[BELLA]
[2/4]
Narrador omnisciente.
El tiempo que Egon paso en la cocina le pareció eterno a la azabache que merodeaba desinteresada por la sala de estar de la casa, le parecía un poquito anticuada, supuso que Egon no había cambiado nada desde el fallecimiento de mamá Sol.
Se reprendió una y otra vez por no esperar que Egon le llamara para acordar la cita pero es que estaba tan deseosa de verlo, de reír con él y de sentir la calidez de sus grandes manos. Otra vez el hormigueo apareció por su cuerpo al recordar la mano de Egon subir y bajar lentamente por su muslo, su mano en su cintura pequeña y ¡Oh! Como la había tomado de forma ruda por la nuca.
Inconscientemente cerró los ojos casi sintiéndolo.
Sacudió la cabeza alejando de sus pensamientos los largos y blancuzcos dedos de Egon, suspiro y se dispuso a ver las fotos que había en la sala.
En unas salía él muchacho sólo y en otras con la mujer mayor que supuso era mamá Sol. Se veía como una mujer elegante pero su rostro le pareció un poco familiar... Como si lo hubiera visto en otro lugar.
Aparto ese otro pensamiento de su mente cuando su mirada se fijo en el retrato que yacía volteado sobre la mesa y eso llamó su atención, se acercó pero se detuvo pensando que por alguna razón estaba volteada, quizá sea una foto vergonzosa de Egon.
Pensó en el adorable niño de mirada triste de las otras fotografías, como donde tenía la cara embarrada de helado o donde sostenía un gran pez en un día de pesca.
«"La curiosidad mató al gato"»
Se repitió la frase que le había dicho su padre de pequeña cuando se metía en problemas por su indomable curiosidad pero después llegó a su mente la voz tranquila de su madre consecuente a sus travesuras.
«"Pero murió sabiendo"»
Sin más la levanto y se encontró con alguien que definitivamente no era Egon, a pesar de cargar con los mismos ojos azules que él.
Una mujer veinteañera se vislumbraba en la foto, sonriente y llena de vida. Bella y vital. Su cabello era corto a los hombros, o quizás un poco más arriba, y su sonrisa era preciosa con hoyuelos, se veía que tenía un buen cuerpo, era un poco pálida, estaba sentada en un columpio de jardín y al rededor de ella había un bello rosal, las rosas de sangre estaban dispersas por el matorral de hojas verdes oscuras.
Vaya que era bella.
Se preguntó quien sería aquella apacible mujer, quizá era mamá Sol en su juventud o tal vez, solo tal vez, era algo de Egon de forma romántica. Un pinchazo en pecho la obligó a dejar el retrato sobre el mueble de madera oscura, se sintió desilusionada por alguna razón, su mirada decayó, sin más, se dirigió al sofá color verde opaco que tenía unos adorables mantelitos tejidos blancos de encaje, obviamente hecho a mano, en los brazos del sofá, también le parecieron familiares pero lo ignoró por la repentina tristeza que la inundaba. Se sentó en el sofá y su mirada se movió a la foto de Egon de unos 12 años, flacucho y con esos ojos azul brillando pero no exactamente de felicidad, una fina sonrisa apreció en su rostro pero volteó rápidamente al sentir la luz de un flash iluminar su cara. Su mirada dio con la de Egon quien la veía divertido con la sonrisa de lado, sacó la foto instantánea y la agitó para revelar el rostro de Angel mientras sonreía viendo una foto de Egon de niño. Miro ceñuda la cámara instantánea vieja que tenía en las manos Egon, no la había notado antes. Se encogió de hombros sonriendo al joven que le devolvía la sonrisa con aquella mirada intensa que tanto le gustaba.
Ella paso una mano alborotando los mechones brillantes color ocre a su paso y haciendo que Egon la mirara embelesado mientras pensaba como se verían esos cabellos en contraste de las sabanas de su cama.
-"Bella" - murmuró más para sí mismo pero lo suficiente alto para que llegara a los oídos de la niña, la piel de está se calentó rápidamente mordiendo su labio causando el estirar de aquel hombre hasta ella y con su mano cálida quitó de entre sus dientes ése pedazo de carne - "Te puedes hacer daño, cara mia" - ella volvió a bajar la cabeza y llevó sus manos a su maleta para sacar los libros correspondientes a la asesoría bajo la mirada azul oceánica y perseverante de Egon.
No se resistió y se levantó de su lugar frente a ella quien lo miro ceñuda y expectante, se puso en cuclillas frente a ella y con las manos le acaricio el rostro, ella recibió el tacto encantada - "Eres tan bella, Angel" - la miro atentamente a los ojos y ella en un extraño hechizo no se alejaba de él, aunque vaya que debería hacerlo.
La tomó de la cintura y en movimiento algo brusco, pasó su cuerpo al sofá con ella encima, la puso en sus piernas y la abrazo contra su pecho.
Angel no entendía porque Egon era así con ella pero le gustaba y mucho.
Pensaba que quizá el jamás había tenido una amiga y era cierto pero él no la veía de esa manera.
Ella no era su amiga.
Ella era su bella presa.
Una bella presa que devoraría la bestia que llevaba adentro.
La bella y la bestia.
Lastimosamente está no es como aquel cuento de hadas... Él se comería sin remordimiento a la bella niña sobre sus piernas.
«Salvaje, posesivo, bestial y enfermo.»
[N/A]:
"Because i'm crazy, baby. I need you to come and save me."
ESTÁS LEYENDO
Angel; Edén.
RomanceAngel Paradise, y tal como su nombre lo dice, es mi paraíso. Sus ojos, mi delirio. Su sonrisa, mi perdición. La palabra perfección queda corta para ella, ella es todo, mi vida, mi mundo. Destila inocencia y, a la vez, pasión. Su cabello de noch...