[RUTINA]
Narrador omnisciente.
1 mes antes.
El despertador resonaba en la habitación rosa pastel y tapiz de pequeñas flores. Angel se retorcía en la cama incómoda y con pereza, abrió los ojos, su vista conectó con el techo y el mural que ella misma había pintado con su papá, una ligera sonrisa se asomó por su rostro y sintió ánimos para levantarse así que lo hizo, sus pies tocaron el frío suelo de madera, pensó nuevamente si era conveniente levantarse de su cómoda cama pues no había dormido mucho la noche anterior... Los demonios adornaron su noche quitando la calma de su cuerpo y al parecer no era aceptable para su sistema levantarse a las 6:30am pero lo haría, siempre lo hacía con tal de llevar a Elián a la escuela, realmente, era una de sus actividades favoritas. El pequeño Elián era su más grande amigo, su tesoro, su adorable hermano menor.
Cuando su padre, Theodor, un hombre apuesto y rubio que en ése entonces tendría unos 35 años perdió a si primera esposa Anna quedó más que devastado, un año más tarde había conocido a Bianca Allen la que se convertiría en su segunda esposa en enero del año siguiente para dar a luz el mismo año al pequeño Elián. Angel jamás olvidaría la primera vez que sostuvo a Elián entre sus brazos, el ver sus ojitos verdes como los de su padre, el cabello dorado y suave... Era hermoso, era un rayito de sol y después de mucho tiempo en sus labios se formó una sonrisa genuina, una sonrisa llena de esperanza, de felicidad y de amor.
Su pequeño corazón había sido sanado por balbuceos, unos ojitos verdes y una mueca que parecía sonrisa.
Después de asearse y vestirse como todas las mañanas fue a la cocina, preparo un ligero desayuno para ella y su "rayito de sol", se encaminó a la planta alta de la casa, exactamente, la habitación de Elián la cual era la primera habitación del pasillo, rápidamente se encontraba frente a la puerta blanca con el dinosaurio y antes de que sus nudillos tocaran la madera está se abrió dejando ver un niño adormilado con pijama de Spider-Man que tallaba sus ojitos haciéndolo ver adorable - "Buenos días, dormilón. Es hora de ir a la escuelita" - dijo la castaña entrando en la pieza del rubio - "Buenos días, El. Hoy no me apetece nada ir a la escuela" - Angel lo miró con desaprobación y negó con la cabeza - "Lo siento, hermanito. Tienes que ir a la escuela" - el pequeño nego - "No me siento muy bien, El" - ella caminó hasta él, le tocó la frente y efectivamente era un truco pero decidió que le seguiría el juego - "Oh Dios mío, Elián. Tienes mucha fiebre ¡Iré por las inyecciones que dejo aquí la abuela!" - los ojos de Elián se agrandaron y siguieron los pasos apresurados de Angel. - "Angel, no, ya me siento mejor ¡Me siento mejor! ¡Mira! - el rubio comenzó a dar saltos -" Estoy saltando, estoy bien, estoy bien" - dijo para después dar 4 saltos más y cansarse, Angel rió y negó con la cabeza - "¿Seguro, amiguito?" - asintió frenéticamente, Angel tocó su barbilla en una pose intelectual haciendo reír al menor, puso sus manos en sus caderas - "Pareces una azucarera" - El abrió la boca indignada y corrió tras el rubio que reía a todo pulmón - "Vuelve acá pequeño mentiroso" - bajaron las escaleras con la respiración agitada, el pequeño desayuno junto a ella, se alistó para la escuela, se dirigieron a la puerta y se fueron, no sin antes de despedirse de sus padres. Caminaban mientras hablaban de cosas triviales como "Bob Esponja" y la tarea que no había hecho el menor - "No puede ser que no hayas hecho la tarea, Elián" - dijo la mayor molesta, mientras el mencionado rodaba los ojos - "A mí no me ruedas los ojos, muchachito" - habló consternada - "Pero si tú lo haces siempre" - rió un poco, él chico tenía razón.
El silencio reino hasta que ambos se retaron a una carrera hasta la escuela del menor, quien obviamente ganó la carrera, entre risas se despidieron y Angel no tuvo más remedio que dar media vuelta para volver a casa con el objetivo de terminar de arreglarse para su jornada del día. Dobló la calle que daba aquel silencioso boulevard y lo vio, como todos los días, esos ojos azules mirándola fijamente al pasar, su cuerpo completamente recargado en la valla blanca en esa pose típica de un chico malo... Pero él no era cualquier chico malo, él era realmente peligroso, los padres de Angel le comentaron la vez que estuvo a punto de ir a la correccional para menores por posesión de armas... Él erizaba su piel y no precisamente de miedo, lo veía respirar tranquilo, sus miradas jamás se desconectaron, de pronto soltó el humo del cigarrillo que fumaba y la brisa llevó aquel aroma intenso a la nariz de Angel.
Prácticamente esto de había repetido religiosamente.
Ella doblaba la esquina.
Él ya esta ahí con su pose de tipo peligroso y fumando un cigarrillo.
Se miran.
Ella se ruboriza.
Él toca su cabello increíblemente bien peinado pero a la vez desaliñeado.
Ella aprieta su jersey nerviosa.
Él suelta el humo de los pulmones.
Ella aspira el aroma embriagador.
Para después sólo mirarse hasta que ella vuelve su vista a enfrente y se va con esa mirada azul en la nuca... Y todo en cuestión de segundos.A ciencia cierta, Angel no sabía que hacía Egon en aquella área de la ciudad pero cada día sin falta lo veía ahí... Dentro de ella disfrutaba esa mirada intensa, es decir, la forma en la que la miraba; Nunca nadie la había mirado de esa manera, la hacía sentir deseada aunque ella aún era demasiado inocente como para saberlo... Él la deseaba con todo su ser.
Deseaba su sonrisa.
Deseaba sus ojos.
Deseaba el aroma de su cabello.
Deseaba su cuerpo y cada lunar de él.
Deseaba ser suyo y que ella fuese de él.
Quería ser suyo y la quería a ella para él...Haría lo que sea para que Angel fuera suya y no descansaría hasta lograrlo.
Y al verla alejarse murmuró - "Aunque sea lo último que haga" - para después subir a su vieja motocicleta y partir... Quien diría que que quizá sea lo último que haga.
[N/A]:
"welcome to the club, where sad kids look good."
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Angel; Edén.
RomanceAngel Paradise, y tal como su nombre lo dice, es mi paraíso. Sus ojos, mi delirio. Su sonrisa, mi perdición. La palabra perfección queda corta para ella, ella es todo, mi vida, mi mundo. Destila inocencia y, a la vez, pasión. Su cabello de noch...