–¿Mamá?
–...¡No! –exclamó nerviosa. –Es decir, no lo creo. Yo no he tenido hijos cómo...
–¿Cómo yo? –sus facciones se fruncieron. Ese comentario lo había herido. Louis estaba seguro de que esa mujer era su madre; sus ojos, su cabello, sus manos sosteniendo la carta de empleo, su voz. Debía saber su nombre, recordaba en lo más remoto de su mente el nombre, pero no lo podía decir con exactitud, necesitaba que alguien lo dijera para saber si era ella.
–Es que tu aspecto, es muy desconcertante.
–¿Le parece raro? –preguntó con tristeza. –A mí también, pero así soy y no puedo cambiarlo. Harry me enseñó a aceptar mi esencia y aunque a usted no le agrade tengo una familia que me ama.
–Yo sólo vine por el empleo, chico.
–Mi madre no se encuentra en casa.
–Me acabas de llamar mamá y ahora dices que "tu madre" no está en casa. –Hizo comillas con sus dedos. Se estaba burlando demasiado, Louis no lo iba a soportar por mucho tiempo.
–Digame cómo se llama y la dejo en paz.
–Johanna, niño. Me llamo Johanna.
El mundo se desmoronó ante sus ojos. Sí, Jay, cómo la llamaban sus amigas. Ella era su mamá.
–Lo sabía... ¡Usted me abandonó! –sus ojos se cristalizaron de inmediato. –¡Me dejó bajo la lluvia, a mi suerte!
–A ver, calmate... No sé de qué hablas.
–Por supuesto que lo sabes, madre. Pero quiero que escuche algo... Harry me salvó, Anne me aceptó con ellos en su casa. Recibí una buena educación, me han tratado bien todo este tiempo, Gemma es adorable aunque a veces se exalte, tengo una familia hermosa. ¡Una familia que tú no me diste!
Estaba llorando y gritando cómo loco. Olvidaba dar respeto, hablarle de usted. Era tan cruel...¿Y cómo evitarlo?
Después de años sin saber nada de la mujer que lo dio a luz aparecía de la nada y se tomaba la libertad de negarlo, de insultarlo y burlarse de quien era. Cualquier persona podría decir que era estúpidos porque posiblemente esa mujer que Louis creía, pero él estaba seguro, lo recordaba. Los mínimos detalles estaban frente a él, la misma voz que lo abandonó bajo la lluvia hoy lo minimizaba.–Louis, amor. ¿Quién es? –la voz de Harry sonó en las escaleras. Louis debía parar el drama ahora si no quería levantar sospechas de su terrible escena.
–Mire, Johanna... Váyase y nunca vuelva. A mí me quedó muy claro que me botó de su vida porque no me quería en ella y ahora es cuando menos la necesito. Espero que encuentre la paz necesaria para seguir después de saber que su hijo está vivo. Y ya que menciona a William, es una pena que ese niño haya sufrido tanto por su culpa. Puede negarlo todo lo que quiera, pero usted misma lo aceptó en un principio.
Johanna bajó la mirada, las palabras de su hijo eran muy hirientes. Sí, lo aceptaba, falló en la peor de las maneras.
–Bebé... –Harry llegó hasta la puerta y se paró aun lado de su novio, pasó sus manos por su cintura y besó su mejilla. –¿Puedo ayudarla, señora?
La mujer alzó su vista y notó cómo el rizado abrazaba a Louis/William.
–Supongo que tienes mucha confianza con tus amigos.
–No... Harry es mi novio.
–Novios... Vaya. –Pensó todo un momento. William era feliz, ella no debía destruir esa felicidad ahora.
–Que no le sorprenda. No por ser lo que soy no tengo derecho a amar.
–Amor, ¿qué pasa?
–Nada, cariño. Johanna ya se iba. –La miró y sonrió incrédulo. Esa sería, con suerte, la última vez que vería a su madre.
–Ah, vale. Mucho gusto Johanna –Harry extendió su mano y la mujer la estrechó. –Iré arriba, Lou, te espero. –El híbrido asintió y besó sus labios.
–Espero algún día logres perdonarme, William.
–¿Ahora lo aceptas?, ¿aceptas que tú eres mi mamá?
–¡No sabía qué hacer! –exclamó. –¿Qué dirían de mi las personas?
–Ese fue tu problema, Johanna, que no supiste cómo lidiar con algo que era parte de ti. Fuiste demasiado cobarde cómo para aceptarlo.
–No, William... –intentó tomarlo de los brazos pero el chico se alejó rápidamente.
–Louis –corrigió. –Y no tengo nada qué perdonarte. Ten una gran vida; cuando me busques ya sabes donde encontrarme, adiós.
Cerró la puerta sintiéndose culpable, las lágrimas hacían surcos en sus mejillas, salían a borbotones una tras otra, no sabía como sentirse exactamente. Debía mostrarse fuerte de ahora en adelante, vivir con la idea de que podía encontrarse a su madre biológica en cualquier parte y que no podía decirle a nadie de esto si quería seguir estable.
¿Por qué ahora?, ¿por qué volvía cuando pensaba haberla olvidado?
Quizo subir las escaleras sintiendo cómo sus pies se quedaban quietos pensando si era mejor seguir avanzando o retroceder a la salida e irse lejos.
Dolía más que el recuerdo y se adentraba como cuchillas en su organismo.
Louis debía ser aún más fuerte ahora.

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CANDY CAT
Fiksi Penggemar-Mami, mami... ¡Quiero ese gatito! -No es un gatito, Harry. Es mitad humano. El rizado ladeó su cabeza confundido. -Déjame quedarmelo. -Metió sus manitas dentro de la caja donde el híbrido estaba y acarició su pelaje. -Anda, mami, -tiró de la blusa...