de la mente. Conocerla, adorarla y recibir su amor, fue bueno para mi. Pero terminó hace algún tiempo. "No quiero saber nada de ti, no me escribas, no me hables, no me busques" fueron las últimas palabras que oí salir de su boca. Es curioso, ya que no se comparan a los miles de "te amo" que me dijo durante años. Entendí que mantenerme apartado, oculto en un recobeco, de ella, era lo mejor. Sin embargo, cómo duele extrañarla, es agotador conocer el lado bueno de la vida y luego volver a la realidad, aveces la extraño como extraño ser el niño que se deslizaba por la tierra ensuciando el uniforme de la escuela. Hay algo común en esos momentos y es la ignorancia, el hecho de despertar por las mañanas, saltar, correr, reír, comer y dormir por las noches sin haber pensando en el sentido del estar, del hacer, del ser, del vivir... de no haber experimentado nunca el vacío.