-¡¿Unas bragas?!
-¿No te gustan?
-No es eso, son lindas. Pero... ¿cómo se te ocurre regalarme esto?
-Creí que se verían bien en ti- susurró.
-Pues creíste mal, cariño.
Harry lo miró apenado y bajó la cabeza. Se sentó frustrado en la cama y Louis corrió a su lado.
-Bebé, no... No quiero que pienses algo malo. Me gustan, son bellas. El lazo las hace tiernas y el color azul combina con mis ojos. Pero...- suspiró riendo -¿a dónde crees que iría mi pene en esto?
-Lo siento, yo sólo... Quería que las usaras. Aunque sea por una sola vez.
Harry se levantó y fue a su ventana. Estaba apenado. Pero no pudo evitar pasar otra pena al comprarlas cuando las miró en aquel estante de lencería.
-Oye- llamó al aludido. -En serio no era mi intención hacerte sentir mal, Hazz. Sólo que también me daría pena usarlas.
-Oh- emitió entre un murmuro.
-¿Te molesta si les las doy a Gemma?- cuestionó. -Ella las usará sin problemas.
-No- se limitó a decir. -Ella nunca usaría esto.
-¿De verdad quieres que las use, Harry?
-Si tú no quieres está bie...
-Las usaré, ¿de acuerdo?- dijo sonrojado. -Creo que no es tan malo después de todo.
-¡¿Qué dijiste?!
-Lo haré, Hazz. Dame unos minutos.
Entró al baño del cuarto y, con las bragas de algodón azules en mano, empezó a sentir como su cuerpo entero temblaba con la sola idea de imaginarse a si mismo usando esa prenda tierna en su anatomía.
Iba a usar ropa interior femenina. Es nunca le pasó por su mente. Y mucho menos pensar que Harry sería quien le diera ese tipo de obsequios.
Empezó a bajar sus pantalones y a deshacerse de su bóxer. Los lanzó lejos sin importarle a donde llegaran y extendió la prenda frente a él. Observó con cuidado cada detalle: era azul pastel, con un lazo y no tenía nada de encajes ni figuras que pudieran rozar su piel. En los bordes tenía tela en tonos más oscuros y el algodón parecía ser aún más suave que la tela de sus calzoncillos.
“Oh, Harry... No puede ser que me hagas usar esto”.
La deslizó por cada una de sus piernas y se atoró ates de llegar a su trasero. Eran pequeñas para su figura, así que batalló un poco hasta lograr que se ajustaran como quería.
Por fortuna todo quedó en su lugar, pero había un enorme problema. Su intimidad se notaba muchísimo más de lo normal y es sería algo que Harry notaría al instante. Bajó un poco su polera tratando de cubrirse y la voz de su novio lo sacó de balance.
-Louis... ¿Ya quedó?
-Ya casi... Es difícil usar de estas.
Se posicionó frente al espejo y arregló sus cabellos, su ropa, se admiró a si mismo y admitió cuán precioso se miraba usando bragas. Sin duda su trasero se marcaba perfecto y las curvas de sus caderas sólo hacían que se viera aún mas provocativo.
-Harry- llamó dentro todavía. -Saldré con una condición.
-Habla rápido, que me interesa esa oferta.
-Por favor no te rías cuando me veas.
-Lo prometo, gatito.
Se dirigió de último momento a alisar el pelaje de su cola y se dispuso a salir dejando dentro del baño un suspiro entrecortado por los nervios que le taladraban los pensamientos.
Abrió la puerta con lentitud escondiéndose detrás de esta temeroso por la expresión que le daría el chico de rizos después de verlo usando el regalo que le hizo.
-Vamos, ven aquí.
Caminó un poco con las manos tras su espalda, sumiso, haciendo lo que Harry pedía hasta llegar a donde estaba sentado. Su polera aún lo tapaba y no dejaba de admirara la escultura que era.
Harry no le dijo nada, únicamente le ofreció una sonrisa serena y lo tomó de las caderas pasando sus manos por debajo de su camisa, subiendo un poco sin mirar abajo, sólo uniendo miradas. Subió hasta que llegó a la unión de sus brazos.
-¿Puedo?- pidió refiriéndose a la ropa. Louis asintió levantando sus manos para otorgarle el permiso total a su novio de quitarle la tela que ayudaba a cubrir su entrepierna. Sin dejar de mirarlo a los ojos, sin dejarse llevar por el impulso que tenía de bajar su vista hasta sus caderas.
El rizado se inclinó a besar sus labios, recorrió su mandíbula, su cuello, sus clavículas y con sus manos acarició la espalda del castaño hasta chocar contra la cola y soltó una risita al notar como el chico se sobre saltaba ante su tacto.
-Relájate- susurró. -No haré nada que no me permitas hacer.
-Me quedaron algo apretadas- cambió de tema evadiendo la propuesta del rizado.
-Dejame verte, ¿sí?
El híbrido bajó sus orejas indicando que podía verlo y la mirada del rizado brillo en cuando su vista se posó en lo perfecto que era Louis utilizando ese tipo de prendas. Miles de imágenes se arremolinaron en su inconsciente haciéndolo tambalear con sus palabras. Quería salir corriendo a comprarle más. Quería verlo el resto del día. O quizá sería una mejor idea tomarle fotografías y pegarlas por cada pared de la habitación. Incluso pensó muy a fondo tatuarse la figura de Louis en todo su cuerpo.
-¡Jesucristo!-exclamó asombrado.
-Me veo mal, ¿cierto?
-Eres el ser más perfecto de todo el universo.
-Vaya, gracias.
Ignoró de nuevo lo que Louis decía y lo besó. Sus lenguas formaron una danza y sus labios hacían el complemento perfecto con el sonido de los choques.
El desayuno fue olvidado por completo.
Necesitaban devorar la boca del contrario y deleitarse con el sabor de los suspiros.
-No, Harry... Espera. No me siento listo, lo lamento.
-¿A qué te refieres?, ¿no quieres que te bese?
-Nunca me habías besado de esta manera, pero no es eso. Yo... No quiero esto aún.
-Ve al grano, gatito astuto.
-Sexo, Hazz... No aún.
-Yo no estaba pensando en tener sexo contigo, amor.
Eso los confundió a ambos. Sin duda era una confusión que los precipitaba a dudar de todo y de nada.
-¿Ah no?- pensó.
-No, Lou... Sólo quiero amarte. Y el día que los dos queramos eso no estaremos obligados. El amor no implica sexo, implica sentimientos.
-Chicos, bajen a desayunar- gritó Anne desde la planta baja.
Louis le sonrió enternecido y corrió de vuelta al baño para vestirse rápidamente.
Harry nunca imaginó decir cosas tan profundas, y eso era culpa de su chico. Ese chico era el culpable de causar tantas emociones un su persona. Y amaba que fluyera de esa manera. Amaba estar enamorado.
♥♥♥
Para ti, Litza... Te quiero muchísimo. Gracia por ser de las primeras en comentar, en leer, en votar. Y aunque antes nos tirábamos hate mutuamente sabes que ahora me importas demasiado y eres una niña muy especial para mí. Te mereces un capítulo sólo para ti.
❤

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CANDY CAT
Fanfiction-Mami, mami... ¡Quiero ese gatito! -No es un gatito, Harry. Es mitad humano. El rizado ladeó su cabeza confundido. -Déjame quedarmelo. -Metió sus manitas dentro de la caja donde el híbrido estaba y acarició su pelaje. -Anda, mami, -tiró de la blusa...