Habían pasado tres días desde que Harry le había pedido algo tan maravilloso a Louis, porque sí, ñara Louis había sido algo perfecto.
Después de la cena subieron a su habitación y tomaron una ducha juntos para luego irse a dormir.
–Harry, ¿puedes ayudarme a limpiar mi espalda?- preguntó Louis y Harry asintió.
Tomó la esponja con el jabón y empezó a deslizarla por la piel del híbrido. Una y otra vez. Entonces sintió que lo necesitaba, ignoró el resto y lo abrazó por atrás tomándolo por las caderas y pegándose a su cuerpo mientras el agua chocaba en sus cuerpos.
Louis abrió bien los ojos y luego reaccionó al contacto. Se dejó tocar, incluso sonrió. En los brazos de Harry se sentía protegido, de cierta manera, sabía que nada le iba a pasar. Era maravilloso tenerlo, poder disfrutar de su cercanía.
–Harry, besame.
–No lo haré... Tienes jabón en la barbilla.
–Vale, terminemos de bañarnos.
–¿Sabes algo?
–No, ¿qué?
–Al diablo, entonces... – se lanzó abrazando su cuello y lo besó hasta que el oxígeno fue necesario.
Las sensaciones se posaron en la entre pierna de ambos y pronto las caricias surgían más necesitadas. Se necesitaban más que nada.
Como pudieron salieron de la ducha, aún con agua escurriendo y rastros de jabón. Sin dejar de besarse llegaron hasta la cama y Harry lanzó con suavidad el cuerpo de Louis en esta para subirse encima apoyando las piernas a los costados de su chico. Lo acariciaba de la manera más cariñosa y real. Todo se sentía real. Se sentía cómo magia.
–Tócame, Harry... Ahhh –gimió cuando las manos del rizado llegaron a sus muslos.
–Dejame hacerte mío, Lou.
–Siempre lo he sido, Harry.
Harry se sentía tan afortunadl de tenerlo completo para él. Era el momento. Pasaría. Y le daba miedo arruinarlo.
Empezó a pasar sus manos por cada centímetro de la piel de Louis y subió sus piernas para tener un mejor acceso. Le besó.
Sus dedos acariciaron su hombría sacándole un gemido ahogado y sintió como se revolvía su sistema tras el contacto que le proporcionaba.No era suficiente, necesitaba más. Lo necesitaba todo. Pero no era sólo sexo y estaba consciente de eso. Sabía que detrás de cada roce había un millón de sentimientos. Y aunque también tenía miedo dejó que fluyera, permitió sentirse amado.
No quiso quedarse quieto, él también quería tocar a Harry desde hace mucho. Y lo hizo. Sus manos actuaban con torpeza pero lograban hacer gimotear al rizado. Le tocó el abdomen y el pecho, trataba de hacer lo mismo que Harry le hacía. Se abrazó de su cuello nuevamente y subió más sus piernas rozando su zona con la del chico que lo estaba volviendo loco.
–Ahhh... Mierda, sí. –Gritó Harry y sus manos viajaron con rapidez al trasero de Louis levantándolo para sentirlo más cerca.
–Lo necesito, amor... Estoy listo.
Susurró a su oído lentamente. Eso era lo que necesitaba Harry para continuar, el permiso de Louis era lo que quería y ya lo tenía.
Tenteó su entrada y dio leves apretones para empezar a dilatarlo. Sabía que era la primera vez de ambos y lo que menos deseaba era herirlo. Louis estaba hecho un musical de gemidos y jadeos.
Cuando logró penetrarlo con un dedo gritó.
–Shhh... –con su mano libre le puso en de do en la boca para silenciarlo. –Tranquilo, amor. No te haré daño, pero... Necesitamos no ser tan ruidosos.
Louis asintió y una lágrima cayó por su mejilla. La intromisión le causaba dolor, dolía, pero se sentía bien. Harry, por su parte, empezó a hacer círculos para acostumbrarlo y pronto los sollozos eran de nuevo gemidos cargados de placer.
