t r i g é s i m o s e g u n d o

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[CONTROL]

Marzo del 2009, cuarta escuela en
2 años.

Narrador omnisciente.

-"¿Qué dijiste, raro?" - el chico de ojos azules le miró fijamente, 12 años tenía en ese entonces, su cabello caía poco sobre su cara, era pálido y delgado como un esqueleto, llevaba una camisola de botones y manga corta como el azul del cielo, el azabache frente a sus narices era más fornido que él y un poco más alto, tomando en cuenta que Egon era bastante alto para su edad, tendría unos 15 o 16 años, llevaba una chaqueta, era el tipo de niño rico y mimado deportista que les contaba a sus fotocopias sus aventuras sexuales pero era más virgen que todos ellos juntos.

El chico se limito a mirarlo despectivamente, no iba a repetir lo que había dicho, Peter lo escuchó perfectamente pero solo quería hacerse el rudo.

-"Pet, este es el chico Vandergast del que te hablé" - le dijo el chico de atrás, jalando su chaqueta, el azabache le miró sonriendo, mostrando su dentadura de metal -"Vaya, vaya, así que tú eres la nueva atracción del circo."- Egon giró los ojos, este tipo ni siquiera tenía buenos insultos, él podría simplemente ponerse de pie y mandarlo a la mierda. Y era exactamente lo que iba a hacer.

Se puso de pie, y sin querer, ellos dieron un paso atrás, demostrando su debilidad, Egon detestaba la cobardía, se rió por lo bajo se dió media vuelta y se dispuso a irse.

-"¿Qué se siente matar a tus padres, eh?  Muchos soñamos con eso, pero tú lo lograste"-  todos rieron alrededor de Peter, Egon simplemente detuvo su andar y apretó los puños, tratando de no dejarse llevar por lo que crecía en su interior.

-"¿Qué se siente matar? ¿Qué se siente quitarle la vida a tu madre? "- lo miró serio, o parecía que lo miraba, muchas veces los verdaderos monstruos caminan entre nosotros. La mirada fantasiosa de Peter no se despegaba de él -"¿Qué se siente haberlos matado y seguir libre, Vandergast?"-

Después de eso, Egon ya no recuerda nada pero vaya que los demás sí. Un joven larguirucho y pálido rompiéndole la cara al rey de la escuela. No ves eso todos los días, al menos no en la vida real.

Peter ya estaba inconsiente, la imagen de Jesucristo se parecía a la de él pero Egon no se detuvo hasta que dos hombres los sostuvieron de los brazos, gritaba desesperado, desgarrado, negando la acusación.

-"¡Yo no los maté, maldito bastardo! ¡Helena, diles que no lo hice!"- Los maestros que lo sujetaron fuertemente mientras la enfermera revisaba las heridas del azabache que, por la gracia de Dios, aún respiraba.

Sus amigos estaban atónitos, algunas niñas lloraban de miedo y uno que otro amigo soltaba una lágrima pensando que Vandergast había matado a su amigo, pero el infeliz seguía con vida.

Después, sólo recuerda estar en el auto con Mamá Sol dirigiéndose a casa, mientras la mujer lloraba en silencio.

Esa noche se acostó nervioso, tenía miedo, mucho miedo, las sombras se convertían en feas caras demoníacas que lo acechaban, lo buscaban y podía jurar que escuchaba a el maldito baúl a los pies de la cama susurrando; "Bestia, bestia... ¿Quién es la bestia?".

(...)

Actualidad.

Angel lavaba unas tazas en el fregadero mientras Egon leía un libro en la estancia, la joven miraba por la ventana, su vista estaba fija en el falso infinito del horizonte pensando si tal vez podría ser aquel ave vaga y despreocupada que volaba desde el tendedero del patio a la libertad, sin embargo, su jaula era ese lugar maravilloso en el falso edén del infierno que no dejaría nunca.

Una fantasía oscura, dolorosa y perpetua que la consumía como el fuego, deliciosa y placentera.

Sintió sus manos a los costados de su medianamente ancha cadera, sus manos como garras apretando su cuerpo al de él, marcando su rastro por su piel, sus besos en la piel pálida de su cuello ahora enrojecida. Sujetada al mármol de la cocina, anhelando el salvajismo de el hombre que empujaba su virilidad contra la fina tela de su vestido.

"Te amo" , la escuchó decir con aquella dulce voz de la juventud mientras subía la falda de su vestido amarillo y metía su mano entre la suave tela de sus bragas.

El dulce jadeo de Angel tan dulce como la fruta prohibida, tan malditamente prohibida que la tomó para él solo, que la poseyó de la manera más salvaje y pura, tan egoísta y perverso. Ahora el ave más hermosa del fondo de la taza.

Con este tipo de amor que ha soñado desde que ella se cruzó en su camino, este tipo de amor enfermo y preciado.

El sonido cercano de un auto que se acerca alertó a Egon quien continuaba el tacto entre las piernas de la joven, un gemido salió de la dulce boca de la niña, le tapó la boca con su enorme mano y detuvo su ardua labor para escuchar mejor y efectivamente, un auto se aproximaba a la propiedad del castaño.

El arma sobre la mesa ratona de la sala cayó en sus manos, la metió en su pantalón, se asomó por la ventanilla de la puerta y vio el auto de Lucas estacionarse frente al jardín que había plantado Angel, abrió la puerta y sin ningún tapujo, se dirigió al rubio que lo veía verdaderamente preocupado -"¿Qué haces aquí, Lucas?"- el de ojos marrón lo miro exasperado, dejaba a su joven esposa y a su hijo pequeño en el departamento a sabiendas que probablemente lo iban a embarrar en esta sinfonía del hades que Egon tocando sin ningún temor porque él no tenía nada que perder, sin embargo, Lucas podía perderlo todo por culpa de este imbécil al que, aparte de ser el hombre que lo empleo cuando sus padres lo echaron de su casa cuando él y su esposa esperaban al pequeño Jonathan, lo consideraba su amigo. 

-"Esperaba una mejor bienvenida, Vandergast"- dice Lucas molesto, estaba arriesgando mucho y Egon solo estaba pensando en volver adentro y terminar lo que fuera que estaba haciendo, el bulto en sus pantalones lo delataba. -"Fui a tu casa, a darle una vuelta como me pediste y juntar unas cosas para traerlas acá como quedamos...”- Egon asintió de pronto interesado por lo que tenía que decir el rubio -“Sí, ¿Y? ¿Qué pasó?”- dijo interrumpiendo al más joven, este solamente viro los ojos -"Te tiene la policía, iba llegando cuando la policía ya estaba ahí, sacaron muchas cosas de tu casa... Evidencia, supongo, no sé cómo dieron contigo, hermano pero creo que si te entregas todo irá mejor... Tal vez solo sea por secuestro el cargo, esperemos que no te saquen más cosas”- el castaño se encontraba en shock, podía perderlo todo y no lo iba a permitir, no iban a quitarle su felicidad, no le quitarían a su Angel.

[N/A]:

"Don't you ever tame your demons but always keep them on a leash."

Angel; Edén.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora