Capítulo 18

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–Vamos, Niall... Todos queremos helado. –Louis luchaba contra el rubio para quitarle el helado que habían comprado para ver la película. Los momentos con los amigos siempre eran buenos, ahora se reunían en casa de Liam, comían, reían... Una gran noche los esperaba.

–No, gato intrépido. No te daré de mi helado.

–Es para todos –hizo puchero y se cruzó de brazos. Niall podía ser muy molesto a veces, pero eso no le quitaba lo lindo que era con todos.

–Jodido, Niall... Devuelveme eso.

Zayn se lanzó contra él y en un arrebato le quitó el helado quedando debajo de él a pocos centímetros de su rostro. Se miraron por unos segundos, Niall fijando su vista sobre los labios del moreno y Zayn sosteniendo el helado sin despegar el contacto que habían hecho.

Liam, Harry y Louis observaban atentos la escena, parecía que en cualquier momento se iban a besar, en cambio, Niall se quitó de encima y se acomodó de nuevo en su asiento sin decir nada.

–¿Qué carajos les sucede? –reprochó Liam. –Casi tiran el helado, par de idiotas.

–Creí que dirías: "Casi se besan, par de conejos" –dijo Harry riendo.

–¿Conejos? –habló Louis. –¡Quiero un conejo, Harry!

–Harry lo dijo porque los conejos follan hasta tener cien hijos. –Completó Zayn.

–¿Tendrán cien hijos, Zayn?

Niall estalló en carcajadas pasando su brazo por encima de los hombros de Louis y limpiando una lágrima por la risa.

–Oh, Louis... Pequeño, inocente y estúpido Louis –rió más –Sofía dejará de hablarnos una semana entera si alguien le cuenta lo que pasó.

–Sofía empieza a hartarme... Ayer me llevó con sus papás y durante toda la cena no paraba de tocarme por debajo de la mesa.

–¡Asco! –Liam hizo una mueca de desagrado. –Digo, soy hetero... Pero es sumamente molesto que una mujer haga eso.

–Y aún más si sus padres están frente a ti.

–Exacto –Liam y Zayn chocaron palmas y Niall los miró rodando los ojos.

La película empezó, Louis descansaba sobre el regazo de Harry, Zayn y Niall estaban apoyados contra el respaldo del sofá y Liam se cruzó de piernas en la alfombra. Mandaba mensajes de texto cada cinco segundos, lo cuál era raro porque comúnmente solía poner toda su atención en sus amigos o las actividades que hicieran.

–Tú, Payno... ¿Qué tanto haces, eh? –preguntó Harry.

–Nada, joder... Sigan viendo esa estúpida película y a mí ignorenme.

–Alguien necesita una novia. –Se burló Louis y Harry lo siguió.

–O un novio.

–No, nunca. Soy hetero.

–Todos dicen lo mismo, bah... –siguieron viendo la pantalla sin darle mucha importancia a los asuntos de Liam.

Cuando todo hubo finalizado se levantaron para disponerse a dormir. Se tomaron a libertad de descansar en habitaciones separadas ya que los padres de Liam no estaban.

–¿Crees qué Zayn y Niall se gusten? –cuestionó Louis meneando las orejas.

–No lo sé, Lou. –Dijo. –Dan razones para sospecharlo, pero recuerda que Sofía...

–Zayn no la ama. Ella sólo lo manipula y utiliza a su antojo –interrumpió.

–¿Ah sí? –Louis asintió, –¿Y usted cómo lo sabe, lindo gatito?

Sonrió pícaro y lo abrazó con suavidad. Le encantaba la manera en que Harry siempre lograba controlarlo. Era increíble cómo lo hacia tan fácil, sin luchar mucho por conseguirlo.

–Sólo lo sé –completó y lo besó.

–Bésame de nuevo.

–Gánatelo.

–No sé cómo hacerlo. Espera... –acunó el pequeño delicado rostro del híbrido entre sus manos y lo besó. –¡Listo!

°°°

–Louis, Harry... Mamá y yo iremos al centro comercial a comprar algo de comida. ¿Quieren ir con nosotras? –Gemma entró a la habitación a gritos y se encantó con la escena ante sus ojos. Harry le ayudaba a Louis a trazar una línea en un lienzo de pintura.

–Sólo debes cuidar que los trazos sean correctos, y si te equívocas puedes corregir con más pintura.

–Ya veo, Hazz... Gracias. –Le sonrió y luego le plantó un beso rápido.

Gemma seguía sobre el marco de la puerta sonriente por verlos tan enamorados. –Hey, bigotes... ¿Me escucharon?

–Perdón, Gemma –se disculpó –¿Qué decías?

–Que si quieren ir al centro comercial conmigo y mamá.

–Ahhh sí, vale. Bajamos en un momento.

En cuanto estuvieron listos subieron al auto y se encaminaron hacia las tiendas. Gemma hacía una lista de las cosas que comprarían, Anne conducía y ellos dos se dedicaban a viajar abrazados y a mimarse todo el tiempo.

–Nosotras iremos por comida, ¿de acuerdo? –informó Anne tomando su bolso y cerrando las puertas. –Ustedes pueden ir a donde quieran. Nos vemos aquí en dos horas.

Caminaban tomados de las manos por los corredores del centro ganándose miradas desagradables por parte de las personas que los veían juntos. Incluso era raro para Harry. Para Louis. Un híbrido y un humano. Era comprensible en ciertos sentidos. Algunas personas se emocionaban al verlo, otros gritaban de miedo como si fuera un ser tenebroso, y todo eso lo lastimaba.

¿Qué tenía de malo ser diferente?
Ser distinto al resto es lo que te hace especial.

Una opresión carcomía su pecho, apretaba más la mano de Harry haciéndole saber lo mucho que le asustaba estar rodeado de tanto rechazo y burla. El rizado lo notó al instante y decidió soltar su mano para abrazarlo por las caderas. Le parecía una mejor manera de darle confianza y hacerlo sentir seguro. Entraron a una tienda de ropa pero nada llamó su atención, entonces algo captó la vista de Louis y golpeó el pecho de Harry lentamente.

–Harry, ¿ya viste? Quiero entrar.

–¿Lencería, Lou?... Creí que no te agradaba la idea de usarla.

–¿Qué? –dijo sonriente. –Harry, las bragas son mucho más suaves que los bóxers. –Harry rió.

–Vale, bebé... Vamos.

Azules, amarillas, rosas, compraron de muchos colores y Louis estaba emocionado por llegar a casa y probarselas todas.
Harry, por su parte, ya empezaba a sentir el calor subir desde la punta de sus dedos hasta quedarse atrapado en su garganta. La imagen de Louis en esas prendas, delicadas y lindas. Dios, iba a explotar.

–¿Compraron algo, Louis? –preguntó Anne.

–Sí, caramelos.

Harry sólo le sonrió con burla.






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