Sus respiraciones se volvían agitadas, sus pieles vibraban cada vez que recibían un roce ligero. Estaban tan vulnerables el uno para el otro que rápidamente el ambiente de aquella habitación se volvía casi igual de ligero que sus caricias.
–Vayamos lento –pidió el castaño. –Quiero sentir cada centímetro de tu piel.
Sus pequeñas y delicadas manos se aventuraron a lo largo de sus brazos, viajaron por la extensión de su espalda y se depositaron alrededor de su cuello. En ese lugar jugó con sus cabellos rizados, jaló con cuidado un mechón de hebras y se detuvo a percibir sigiloso la seda de las mismas colarse entre sus dedos.
Harry se detuvo en seco. Cualquier pizca de placer o deseo se esfumaron por completo en cuanto sintió la necesidad de decirlo. Se lanzó a si mismo fuera del cuerpo de Louis y se colocó en el perfil izquierdo de la cama. Desnudo, sudoroso, agitado, con sus manos entrelazadas sobre su regazo.
Inseguro.
Louis gateó hasta él confundido por su reacción. Se acercó a su cuerpo y tocó su hombro, rápidamente Harry abrazó su mano y sonrió.
–Podemos ir rápido si quieres, Hazz... No quería incomodarte –susurró con voz entrecortada.
Así que Louis pensaba que había sido por pedirle ir despacio. Esa inocencia era la que su novio tanto adoraba.
–No, pequeño... Sí quiero, es decir, uhm... Podemos hacerlo como tú desees.
–¿Entonces qué pasa?, ¿dije algo malo? –Harry le dio la vuelta y lo sentó sobre sus piernas, él siempre sería su bebé, siempre quería tratarlo bonito, cuidarlo como un tesoro, como su tesoro.
–No dijiste ni hiciste nada malo. Tranquilo, bebé. –Besó sus labios y lo abrazó contra su pecho. –Te amo, ¿bien?
–Bien. Lo sé, yo también te amo. Muchísimo.
–También lo sé, tu preciosa boquita lo dice todos los días –le sonrió acariciando de arriba hacia abajo su espalda. –Nunca dejes de hacerlo, me siento bien si lo haces, aunque... –hizo una mueca pensativo –me sentiría mejor si lo dijeras más seguido.
Rió algo audible para ser escuchado más allá de esas cuatro paredes que guardaban cada momento en testimonio de su amor. Era realmente increíble como esas mismas cuatro paredes eras testigas de ese sentimiento inmenso que proclamaban alma, mente y corazón cada día... Y cada día se volvía más fuerte.
–Eres un engreído –rió junto con él propinándole un leve golpe en su pecho.
Harry tomó sus manos y tocó sus nudillos con los labios. Observó atento el dedo anular donde tradicionalmente se colocaban los anillos de compromiso.
–Louis –llamó al híbrido –tú has dicho que eres mío... Esta noche y siempre –citó sus palabras.
–Oh, es verdad. Siempre lo he sido.
–¿Y siempre lo serás? –preguntó viendo el cielo en sus ojos.
Un cielo nocturno, una luz opaca que nublaba sus vistas y propagaba tinieblas a su alrededor, una mirada siniestra con miedo a ser observada dentro de su propia verdad.
Su vista era el cielo de día y de noche, el mar ruidoso de su interior, la lluvia cayendo sobre las ventanas...
Siempre encontraba paz si veía el paraíso de sus ojos, ese índigo que se volvía brillante y nuboso al transcurrir de las horas. Si realmente Louis le pertenecía quería pertenecerle también.
–Siempre, Harry.
–Entonces yo también soy tuyo. Ambos nos pertenecemos y eso basta.
[...]
Zayn y Niall habían tenido dos encuentros casuales después de aquel día.
Sofia notaba extraño al morocho, incluso sentía que el interés había disminuido notablemente y fue ella quien quiso terminar con todo aquello.
Zayn se sentía liberado hasta cierto punto. Por un lado, su ahora ex novia ya no tomaba papel importante en su vida, –lo cual agradecía rotundamente– y por otro lado, Niall ya tenía una idea un poco clara sobre sus sentimientos hacia él.
Sin embargo, había un pequeño problema, y es que Niall seguía tomándole contraria. Quizá estaba asustado, hasta llegaba a creer que no le importaba en lo absoluto retomar su amistad si eso implicaba olvidarlo.
Sin embargo, muy en el fondo, ese beso le había gustado y culpaba a Zayn por revolver todas las ideas en su cabeza. Se preguntaba a diario en qué momento el chico que llegó a llamar hermano había empezado a sentir atracción física por él.
Ahí estaba la controversia, que Niall creía que sólo era gusto exterior cuando en realidad Zayn estaba enamorado sentimentalmente.
Divagaba sobre cualquier hipótesis que creara su retorcido cerebro sobre ellos; la conclusión siempre era la misma. Niall no quería estar enamorado de Zayn, pero era demasiado difícil no poder evitarlo.
[...]
Para ambos era maravilloso escucharse a si mismos gemir en su nombre a la persona que amaban, seducirlo con un poco de dulzura y decaer en sus pechos con el sentimiento que florecía en sus almas.
Eso pasaba. Se percibían jadear con voz ronca el nombre de su amado, gemir cada vez que golpeaba piel con piel, disfrutar del placer que les provocaba ese frenesí. ¡Y joder! Era glorioso.
Harry miraba a Louis como un chiquillo inquieto bajo su dominio, bajo su impulso.
Louis miraba a Harry como el único hombre que podía dominarlo hasta someterlo en una lucha incesable contra su propio poder.Era algo indescifrable. Sólo ellos lo podían explicar.
Es casi una mentira como alguien puede llegar a amar tanto a otra persona hasta dejarse controlar por si misma.
Pero lo de ellos no era un control malévolo, era un control que se imponían para mantener los cimientos de ese amor que sentían.
Depender del otro, depositar toda su confianza y amor en ese ser humano... era fascinante.
Harry no sólo anhelaba tomar su cuerpo cada noche, no sólo deseaba besar sus labios y sentir el palpitar de su corazón. Él deseaba arrancar sus miedos, lanzar lejos sus inseguridades, resguardar su sonrisa en un cajón con llave, cuidar esos pequeños pero potentes latidos para seguir escuchándolos aún en el palpar de una tormenta.
Lo quería para mostrarle un mundo nuevo, para pasar horas y horas charlando sobre cualquier cosa insignificante que tomaría sentido sólo porque nacía dentro de su interés, para dormir abrazados junto a la chimenea, para salir al porche de la casa y mirar juntos la luna y las estrellas, para caminar bajo el sol a la orilla del océano, para disfrutar de esos pequeños placeres que logran llenar los espacios vacíos de nuestras vidas, para amar más allá de lo físico hasta tocar ese punto irreal.
Lo quería para pasar una vida entera juntos, para compartir buenos y malos momentos a su lado.
Harry quería a Louis para siempre. Louis quería a Harry de la misma manera.
Lucharían por ello, y ambos ya tenían planeado el inicio de una historia sin final.
♥♥♥
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CANDY CAT
Fanfiction-Mami, mami... ¡Quiero ese gatito! -No es un gatito, Harry. Es mitad humano. El rizado ladeó su cabeza confundido. -Déjame quedarmelo. -Metió sus manitas dentro de la caja donde el híbrido estaba y acarició su pelaje. -Anda, mami, -tiró de la blusa...