DEJANDO HUELLA

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Kilian no podía creer que siendo la primera noche que pasaría con ella ya hubieran discutido otra vez, y no solo eso, que uno de los dos terminara durmiendo en el sofá, tampoco esperaba que durmieran juntos, pero claro que si no hubiera cedido a sus celos ellos hubieran continuado besándose y tal vez romperían esa tensión sexual que se sentían. Mientras estaba acostado en la oscuridad de su recamara pensaba en cómo había pasado de pensar en sacarla de su vida para después pensar en acostarse con ella. Aún no había podido recuperarse de que la chica que le gustara se casara con su hermano, ella siempre le dejó claro que lo amaba a él pero aun así tenía una mínima esperanza, alejarse de Storm Ville para irse a Londres era lo mejor que hubiera podido hacer ya que deseaba comenzar de nuevo, quería olvidarse de las mujeres; ser un hombre nuevo para olvidarse de la muerte de su padre, pero aun desde el infierno su padre seguía haciendo de las suyas; así como jamás le dijo que lo había casado cuando tenía siete años con una latina.

Él más que nadie sabía que era un hombre difícil, intentaba ser un hombre diferente, intentaba no ser odioso con Regina enserio, pero una parte de él lo obligaba a hacer estupideces y siempre echar a perder el poco progreso que llevaba. 

 Cuando la luz del sol entró por su ventana un aroma llegó a su fino olfato, no podía reconocer lo que era así que se paró de inmediato y caminó hasta dónde provenía el olor. Cuando llegó a la cocina observó a Regina cocinando con audífonos, para Kilian era super extraño ver a una mujer en su casa a esas horas de la mañana cocinando y si además de eso le agregaba que era muy bonita y tenía un cuerpo muy deseable para él... simplemente no podía creer lo que veía, ella usando un pants y una blusa blanca con el cabello recogido, no necesitaba estar vestida provocativa para llamar su atención, ¡Ella estaba cocinando en su cocina! ¿Qué más podía pedir? Se acercó lento esperando a que ella comenzara a pelear de nuevo...

— ¡Oh ahí estas, ven ya está el desayuno!... —Kilian parpadeó varias veces sin entender que ocurria, tal vez era una trampa latina, pero aun así se sentó frente a ella. — Esto te encantará, son tortillas, las hice a mano ya que aquí no hay ninguna tortillería, hay huevos estrellados con la yema bien cocida, papas a la francesa, y si puedo presumir también hay Hot Cakes con mermelada, esta vez tuve que salir a comprar las cosas al súper mercado, hubieras visto la fila de la caja estaba enorme, pero... ya compré productos de limpieza, por cierto toda la casa ya está limpia, si irás a trabajar hoy toda la ropa ya está lavada y planchada simplemente no hagas tanto desastre al sacarla podría matarte.—Por unos segundos dejó de hablar y comió un bocado mirando de nuevo la revista que había comenzado a leer ayer por la noche. Kilian estaba totalmente impactado, era como si de repente de la noche a la mañana tuviera a la esposa perfecta frente a él, miró su mesa repleta de comida; y se dio cuenta que jamás había visto así un desayuno en su casa. — ¿Qué tanto piensas? si no comes se enfriará y créeme no volveré a calentarlo, aquí no es restaurante Kilian.

—Recapitulemos... ¿Tú te paraste temprano y fuiste a hacer las compras, limpiaste toda la casa, lavaste y planchaste mi ropa y te dio tiempo para hacer todo esto de desayunar?— preguntó aun sin poder creerlo.

—Sí, ¿Por qué? ¿Es malo?

—La pregunta correcta sería ¿Es posible algo así? —Regina sonrió y levantó los hombros masticando  mientras tomaba leche.

—Ah por cierto no he visto a tu gato Lían pero hice unas compras para él, ahora que tengo una tarjeta de crédito aproveché. — Se paró y de la mesa de al lado de dio una bolsa con varias cosas para gatos. — Estas hierbitas de aquí se llaman Catnip y es para ponerlo en sus juguetes, compré comida especial para él, hay cascabeles y hasta encontré una camita a su medida, espero que no te moleste. —Kilian observó cada juguete que se encontraba en la bolsa y miró a Regina estudiándola.

—Hoy me desperté pesando que discutiríamos más... ¿Por qué te portas así?— preguntó esperando ansioso su respuesta.

—Pues es que no hay motivo para seguir peleando, es un nuevo día Kilian, ah y espero que no te moleste pero hace rato llamaron por teléfono y contesté era Mark y me dijo que tenías que estar en tu oficina a las nueve y media, así que tienes aproximadamente una hora y media para terminar de desayunar, bañarte e ir a tu trabajo.

— ¿Cómo carajo lo haces?— preguntó aun intentando comprenderla, se volvió a sentar y comenzó a comer.

— ¿Cómo hago qué?

—Hacer todo en poco tiempo y ser organizada. —Regina elevó sus hombros y sonrió.

—Fui criada por una mujer latina, ¿Qué te digo? Además de que mi abuela me enseñaba, me gusta ayudar; pero no te emociones, te enseñaré a hacerlo para cuando firmemos el divorcio lo hagas mejor que yo. Por cierto, en lo que tú vas a tu oficina yo iré a tomar algunas fotos, Londres es muy bonito...

—No irás a tomar fotos, irás conmigo a la oficina y te quedarás ahí.

— ¿Qué? ¿Pero por qué?

—Porque mientras pasemos más tiempo juntos más rápido firmaremos ¿recuerdas?

—Kilian no quiero estar en tu oficina todo el tiempo, también tengo mis planes, podría estar contigo en las cosas importantes que tienes que hacer y cuando sea la hora de la comida salimos a juntos por la ciudad y aprovecho para tomar fotos. ¿Qué dices?

—Vaya... es un buen plan, entonces me apresuraré. — Comenzó a comer más rápido y al verla comiendo tortilla imitó comiendo una, — ¿Qué es esto verde?— preguntó y sin esperar la respuesta le agregó a su comida y lo masticó.

—Es... salsa. — Regina comenzó a reír y Kilian pasó su bocado arrepentido.

— ¡Esto quema Regina! — Corría de un lado a otro soplando tras haber probado la salsa de chile habanero de Regina.

—Eso te pasa por querer agarrar de mi plato, deja de correr, toma leche y se te pasará. —Él obediente tomó la leche de su vaso y por la mente de Regina pasaron malos pensamientos al ver como se escurría por todo su dorso desnudo, cuando bajó el vaso la miró serió.

—Los vasos son transparentes Regina, puedo ver cuando pones cara de pervertida, en vez de verme con esa cara has algo para que se me pase esta sensación. —Regina soltó una fuerte carcajada frente a él y recogiendo los platos lo ignoró.

—Es tu castigo por lo que le dijiste a Alfonso, voy a cambiarme "Cariño" — caminó hasta el baño aun riendo a carcajadas y lo dejó ahí soplando para calmar el ardor.

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Engatozada: KilianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora