t r i g é s i m o p r i m e r o.

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[BÚSQUEDA]

Narrador omnisciente.

El hombre miraba el pizarrón lleno de fotografías, pistas, crimen y pecado. Nuevamente revisaba cada una de las pistas mientras fumaba un "Salem"[1] mentolado, la joven aún estaba por ahí cautiva en algún lugar o peor aún, sin vida, enterrada en alguna parte de un remoto lugar de la carretera, envuelta en una bolsa en las profundidades del río, bajo un puente o en algún callejón.

Eran muchas las posibilidades, eran muchas realidades, muchas suposiciones pero ningún sospechoso concreto.

Había víctima pero no victimario.

Había una bella pero no una bestia.

-“¿y si sólo se fugó?"- dijo Bruce entrando en su oficina seguido de la delgada figura de Kenny, quien sostenía archivos viejos en sus brazos - “Claro que no, Mendes. Había señales de resistencia en la escena del crimen, sangre de la chica en el piso. Ella luchó” - el rubio hizo una mueca cuando la joven detective le había replicado - “Puede que lo hayan actuado” - él miró a la mujer fruncir el ceño y hacer una mueca negando con la cabeza y antes de que pudiese replicar de nuevo, Truman intervino - “Hmmm, puede ser, Mendes” - Kenny lo miró boquiabierta, él se rió de su gesto - “Dame eso que traes ahí, Kenny” -  tomó un grueso tomo de los polvorientos archivos y sentado junto a sus colegas desenvolvió el pasado oscuro de Egon, las cicatrices de su mente.

-“Vaya, este chico si que tenía problemas, muchas escuelas, muchos arrestos y muchos doctores” - Kenny miró al rubio mientras asentía con la cabeza - “Su abuela buscó mucha ayuda para él, la señora Tziollis pagó los mejores psiquiatras y psicólogos para este muchacho” - dijo Kenny revisando parte del expediente - “Pero no dice nada del porque él tenía tantos problemas, aquí” - dijo apuntando una parte de la lectura - “ Doctor Maurice Graham: «el paciente #47 del pabellón número cuatro (niños) del Sanatorio Mental San Bartolomeo ha presentado; múltiples episodios de psicosis, ira irracional y fuerza bruta descomunal, a pesar, de tener tan sólo 8 años de edad. No hemos logrado un progreso considerable...», Dios mío, pobre chiquillo, su abuela debió estar tan angustiada. No veo que cosa podría llevar a un pequeño a tal grado de locura” - los ojos de Truman miraban un punto fijo del expediente, y sacaba de los sobres amarillos fotografías, su mirada se volvió turbia - “Esto, Kenny” - le tendió el expediente en la mesa, cada una de las fotos, declaraciones y, en medio, la foto de un niño de mirada triste, un niño que estaba encerrado en un baúl, un niño que ahora está encerrado en su mente.

-“Mendes” - el rubio se levantó del escritorio expectante a la nueva orden que iba a recibir - “Llama a Collins, quiero la dirección de todas las propiedades de Vandergast...” - Bruce frunció el ceño y comenzó a llamar a su pelirroja amiga - “Sí, señor” - dijo girando su torso hacía la salida del cuarto de paredes de cristal y largas persianas - “Ah, y quiero la dirección de ése lugar del que tanto hablan. Ahí de seguro tienen información de este muchacho” - el rubio frunció el ceño - “Quiero la dirección de Mordo's House-

(...)

El escuadrón de policía del condado comandado por el detective Truman aparcaba sus vehículos afuera de la vieja y rústica casa de la calle “Tulips” , algunos vecinos curiosos asomaban sus narices por las ventanas.

Angel; Edén.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora