Capítulo 3

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-Hazz- se atrevió a decir luego de un buen rato en silencio.

Harry seguía muy enojado con Gemma y con su mamá, sin embargo, aunque Louis también muriera de ansias por contarles, le importaba más convencer a su rizado para que dejara de estar molesto.

-¡Meow!

-No hagas eso- rió al sentir como Louis se acostaba boca arriba moviendo manos y piernas,
maullando divertido y haciendo cosquillas a Harry con su cola.

-Sí, ríe más.

Si le dieran a elegir una sola cosa en el mundo, eligiría ver a Harry sonreír por siempre. Era un niño demasiado tierno y dulce, ni siquiera aceptaba el hecho de verlo con su puchero y sus gestos de enfado.

-Ya, gatito… Ya.

Suplicaba porque dejara de hacerle cosquillas, pero simplemente no podía parar, no ahora que estaba logrando verlo contento y feliz.

-¿Feliz, tú?

-Sí, ya estoy muy feliz- murmuró. -¿Quieres tomar un baño conmigo, Lou?

Lo meditó por una pequeña fracción de segundo; bañarse de nuevo con Harry, verlo sin ropa, ayudar a lavar sus rulos… Sí, definitivamente.

-¿Burbujas?

-Sí, con muchas burbujas.

-Yo, beso tuyo- besó la punta de su nariz.

-¿Quieres un beso mío, gatito?- acunó el rostro de Louis en sus manos y lo acercó lentamente a su boca.

-Muchos, Hazz.

Fusionaron sus labios en una sola sensación. Un beso casto, rápido y natural. Lleno de pureza e inocencia, cargado de un cariño que solo ellos podían explicar.

Luego de besarse, se levantaron apresurados y Harry intentó dejar el agua de la bañera en
un estado de temperatura agradable para ambos.

-¿Está muy fría?, ¿muy caliente?

-Está bonita.

-Bonita no, Lou-Lou. Únicamente puede estar fría o caliente, o bien.

-Sí, bien.

Los dos metieron sus manitas en el agua y la movieron creando olas en ella. Después se miraron y juguetearon con sus ropas hasta despojarse completamente de ellas, excepto porque ésta vez, también dejaron fuera de sus cuerpos su ropa interior.

-Harry, no- tapó sus ojos cuando miró de reojo como el rizado lanzaba sus bóxers de animalitos lejos.

Sin decir nada vació un poco de shampoó de burbujas dentro del agua y lo mezcló con una
mano, luego aplicó esencia de vainilla, colocó dos toallas cerca de la barra y entró al agua.

-¿No vienes?

-¿A dónde?- preguntó viendo lo divertido que Harry se veía entre un mar de círculo transparentes.

-Conmigo. Ven al agua.

Louis se inclinó nervioso fuera de la bañera y atrapó una burbuja en su nariz. Acercó su
mano despacio para explotarla, aún con calzoncillos, así que se los quitó al igual que su dueño y se adentró poco a poco en el agua.

-Huele mucho, Harry… Y también pica. Aquí- señaló su estómago.

-¿Tu pancita, gatito?

-Sí, duele- rascó su barriga nervioso.

-Yo no siento nada.

Louis estuvo incómodo durante un buen rato que pareció ser eterno, la vainilla olía
muchísimo, casi juraba porque penetraría esa aroma las paredes de toda la casa, y las
burbujas... Bueno, esas eran divertidas.

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