–Por favor... Ahhh, más.
–¿Seguro?
–Agrega... O-otro.
Lo hizo, agregó un segundo dedo y empezó a hacer tijeras dentro de Louis. Ya estaban muy necesitados, Harry empezaba a desesperarse porque su hombría dolía, y Louis quería sentirlo dentro.
–Necesitamos... lubricante –jadeo Harry.
–No importa, cariño. –Se alzó y besó sus labios. –Sólo hazlo, confío en ti.
Juntaron sus frentes y luego Harry lo volvió a besar. Cada segundo que pasaba parecía eterno. Jamás imaginó tener a Louis para él de esa manera y era maravilloso. Podía repetirlo mil veces. Pero era una magnitud enorme de emociones. Estaban a punto de hacerlo.
No era sexo, era entregarse en cuerpo y alma a la persona que amaban.
–Esta bien, bebé... Si quieres parar sólo pídelo y me detendré.
Sus respiraciones eran agitadas, sus corazones latían más rápido de lo normal y sus pieles vibraban, temblaban... Harry le haría el amor a Louis.
–Te amo, Harry.
–Te amo más, amor.
Separó las piernas y se colocó en su entrada dando pequeños embistes para adentrase en él poco a poco. Para Louis era como si intentaran desgarrarlo, romper su cadera en dos. Era un dolor enorme. Nunca creyó que su primera vez dolería tanto, y tampoco imaginó que sería jodidamente perfecto.
Harry se detuvo en cuanto estuvo dentro por completo y tomó la erección del híbrido para que se concentrara en el placer y no en el dolor.
–Estas muy estrecho, Lou... Dime si quieres que me mueva.
Pasaron unos segundos y Louis asintió.
–Ya.
Sus rizos se pegaban a su piel por la capa de sudor que lo cubría, con cada movimiento se sentía llegar a la gloria, era bueno. Louis apretaba las sábanas y se retorcía debajo de Harry jadeando y gimiendo su nombre una y otra vez.
Tocó el cielo con un beso. Tocó el universo con una caricia. Pero era más grato tocar lo inimaginable con un sentimiento. Algo que nació sin esperarlo. Fluía como agua y se concentraba como una población de hormigas. Y era suficiente.
El poder arrasador del orgasmo los inundó por completo y pocos segundos después se encontraban abrazados, tratando de controlar sus respiraciones. Sus pechos subían y bajaban, se miraban y sonreían. Había sido la mejor noche de ambos hasta ahora.
–Fue...
–Lo mejor. –Completó Harry y lo abrazó más fuerte.
–Gracias por esto, por todo, Harry. No sabes cuánto te amo.
–Te lo haría mil veces sólo con tal de ver tu carita de felicidad todos los días.
–Nunca te vayas.
–Viajaría a todas partes y tu corazón siempre sería mi sitio favorito. Tú eres mi hogar, Louis. No quiero ir a ninguna parte si no regreso a mi hogar de nuevo.
–¿Yo soy tu hogar?
–Tú eres mi todo.
Volvieron a mirarse, se besaron y disfrutaron de la calidez del otro el resto de la noche.
Tan fresco como la brisa de verano, tan abrumador como los truenos de lluvia. Daba miedo, pero se sentía bien. Era enorme que no creían soportarlo más. Y si el miedo era fuerte el amor lo era más.
Y sólo eso importaba. Conservar un sentimiento. Conservar el amor.
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CANDY CAT
Fanfiction-Mami, mami... ¡Quiero ese gatito! -No es un gatito, Harry. Es mitad humano. El rizado ladeó su cabeza confundido. -Déjame quedarmelo. -Metió sus manitas dentro de la caja donde el híbrido estaba y acarició su pelaje. -Anda, mami, -tiró de la blusa...