CUENTOS DE VILLANOS

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—Pero si irás a la fiesta de sus hijos... ¿no crees que te invitó porque te perdonó? ¿Qué cosa tan mala le hiciste?

—Si te cuento se desnivelaría la balanza de nuevo.

—Entonces yo te contaré algo malo que haya hecho. —Kilian la miró por el rabillo del ojo y se sinceró.

—Conste. Regina yo no fuí un buen hombre, cuando mi padre vivía lo único que yo  quería era la atención que le brindaba Devlin, y bueno mi padre no era un buen hombre, nunca lo fue; le hizo un terrible daño a todos mis hermanos, y yo...—Cuando Regina escuchó que sus palabras le pesaban se giró y lo miró siendo comprensiva. —Yo... le ayudé a hacerle la vida imposible a quien él me pedía, me ordenó que le quitará a la mujer que amaba, sus órdenes eran tajantes, cuando decía "quitar" no exactamente se refería a quitársela, era más deshacerse de ella como fuera, ya fuera matándola o alejándola, yo no la mataría; claro, pero la obligaría a alejarse de él.

— ¿Y lo hiciste? —preguntó casi en un susurro.

—No, porque cuando la vi me enamoré de ella, yo... como dije no era un buen hombre y quise sobrepasarme una vez. —Miró a Regina esperando alguna queja por su pasado pero ella lo seguía escuchando atenta, así que él siguió. —Me aproveché de que Devlin no estaba y la amenacé diciéndole una y otra vez que sería mi mujer... ¡Regina di algo! Tu silencio me abruma. 

— ¿Qué quieres que te diga? No te voy a juzgar, cuando empezaste a contarme todo esto aclaraste que eso fue en el pasado, eso no cambia el hombre que eres ahora, no debe afectarte.

—Es que si me afecta.

— ¿Pero por qué?—Kilian se sentó y  mirando el cielo regresó a la mirada de Regina.

—Me afecta porque yo sigo enamorado de ella. —Regina no hizo ningún gesto, no quería que supiera que algo había tronado dentro de ella, era claro que Regina aun no lo amaba... pero sí que estaba disfrutando el tiempo  que pasaban juntos. —Ya sé que soy un imbécil... sé que tiene hijos y que tiene una vida perfecta con él, y no sé por qué si ella nunca me dio armas para sentir lo que siento, aun la pienso.

—Tal vez deberías hablar con ella y decirle lo que sientes, creo que eso te ayudaría.

—No... yo me alejé de Storm Ville por eso.

— ¿Entonces por qué quieres que vayamos ? ¿No será que quieres darle celos?—Kilian la miró y sin responder se pasó al asiento del conductor. — ¿Es eso?—Se sentó en el asiento de copiloto y esperó su respuesta.

—Nivela la balanza. —Dijo serió encendiendo el auto.

—Se supone que quieres que vallamos porque me presentarías a tu familia, se supondría que lo intentaríamos por eso iríamos.

— ¡Nivela la maldita balanza Regina! —Esta vez gritó tan fuerte que sintió dolor en los oídos, Regina cerró los ojos y después lo miró. 

—No tiene caso que grites, porque ¿Qué crees? No nivelaré nada, carga el peso de tu balanza por que no iré contigo a Storm Ville, no soy un clavo especializado en sacar a otros. —Se giró del lado de la ventana y miró el cielo por el cristal, se sentía un poco culpable, pero Kilian no ayudaba mucho, entonces arrepentido por haberle gritado detuvo el auto en medio de la nada, apagó las luces y quedaron en la oscuridad de la carretera.

—Perdóname...— dijo recargando su cabeza en el respaldo. —Soy  un hombre inestable, como te dije, no he sido un buen hombre, y estoy seguro que si estuviera en un cuento yo sería el villano, creo que eso es lo que más me duele. —Regina alzó la vista y lo miró observando las estrellas, varias lágrimas recorrían las mejillas de Kilian.

—Pues el villano de este cuento tiene su encanto porque yo me estaba encariñando con él. —Le comentó recargándose en su hombro y Kilian cerró los ojos al sentirla. —Cuando tenía 19 años mis abuelos no podían pagarme la escuela, y mi abuelo sufría cáncer, por eso quería el seguro que Alfonso me ofrecía, pero en ese entonces aun no lo conocía, así que se me hizo fácil juntarme con las personas que no debía, ellas me enseñaron a robar yo solo quería volver a casa con dinero y cuando asalté a alguien corrió y un auto la atropelló, cayó y solté sus pertenecías, me alejé del lugar y hasta la fecha no puedo dormir tranquila, no sé si murió. ¿Quién diría que la princesa del cuento resultará ser una asesina?... esta nivelada.

Kilian se giró y se encontró con una de las miradas más tristes que jamás había visto, era la primera vez que la princesa y el príncipe confesaban sus crímenes, era algo con lo que no podía compararla con Eleonor, tal vez un par de villanos podrían buscar el final feliz.

—Yo creo que no estás enamorado de ella, creo que lo que te cuesta trabajo es dejar el papel del cazador, lo que sientes es culpa... no amor. —Sus palabras encajaban exactas en el agujero de su problema, acababa de darse cuenta que Regina tenía el poder de cambiar y de sanar a las personas,  Regina tomó su rostro y besó sus mejillas justo donde escurrían sus lágrimas. —No llores príncipe; todos los humanos somos inestables, todos podemos dejar de ser villanos para convertirnos en los héroes de nuestra historia. —Kilian la tomó por la cintura y la acomodó en sus piernas, la abrazó y ambos se quedaron dormidos ahí bajo las estrellas arrullados por el suave viento de Rocksile. Todo estaba muy tranquilo, hasta que Kilian abrió los ojos al oír un sonido cerca de "la piscina de la ninfa" miró que el agua hacía ondas y movió a Regina.

—Hey... Regina... tienes que ver esto. —Ella abrió sus ojos y ambos bajaron lento del auto, se acostaron sobre la hierba  y notaron que algo se movía en el agua, Regina tomó su cámara e intentó enfocar tomando varías fotos, cuando ya no veían movimiento regresaron al auto. — ¿Lograste tomar alguna foto buena?— preguntó un tanto emocionado.

—Kilian... —tomó su brazo de golpe y giró la cámara hacía Kilian. — ¿es la cola de una sirena? —Kilian miró la foto y después miró a Regina, miró su brazo y le dio un pellizco. — ¡ay! ¡Oye eso duele!

—Entonces no somos inmortales... lo sabía es una farsa.

—Nadie muere de un pellizco—se acomodó de rodillas y se acercó a él mordiéndole una oreja.

—Eso no me dolió, creo que fue... excitante. —La jaló hacía él y besando su cuello la empujó para que se sentara en su lugar.

—Ya sé, pero tenía que nivelar la balanza— Sonrió picara y prendió la Radio justo donde una canción de The Beatles sonó haciendo un ambiente totalmente perfecto, después de descargar sus furias y después de liberar su maldad un momento de paz no caía nada mal. — ¿Qué tipo de ropa debo llevar a Storm Ville?— preguntó sonriéndole.


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Engatozada: KilianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora