t r i g é s i m o c u a r t o

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[VOLUNTAD]

Narrador omnisciente.

Y ahí estaba el detective Truman, a su lado Mendes, en la puerta de ese bar de mala muerte.

El aroma a prostitución y drogas inundaba sus fosas nasales, el aroma a muerte y autodestrucción. Entró de lleno seguido por su rubio compañero, ambos se sentaron en la barra mientras una joven de cabellos teñidos, que si bien iba vestida con ropas demasiado provocativas, ni siquiera la tomaron en cuenta, podría tener quizá, 17 años, a lo mucho.

-"¿Qué te sirvo, papi?"- le sonrió la joven, sus dientes estaban amarillentos y bajo esas capas de maquillaje podía notarse lo demacrado de su aniñado rostro.

-"¿Cuál es tu nombre?"- dijo el hombre canido sacándose la chaqueta para después encender un cigarrillo. Mendes observaba detenidamente el lugar, buscando respuestas, buscando preguntas. -"Rita, papi"- escupió el humo de entre sus labios y de su bolsillo sacó su plateada placa poniéndola en la mesa justo enfrente de la joven que como un niño que es atrapado haciendo una travesura, el nerviosismo pasó por sus ojos marrones.

-"Tu verdadero nombre, niña"- la jarra en sus manos se tembló con ella -"Emma, Emma Watts" - dijo en un susurro, apenas audible, él asintió, conforme con la respuesta -"Muy bien, Emma Watts, llévame con tu padrote"- ella lo miró frunciendo el ceño y se negó -"No tengo ningún padrote"- dijo con falsa firmeza, se dio la vuelta, contoneando las caderas y saludando a otros clientes. Truman no le quitó la vista de encima, la había visto en algún lugar.

La vio escribir en una servilleta y dejarla sobre la barra, le dedicó una mirada y salió del lugar. Rápidamente, Truman se acercó y tomó la servilleta.

"atrás"

Escrito con una letra redonda pero prolija, se levantó seguido de Mendes y salió para dar la vuelta al lugar, la encontró sentada en un escalón, tenía un cigarrillo en la mano, fumaba con las manos temblorosas.

-"Así que, Emma"- la joven rió con amargura y negó -"Tampoco es mi nombre, me piden que dé ese nombre cuando un policía me intercepta en la calle... Emma, es una chica muerta"- el carraspeo del hombre la hizo girar a verlo -"Lo sé, yo llevé el caso"- de nuevo, esa risa amarga de la joven.

Su juventud estaba perdida, solo esperaba encontrar a la joven que buscaba con vida.

-"Mi nombre es Aileen, Aileen Wolves."- y la recordó, una niña de catorce años raptada de la casa de sus abuelos en Michigan, su amigo Kon estaría feliz de saber que en la búsqueda de su víctima había encontrado la de él.

-"Te llevaré dónde Mordo si me sacas de aquí... ¿Eres de los bueno, cierto?"- Truman se agachó a su altura y le dio su palabra.

(...)

Fue rápido, fácil, demasiado fácil. Llevaba a una joven en la patrulla de regreso a la estación, había salvado a una chica pero no era la chica. Estaba frustrado.

Tenía información, pero no la suficiente. No para él. Ya habían pasado cinco meses. Cinco malditos meses.

Si seguía todo así, darían por terminada la búsqueda, carpetazo y no se podía permitir eso. Su trabajo era sacar personas, salvar niños, ser el bueno. Salvar a jóvenes como Aileen, como Angel, como su hermana Molly.

Angel; Edén.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora