[ESCONDIDAS]
Narrador omnisciente.
Silencio profundo... Un estruendo... Un motor... Luces blancas...
«"¿Dónde estoy?"»
La verdad es que Angel deseó que al abrir los ojos en el asiento del copiloto de aquella destartalada carcacha que todo fuera una horrible pesadilla.
Desconcertada abrió ambos ojos y sin saber en donde estaba miró a ambos lados encontrándose en el auto, en una gasolinera en medio del camino, una carretera con autos pasando esporádicamente. Sus corazón se estrujó y el dolor en su alma hizo que sus ojos se humedecieran al ver por el retrovisor al hombre de sus desgracias pagando la gasolina que estaba llenando el tanque.
Giró su cuerpo al asiento trasero y vio su mochila, la tomó suponiendo, y estando en lo correcto, que contenía pertenencias de ella.
Presa del pánico jalo la manija tratando de abrir la puerta del auto mirando repetidamente a la ventana del establecimiento para asegurarse de que Egon siguiese coqueteando con la mujer que le atendía.
¿A quién quería engañar?
Egon era un hombre muy inteligente y astuto, no la iba a dejar ahí sola sin alguna traba que le dificultara la huida.
Desesperada dejó las lágrimas derramarse sobre sus rojizas mejillas y tiró de su cabello queriendo arrancarlo de su cabeza llena de frustración.
Entre sus ocres cabellos enredado sintió con sus dedos un pasador de los que suele usar, sus ojos se abrieron y se sintió bendecida por Dios, sin tardar se quitó el objeto pequeño de metal llevándose unos débiles cabellos oscuros.
Mas no fue suficiente el minúsculo pasador, con los ojos hinchados, las manos temblorosas y unas inmensas ganas de devolver la comida que se movía como remolino en su estómago; así, justo así, estuvo a punto de darse por vencida, como última opción decidió abrir la mochila y en ella encontró su salvación al darse cuenta que Egon había empacado su libreta, llorando la sacó de su mochila.
«"Egon, atento y enfermo"»
Los recuerdos llegaron a ella atravesando su cuerpo como cuchillas filosas, siendo Egon el protagonista de cada uno de ellos, de cada una de sus charlas. Tapó su boca para reprimir un sollozo cuando encontró "El mago de Oz"; su libro favorito, respiró profundo tratando de calmarse y hojeando la libreta desesperada sacó un pequeño y plateado clip.
Desfigurando sus improvisadas herramientas se las ingenió por varios minutos que parecieron horas en las que miraba a la ventana del establecimiento constantemente esperando que Egon siguiese en lo suyo para después de unas plegarias más el seguro cediera hacía arriba y le otorgara la libertad que tanto anhelaba.
Evitando hacer ruido y con su mochila en la espalda salió del auto, cerrando parcialmente la puerta se dirigió a la orilla de la carretera a oscuras con la espalda encorvada, no había notado la sudadera de Egon en su cuerpo y el aroma que emanaba, eso le lleno de angustia trayendo más lágrimas, la capucha sobrepuso en su cabeza y empezó a correr como si su vida dependiera de ello.
Y sí, su vida dependía de ello.
(...)
Egon.
Los párpados me pesaban pero luchaba con permanecer lo más lúcido posible para que todo lo que la castaña de ojos verdes decía se quedara en mi mente por algunos segundos y poder procesar para que saliera una respuesta coherente.
Tenía aproximadamente 40 minutos hablando, sin parar pero unos cigarrillos gratis me vendrían bien y no habría necesidad de asaltar está colorida tienda, de reojo miré hacía mi auto en la bomba de gasolina y me sentí morir por un segundo.
Mi corazón se encogió y un sentimiento de pánico me embargo, interrumpiendo a la mujer atiné a preguntar - "¿Viste a alguien salir de mi auto, Sonia?" - Con el ceño fruncido ella negó, bufé frustrado y un nudo en mi garganta se formó, me pasé las manos por el cabello reteniendo las lágrimas que amenazaban con salir de mis ojos. Respiré hondo y con la mejor sonrisa le pague a la mujer tras el mostrador.
Una ira irracional embargó mi cuerpo, salí del establecimiento hecho una furia.
Mi sangre hirviendo a través de mis venas, las cuales se marcaban en mis sienes y mi cuello.
Al acercarme a la puerta del copiloto me percate de que estaba parcialmente abierta, con más fuerza de la necesaria la empuje para cerrarla, saqué el dispensador del tanque y lo puse de manera brusca en la bomba.
Velozmente me monte en el destartalado auto y lo puse en marcha, un cigarrillo fue a dar a mis labios para consumirse con la rapidez con la que mi corazón bombeaba en mi pecho.
Una corazonada me hizo girar a la izquierda.
Si mi pequeña quería jugar a las escondidas, pronto se daría cuenta que soy el mejor jugador.
¿Porqué se empeñaba en complicarnos las cosas?
¿Porqué no aceptaba nuestra realidad... Nuestro destino?
Con las manos temblorosas encendí otro cigarrillo al mismo tiempo que sonaba el claxon del autobús de carga a mi derecha, con más hostilidad le respondí sonando mi claxon. Regresé la vista a la carretera y la figura de una mujer a la mitad de la autopista me desconcertó, sus ojos azules me hicieron frenar de golpe, parpadee varias veces antes de que desapareciera de mi campo de visión, las bocinas de los autos me regresaron a la realidad pero sabía que en cualquier momento mi percepción de ésta se esfumarían tal y como el humo que dejaba salir por mis labios.
Mis manos viajaron a la guantera para sacar las patillas de color lila que me mantenían con los pies sobre la tierra, a duras penas.
Mi pie en el acelerador, las lágrimas surcando mis ojos, los nervios de punta, el cigarrillo consumiéndose y mi cordura disminuyendo.
No ahora, no podía irse al infierno ahora, no ahora que casi tocaba el paraíso, no ahora que la tenía.
Sentía estar tan cerca de tocar la gloria pero al mismo tiempo de me sentía lejos de ésta.
Pero mi corazón dio un vuelco de repente, regresando la jugada a mi favor. Sintiéndome tan cerca del paraíso.
«"Un, dos, tres por Angel"»
[N/A]:
"It's you, it's you, it's all for you. Everything i do"
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Angel; Edén.
RomanceAngel Paradise, y tal como su nombre lo dice, es mi paraíso. Sus ojos, mi delirio. Su sonrisa, mi perdición. La palabra perfección queda corta para ella, ella es todo, mi vida, mi mundo. Destila inocencia y, a la vez, pasión. Su cabello de noch...