—¿Y por qué yo tengo que ser Supergirl? —gruñó Verónica introduciendo sus piernas dentro de una falda roja.
—Porque peleaste hasta más no poder para que nos disfrazáramos de La Liga De La Justicia —respondió Konrad poniéndose una máscara negra de murciélago.
—Y también porque no accediste a disfrazarte de otra cosa —agregó April ubicando una tiara dorada en su cabello.
—Yo también quería otro superhéroe —suspiró Sídney —, quería ser Capitán América —amarró una amplia capa roja a su cuello.
—No podías ser ese, Sídney —refunfuñó Verónica —. No es de La Liga De La Justicia, es más, ni siquiera es de DC y lo último que haría yo en el mundo sería disfrazarme de Los Vengadores.
Konrad soltó una sonrisa cómplice porque estaba totalmente de acuerdo con su amiga. Sus largas tertulias sobre historietas los habían conducido miles de veces a aquella conclusión.
—¿Qué es DC?
—Nada, Sídney, nada —respondió Verónica.
—Creo que ya estoy lista —dijo April observándose en el gran espejo de la habitación de los padres de Konrad.
Estaba disfrazada de la mujer maravilla y muy orgullosa del trabajo que había hecho para lucir así.
—¡Ni si quiera te pareces a La Mujer Maravilla! —exclamó Verónica moviéndose al lado de April —, tu cabello no es negro y estás muy flaca.
—Esa es la idea del Halloween —dijo April —, ser alguien que no podrías en la vida real —pasó sus manos por el cabello de su amiga dándole forma —A ti te queda muy bien ese disfraz ¿sabes?
—Pues la verdad es que ya no me gusta —refunfuñó Verónica —, el día que fuimos a la ciudad por estos disfraces solo nos trajo desgracias: las gemas y este intento de Supergirl.
—Pero si tú misma lo elegiste —le recordó Konrad.
—Pero se le veía bien al maniquí —dijo Verónica poniendo los ojos en blanco.
—Yo te dije que te lo probaras y me respondiste que no fuera metida.
—Esto está demasiado ceñido —dijo Sídney cuando acabó de acomodar su disfraz —, creo que no voy a poder respirar.
Vestía un disfraz de Superman y su figura no le desmeritaba nada al verdadero, aunque aquella licra estuviese en exceso adherida a su cuerpo.
—¿Ya estamos listos? —preguntó Verónica —. Quiero dulces.
—Sí —respondió Konrad, apresurándose a meter el pie en una bota negra.
—Belmont ya está afuera esperándonos —comentó April.
Los cuatro bajaron con sus disfraces hasta la sala y cuando Konrad abrió la puerta para salir de la casa vieron a Belmont. Estaba disfrazado de Aquaman y, por ende, ligero de prendas.
—¿Qué mierda? —preguntó Verónica acercándose a detallarlo —¿Por qué te disfrazaste así, rata?
—April dijo que todos teníamos que ir a juego —respondió Belmont —, y me dio a elegir entre este y uno rojo ... preferí este.
—¿Alguien más se va a unir a La Liga De La Justicia esta noche? —preguntó Verónica altaneramente.
—Dasha hubiese sido una muy buena Catwoman —dijo April observando a Konrad dentro de su disfraz de Batman.
—Ya saben que no me dirige la palabra, y...
—Y Catwoman no pertenece a La Liga De La Justicia y Dasha tampoco a este grupo —interrumpió Verónica —. Así que cállense, muevan sus traseros y vamos a pedir dulces.
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Las Gemas De Uspiam
FantasyApril, Veronica, Konrad y Sidney son cuatro adolescentes que viven en un tranquilo pueblo en medio de una enorme reserva forestal donde nunca ocurre nada emocionante. Al menos hasta aquel día en el que los cuatro amigos son obligados a detenerse med...