[AURORA]
Narrador omnisciente.
-"¿Estás segura de que no quieres acompañarnos?" - dijo la rubia acunando con sus manos las mejillas de la niña, ella le sonrió -"Tranquila estaré bien, mamá" - una sonrisa que se convirtió en mueca, surcó su cara - "Es su aniversario, disfruten, sean novios una vez más"- su padre sonrió enternecido.
Las vacaciones de verano pasaban lentamente y Angel aprovechaba el tiempo para ser útil en casa, nunca le había gustado quedarse en pereza acostada en su cama, siempre quería ayudar a Bianca a hacer algo pero la rubia se negaba a recibir ayuda.
«Tu única tarea es estudiar, El"»
Angel cerró la puerta y en ella se recargo, respiró profundo la bendita soledad. Elián había ido a una pijamada a casa de los abuelos, sus papás habían salido a cenar por su aniversario y ella, ella se había quedado sola haciendo lo que le relajaba; lavar las sábanas y la bendita losa, eso le daba paz.
Suspirando se acercó al estéreo en la sala de estar y le conectó, eligió una canción de la lista de reproducción que más escucha. Twist and Shout en voz de The Beatles resonó en las paredes de su casa y moviendo las caderas al ritmo de la música Angel bailó hasta llegar a la cocina para lavar la losa.
Escuchó un ruido en el patio pero no le tomó mucha importancia, como siempre. Su curiosidad no aflora cuando es necesario.
Escuchó el pitido que la lavadora emitía siempre que terminaba un tanda de prendas. Se secó las manos en el mandil que traía puesto, era de su madre.
A diferencia de Bianca, Angel prefería secar sus prendas de manera tradicional, está vez su canasta lleno de sus sábanas blancas y rosa palo las cuales tendería afuera bajo el estrellado cielo de verano, antes de salir, dejó la canasta en la isla de la cocina para volver a la sala de estar y quitó su celular de ahí, se llevaría la música con ella.
Con su celular en la bolsa del mandil, salió tranquila hacía su patio, empujó con la cadera la reja de metal y con el pie la detuvo para que no emitiera ningún ruido estruendoso al cerrarse, anduvo por el patio tarareando la pegajosa canción de Aurora, su princesa favorita.
Un suspiro salió de sus labios y la tristeza la embargo al ver el cielo estrellado y asociar las estrellas con el peculiar brillo en los ojos de su añorado Egon.
Engancho varias sábanas al cable, un viento recio azotó de repente moviendo con una gracia fantasmal las telas y con ellas su oscuro cabello, danzaba con libertad, con gracia ante los ojos ocultos del hombre que vigilaba sus movimientos.
Cerró los ojos disfrutando del viento, dio algunas vueltas en su lugar, respiró hondo el aire fresco, se dejó llevar cual diente de león flotando en el aire y toda tristeza desapareció de su corazón.
-"Cara mia, verte es gozo para mi alma" - paró en seco cuando escucho la fuerte y profunda voz que se oyó entre la tiniebla que cubría su patio, sus ojos se abrieron casi saliendo de sus cuencas y asombrada miró entre las danzarinas telas - "¿Egon? ¿Eres tú?" - la voz le salió temblorosa y caminó entre las sábanas, buscando pero no encontró nada, tampoco respuesta recibió - "Te he echado de menos, mi pequeña" - se giró abruptamente y no divisó nada - "Egon..."- el viento dio un azote más moviendo su cabello y las telas colgadas, giró su cabeza tratando de quitar su cabello de su rostro y en ése pequeño intervalo de tiempo vio aquella figura imponente y oscura sobresalir de entre las danzas blanquecinas.
- " Eres tú.."- dijo en un susurro y camino hasta él, se detuvo a unos metros, desconfiando... Él quizá no era Egon, y estaba en lo correcto no lo era.
Egon se había ido, la había dejado y en su lugar dejó a Vandergast, dejó a la bestia.
-"¿Tienes miedo, cara mia?"- dijo el hombre de voz profunda - "Angel, ven, abrázame. Te he extrañado" - ella intentó dar unos pasos mas al no distinguir su rostro, el solo escuchar la voz le abrumaba, necesitaba ver aquel azul perfecto que desprendían los ojos de su querido Egon.
La luna escuchó su ruego y con su luz iluminó el rostro del joven, sus ojos azules brillaron como dos zafiros, incluso, Angel pensó que se habían vuelto más azules que antes.
Él abrió sus brazos y ella corrió los últimos metros para ser estrechada por dos brazos fornidos, oculto su rostro en su pecho y aspiró su masculina fragancia, sintiéndose, una vez más, en la gloria.
Un aroma a manzanas inundó sus fosas nasales y el pequeño cuerpo apegado a él hacía quemar su piel, sintió ser un volcán en erupción, ardiendo, quemando todo a su paso, siendo destrucción, siendo el fin pero, a la vez, siendo el comienzo.
El comienzo del infierno más hermoso.
Donde la bestia del fondo se llevaría a aquel precioso ángel del jardín en el que habita.
Donde hará añicos sus vestiduras y destruirá todo a su paso.
Como un volcán, como un huracán, como un viento recio, como un amor pérfido y enfermo.
Se separó un poco de él y alzó la cabeza para mirarle - "Creí... Creí que ya no volvería a verte, Egon" - él llevó su mano a la mejilla de la niña y le regaló una dulce caricia, le miró enternecido. Los ojitos avellanados de la joven brillaban de aquella triste y peculiar forma, aquella que está por desbordar de lágrimas.
-"No llores, Angel. Prometí siempre estar contigo ¿no es así?" - la chica asintió rápidamente y se apretó fuertemente al joven.
Unos instantes después, la joven se separó del mayor y negando con la cabeza de forma infantil dijo - "Que descortés soy ¡Por Dios! Me he olvidado de ofrecerte algo ¿Quieres pasar, Egon?" - Una sonrisa gatuna arribó en el rostro del joven y conteniendo la risa, asintió para después seguir a la joven hasta la puerta del patio que daba a la casa.
¿Cómo Angel no se preocupo por el hecho de la presencia de Egon en la propiedad de su casa?
Si tan solo ella hubiese visto con detalle la mirada de Egon y que ése azul intenso no era más que la falta cordura que emanaba su ser.
Si tan solo Angel no hubiese invitado a entrar.
Si tan solo... Si tan solo Angel no estuviera enamorada de Egon hubiese visto la bestia que él cargaba consigo.
Entonces cuando Egon cruzó el umbral de la puerta Angel rompió la única regla que su padre le dio.
«No quiero a extraños en la casa»
Y aunque ella creyese conocerlo, Egon no era ni la mínima parte de lo que parecía.
Justo ahí, cuando Egon alzó la mirada y vio el versículo bíblico en un lindo marco, en una de las paredes color crema.
«"El amor cubrirá multitud de pecados [1 Ped. 4:8]"»
La sonrisa inquietante en su bien parecido rostro apareció
[N/A]:
"Like a river flows
Surely to the seaDarling, so it goes"
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Angel; Edén.
RomanceAngel Paradise, y tal como su nombre lo dice, es mi paraíso. Sus ojos, mi delirio. Su sonrisa, mi perdición. La palabra perfección queda corta para ella, ella es todo, mi vida, mi mundo. Destila inocencia y, a la vez, pasión. Su cabello de noch...