v i g é s i m o t e r c e r o

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[FALLASTE]


Respira.

Jadea.

Llora.

Pequeña Angel, sigue corriendo.

Estás lejos de la salvación pero no lo sabes.

Sigues llorando

¿Qué te pasa? Es tu culpa, lo de dejaste entrar. Te advirtieron pero eres tan inocente. Blanca paloma.

Debiste ir con tus padres a cenar pero eres como tu madre; te gusta bailar cuando estás sola.

Respiras con dificultad, estás apunto de desfallecer. Es una pena. Tenías tantas metas y sueños, hubieses sido tan buena maestra como la Señora Tziollis... Oh la señora Tziollis, ¿Porqué eres tan distraída? Ella es Mamá Sol, siempre se te pasan las cosas importantes.

Eres tan tonta.

Si tan solo hubieses sido más precavida no estarías en ésta situación tan aterradora y precaria.

Hey, no te detengas.

No debes fallar, no está vez.

Revives tu sueño, una y otra vez, en tu cabeza... Te detienes en seco, sientes la luz del auto atrás de tu espalda alargando tu cuerpo en la sombra que crece bajo tus pies siendo, quizá, tu peor pesadilla.

El auto te rebasa, la tranquilidad que fluyó por tu cuerpo no dura ni medio minuto cuando lo ves detenerse.

El estómago te da un vuelco, sientes en corazón en la garganta, el sudor frío en tu cuerpo y esa sensación... Miedo.

Sus ojos azules te miran cuando sale del auto y la revelación llega a ti; él no era bueno para ti. Nunca lo fue.

Suspiros.

No te mueves.

No seguirás huyendo.

Le darás la cara a tu destino.

Se acerca a ti lentamente, estás temblando como un perrito bajo la lluvia, asustado, desesperado, triste y con frío.

Te tiende su gran mano, le entregas la mochila y él la cuelga en su hombro, vuelve a estirar su mano...

Te entregas a él.

Fallaste.

Te jala hasta su pecho, te estruja contra él y llora en tu hombro, sueltas tus lágrimas retenidas y te dejas llevar por el órgano que te da vida, ése que late espontáneo, explosivo, fuera de control justo bajo las capas de piel de tu pecho.

Se separa de ti un poco para sostener entre sus manos tu rostro repleto de lágrimas, las cuales limpia con sus pulgares delicadamente.

«"Te amo"»

Susurra casi inaudible.

Lo afirmas con tu cabeza, sueltas más lágrimas.

«"Te amo"»

Respondes, y estás perdida...

Angel; Edén.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora