Millhi POV
-Te va a encantar el lugar, la otra vez Mira, Kate y yo vinimos y su comida es estupenda –Castiel y yo íbamos en el coche de este en camino a un restaurante elegante para celebrar nuestros ocho años de casados, sin embargo Castiel no se encontraba de ánimo esta noche, en realidad estaba bastante amargado desde hace semanas y he dedicado todo mis esfuerzos para que por lo menos sonría, pero eso ha sido misión imposible.
-Bien –Dijo con tono cortante. En otras circunstancias lo hubiese mandado a la mierda y hubiese hecho que diese la vuelta para que me lleve a casa, pero sabía que lo tenía de esa manera y no podía enojarme por ello, sin embargo esperaba que la sorpresa que tenía para él esta noche me devolviera a mi Castiel pícaro y divertido.
Llegamos al restaurante y en la entrada estaba la recepcionista quien recibía a los clientes. El restaurante era bastante popular por lo tanto había que hacer una reserva unas semanas antes para poder entrar.
-El nombre de la reserva, por favor –Dijo la señorita mientras nos miraba con una gran sonrisa, si ha estado toda la noche así no me imagino lo mucho que deben de doler sus mejillas.
-Millhi Withmore –Le dije, ella miro en un libro buscando mi nombre, tengo que admitir que eso le daba un toque más sofisticado al lugar.
-Aquí esta. Acompáñenme por aquí Sr. y Sra. Withmore –Seguimos a la mujer hasta una mesa para dos, estaba adornada con un mantel de color beis, unas hermosas orquídeas como centro de mesa y unas servilletas en forma de cisne en ambos platos. Estaba bastante encantada con eso, casi me pongo a saltar como una niña.
-Ven –Castiel corrió la silla para mí y antes de sentarme pude ver que una de las comisuras de sus labios se había alzado, fue algo mínimo y cortó, sin embargo era lo más cercano que había visto de una sonrisa en su rostro en semanas. Castiel se sentó en su lado y me miró fijamente a los ojos –Estas preciosa esta noche
-¿Y cuando no lo estoy? –Ahí estaba otra vez, él se estaba esforzando por contener una sonrisa. Imaginó que el hecho de que sea nuestro octavo aniversario ablando un poco su amargura.
-Siempre estas preciosa –Castiel estaba siendo bastante cortes y sabía que se estaba conteniendo, esperaba que me lanzara algún comentario picante, pero bueno, es mejor esto que nada.
-Y tú también estas bastante guapo –Y era verdad, pese a que seguía habiendo algo del chico malo que conocí hace once años, la edad solo le había dado un clase diferente de belleza, sus facciones eran ahora más afiladas y se había vuelto todo un hombre, en todo el sentido de la regla.
-Gracias –La noche transcurrió tranquila, demasiado para mi gusto. Pese a que Castiel estaba menos amargado que antes aún seguía con esa estúpida cortesía y tranquilidad que me estaba volviendo loca. Lo único que me mantenía en calma era saber que mi sorpresa iba a tráele de vuelta.
-Estuvo deliciosa la cena –Dije intentando reabrir una conversación con él, en vez de contestarme con algo relacionado me sorprendió bastante diciendo otra cosa.
-Tengo un regalo para ti –La sorpresa era tan clara en mi rostro que Castiel tuvo que aclararse –Sé que he sido un completo idiota en estas últimas semanas e incluso hoy, pero no sabes lo feliz que estoy por cumplir ocho años juntos, como esposos. Esto es para ti
Castiel me entrega una caja de tamaño mediano de terciopelo negro, sabía por el estilo de la caja que adentro había una joya, sin embargo no sabía si era un collar o una pulsera. En todo el tiempo que llevamos juntos no es la primera vez que Castiel me da joyas, en realidad cada cosa que me ha dado Castiel solo puede ser llamada impresionante. Aun no olvido la vez que por mi cumpleaños número veinticinco me regalo un viaje para ambos a Corea del sur o el auto deportivo que me dio cuando me gradué de la universidad, pero, ahora ya no me siento tan culpable por sus ostentosos regalos ya que he sido capaz de retribuirle de la misma manera y gracias a mi trabajo en la bolsa de valores de Londres gano bastante dinero para darle a Castiel todo lo que se merece.
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Cayendo en tu red (Castiel CDM)
FanfictionNo sabía que las cosas podían cambiar en un instante. Que mis pensamientos fueran tan maleables según crecía y que no fuera posible controlar mis sentimientos. Imaginaba que de ser de esa manera, el amor sería más sencillo, ya que podría escoger a q...