Angel; Edén.

d é c i m o c u a r t o

[DUDAS]

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Narrador omnisciente.

El odio crecía dentro de él constantemente cuando su mirada azul eléctrico veía a su pequeña caminar al lado del maldito bicho de ojos mieles.

Lo odiaba, eso era seguro.

Pero lo que más odiaba era ver a Angel pegada a él como lapa, ayudándolo con todo y él negándose a que ella hiciera cosas por él. Lo atravesó con la mirada mientras fruncía los labios para después tomar sus cosas y pasando por un lado de ellos alejarse.

Ella era suya, su bebé, no debía, no podía estar con alguien que no fuese él.

Por su parte la azabache vio al muchacho mayor que como bólido había salido de su vista, frunció el ceño. No la había saludado, ni siquiera lo había visto desde el sábado pasado cuando estuvo en su casa, la cual había encontrado por casualidad una vez en la que pasó por ahí junto a su padre en el auto y pudo reconocer la motocicleta afuera en la estrada, en su cabeza aparecieron preguntas, preguntas insistentes sobre el comportamiento tan variable y poco coherente que tenía Egon en algunas situaciones pero ninguna de las interrogantes tuvo una respuesta favorable.

Dejando a Angel sintiendo un vacío en el estómago, no sabía porque o quizás sí y no quería darse cuenta. Su mirada se clavó en la pared frente a ella que se imaginaba un mundo de posibilidades y situaciones que involucraban a Egon, estaba tan perdida que no notaba como Mike hacía ademanes frente a su rostro tratando de llamar la atención de la niña de ojos oscuros - "Hey, tierra llamando a El" - dijo al tronar de sus dedos, ella lo miró, sacudió levemente la cabeza para después dedicarle una pequeña sonrisa - "Perdón, Mike. ¿Qué decías?" - dijo apenada mientras veía como el ceño del castaño se acentuaba en su bien parecido rostro.

Nadie lo engañaba, algo se traía ése vándalo con su amiga. Y no, no sentía paz al pensar en eso.

Pasaron a sus aulas respectivas, la chica se despidió de él con la mano para ir a clase de historia junto a Holly Walters y Milagros Betamen, las únicas chicas con las que comparte una sana amistad.

Antes de llegar la pelirroja la paro en seco mirándola con una ceja arqueada y una sonrisa gatuna en su rostro pecoso - "Angel, cariño. Suéltalo de una vez." - sentenció dándole un golpe amistoso en el brazo, la cara de Angel era un poema de confuso - "No sé de que hablas, Mili ¿Soltar qué o qué?" - se encogió de hombros y una risita salió de sus labios secundada por la rubia a su derecha que al igual que El su mirada gris estaba confundida - "No te hagas pato" - le acuso apuntando con uno de sus pálidos y flacuchos dedos su rostro pero Angel siguió con su mirada confusa lo que la hizo voltear sus ojos oliva, dirigió su vista a la rubia buscando ayuda pero su cara estaba igual o peor que la de la más menuda de las tres.

-"¡No puede ser!" - exclamó, llevando su palma a la frente - "¿Acaso soy la única que se ha dado cuenta?" - las otras dos se miraron entre sí sin saber exactamente qué hacer. Milagros podía llegar a ser bastante explosiva. Negó con la cabeza, haciendo que sus cabello rojos se movieran de un lado a otro - "Mike está enamorado de ti, El" - uno perfecta "O" se formó en sus labios, aunque no era mucha la sorpresa. Obviamente, Mike gustaba de ella pero ¿amar? Era una palabra muy fuerte.