Corrió escaleras arriba sintiendo sus piernas trémulas, cómo si en cualquier momento fuera a caer. Las lágrimas inundaban sus ojos haciéndole la vista nubosa, sin embargo, no logró derramar ninguna, pues si se mostraba así frente a Harry, desataría una cadena de preguntas que no serían para nada cómodas.
Entró al cuarto de baño y abrió el grifo dejando que el chorro de agua mojara sus manos, entonces lavó su rostro para quitarle un poco el aspecto demacrado y esperó que el rojo de su piel se aclarara en tonos más naturales antes de salir. Se dirigió tembloroso a la habitación que compartía con su novio y suspiró antes de entrar.
–Mi amor, ¿qué te pasó?
¿De qué sirvió todo su truco entonces? Lastimosamente no podía engañar a nadie. Ni siquiera se sentía capaz de fingir estar bien, de procesar el hecho de haber tenido a su madre a centímetros de distancia. Un nudo asfixiaba su garganta impidiéndole el paso del oxígeno que necesitaba dejar fluir por sus pulmones, una opresión en s pecho lo ataba y detenía el movimiento de sus articulaciones, mantenía los ojos bien abiertos, cristalizados; no aguantaría ser fuerte ni por un segundo más.
Patético, quizá. Se humilló a si mismo desbordando la muralla que lo protegía del dolor. El agua salía a borbotones de sus fanales índigos y su boca liberaba gemidos ahogados.
El rizado no entendía nada, pero actuó por instinto y corrió a abrazar al híbrido. Quería mantener sus piezas juntas, y tal vez era lo que más le hacía falta, porque con ese abrazo podía resistir más, con ese abrazo podía mantenerse completo. Temió que Harry lo soltara, si lo hacía probablemente acabaría de romperse de inmediato.
–Louis, pequeño... –susurró pasando su mano por toda la extensión de la espalda del menor, él sólo hipaba y lloraba sin tomarle importancia de cuán mojada dejara la camisa del rizado.
Hundió su rostro entre el cuello, hombro y rizos de la persona que lo ayudaba a sentirse menos miserable, porque sí, con unas cuantas palabras provenientes de Harry se sentía vivo.
–Estoy aquí, hermoso, tranquilo. –Seguía arrullándolo y acariciando su piel por encima de la ropa. Sin tener idea de qué pasaba, pero sabía que Louis lo necesitaba.
–Harry... –gimió bajito.
–No, no hables, amor. Estoy aquí, no me iré a ninguna parte.
–¿Me lo... prometes?
–Te lo prometo, corazón.
Harry besó su coronilla, justo en medio de sus orejas y lo abrazó aún más fuerte llevándolo poco a poco a la cama. Se sentó y colocó al híbrido en sus piernas, sin soltarlo, dándole apoyo.
–Vamos, Lou... Todo estará bien.
Louis levantó su vista posandola sobre los ojos verdosos de Harry. Conectaron sus miradas, una mirada triste, una preocupada. Tenía un puchero formado en sus labios y las facciones fruncidas.
Harry sintió cómo su novio volvía a acurrucarse entre sus brazos y no evitó sonreír. Su bebé, su gatito... Estaba mal.
Se relajó y esperó a que él estuviera dispuesto a hablar.
Imaginó, entonces, que se trataba de otro episodio de ansiedad y pánico cómo los que tenía cuando era niño, sin embargo, nunca tuvo alguno tan fuerte, así que alejó la idea rápidamente.–Te amo, Lou... ¿Lo sabías? –Louis asintió. –Vamos a estar bien, cariño.
Pasó un largo lapso de tiempo hasta que logró sentirse estable para hablar sin titubeos. Movió un poco su cabeza sintiéndose la humedad de lágrimas que empapó la tela y miró a Harry avergonzado.
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CANDY CAT
Fanfic-Mami, mami... ¡Quiero ese gatito! -No es un gatito, Harry. Es mitad humano. El rizado ladeó su cabeza confundido. -Déjame quedarmelo. -Metió sus manitas dentro de la caja donde el híbrido estaba y acarició su pelaje. -Anda, mami, -tiró de la blusa...