PREMONICIÓN

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Kilian y Ángela permanecieron en París una semana más, toda su estancia ahí había le había servido a Kilian para pensar perfectamente que era lo que en realidad quería de su vida, Ángela en verdad le había dado varias terapias de vida y en su último día mientras ambos recogían sus maletas en aquella pequeña habitación Kilian quiso conocerla más.

—Ángela... la curiosidad mató al gato, dime ¿A qué te dedicas o que haces en tu vida?—Ángela sonrió y terminando de cerrar su maleta le contestó.

— ¿Te das cuenta? Pasó una semana y hasta ahorita me lo preguntas. — Kilian se sentó junto a ella en la cama y la miró esperando. —Hago de todo un poco, me consigo trabajos sencillos, en mi último trabajo de mesera me iba muy bien, aun que terminaron corriéndome porque distraía a los clientes por mi aspecto, ser albina no es fácil.

— ¿Y por qué no has aceptado entrar a los negocios de la familia? Como sabes todos ganamos de ello.

—Es porque soy observadora, me doy cuenta que Devlin casi no tiene tiempo de estar con su familia, Emerick solo piensa en negocios, tu perdiste mucho por el dinero y la verdad no soy tonta para seguir el mismo camino.— Kilian la observó ponerse de pie y caminó hasta el balcón. —Desde hace cinco años vivo sola en un pequeño departamento, me gusta levantarme tarde, tomar té de manzanilla en la mañana para después pintar un cuadro mientras escuchó música para bailar, si tuviera mucho dinero no viviría feliz, dime... ¿necesitaste dinero para divertirte en este viaje?

—No, de hecho este viaje es el mejor que he hecho en mi vida, aprendí mucho de mi hermana menor; y de hecho me siento otro, es que ahora tengo claros mis objetivos, ya no me siento el mismo Kilian.

—Exacto, pero no eres otro; simplemente tenías esa parte de ti muy escondida.

— ¿Y no te sientes mal viviendo sola?

—Yo disfruto de mi tiempo, aunque realmente no estoy sola, tengo nueve hermanos que no se cansan de meter la pata, y Romeo siempre me marca por teléfono para preguntarme si estoy bien, lo que él no entiende es que me siento mejor en mi cueva.

—Debe ser complicado vivir siendo acosada por el mundo.

—Sí al principio era molesto, y bueno; si yo viera a una mujer con cabello blanco y piel blanca, pequeña y vestida de rosa con negro yo también la miraría—Ángela se burló de ella misma y llevó su mirada a sus manos.

— ¿Ya no te duele?— preguntó Kilian al mirar sus manos cubiertas por sus guantes, ya que en el pasado su malvado padre Maxwell Krentz los torturaba, en cuanto a Ángela y a Romeo por el simple hecho de ser albinos eran mandados a centros de pigmentación de piel, pero su piel jamás se pigmentó y lo único que les causó fueron fuertes quemaduras y daños a sus extremidades como piel y manos, por ello Ángela siempre usaba guantes.

—A veces duele, es un recuerdo de cuan amoroso era nuestro padre. —Dijo sarcástica y Kilian sonrió. —Es lo que menos me importa, ahora que nuestro padre murió ya no soy más una muñeca con la que pueda jugar, aún recuerdo como nos vestía iguales a Romeo y a mí, en alguna ocasión nos usó como modelos para ganar más dinero. Por ello y más soy feliz sin un peso, solo trabajo para lo básico. ¿Entonces?— le dio un manazo a Kilian y lo miró tierna. — ¿Ya sabes lo que harás con Regina? ¿Tienes tu mente clara para seguir adelante?

—Sí, me siento listo, ahora estoy tranquilo porque sé que aún hay esperanza.

—Entonces si te enterarás sobre algo que no te guste que tuviese que ver con ella, ¿aun así no perderías el control?

— ¿Qué clase de pregunta es esa?

—Responde.

—Tal vez me costaría trabajo por el don de Guía que tengo con ella, pero creo que ahora podré controlarme un poco más.

—Entonces Kilian Krentz hagamos un pequeño examen...— Ángela Comenzó a ponerse seria e intentó hacer voz de maestra, pero al verse tan pequeña y tierna con esa voz cálida a Kilian solo le dio risa.—Joven Kilian... ¿Que pretende usted con la señorita Regina?

—Pretendo todo, quiero vivir el resto de mi vida con ella, quiero cocinar junto con ella, traerla aquí a este hotel y llevarla a los lugares a donde tú me has llevado, quiero tener un par de miniños con ella y no sé, envejecer tomando de su mano.

—Es una linda respuesta, Kilian quiero que sepas que te deseo todo lo mejor, sé perfectamente que no te veré por un largo tiempo.

— ¿de qué hablas? ¿Por qué lo dices?

—Porque sé que tendrás muchas cosas que hacer cuando lleguemos a Londres, tal vez te suene raro lo que te contaré, después de Romeo serás el único de los Krentz que sepa algo de mí. — Kilian orgulloso por haberse ganado un poco de su confianza la dejó continuar para no perder el hilo de lo que ella con tanta ternura le contaba.

—Cuando era niña era muy solitaria, solo me juntaba con Romeo puesto que él y yo nos sentíamos diferentes los demás hermanos, entonces un día comencé a ver imágenes en mi cabeza, yo veía cosas y con el tiempo pasaban, entonces entendí que yo tenía el don de la premonición.

— ¿Tu sabías que yo terminaría sin Regina?— preguntó mirándola.

—Sí, pero aun que veía las cosas que pasarían no quería decir que podía desviar las acciones, de cualquier forma pasan, y si logro cambiarlas ellas buscan la manera de volver a ser; puedo decirte con claridad que sé que harás para recuperar a Regina y estoy muy orgullosa de ti, no puedo decirte que pasará en el futuro pero sé que todo tiene una recompensa Kilian.

— ¿Entonces, sabes mi siguiente pasó?— preguntó mirando hacía la ventana.

—Sí, y te tengo un regalo; sé que Regina no quiere que sepas donde vive ni a lo que se dedica, pero tengo este sobre, aquí está todo sobre donde está trabajando y bueno... por eso te pregunté si estabas listo para cualquier mala noticia.

—Kilian tomó el sobre y Ángela solo mordía sus uñas tensa esperando la reacción de Kilian al ver donde se encontraba trabajando Regina. Cuando sacó la primera hoja vio el logo de la revista donde trabajaba Regina y sin siquiera ver lo demás arrojó el sobre sobre la pared.

— ¡No puede ser! ¡Dime por favor que no está trabajando para el imbécil de Ferdinant!

—Tienes que calmarte... respira... respira...

—Ángela... te estas tomando esto a la ligera, tu sabes perfectamente que Ferdinant es mi nemesis empresarial, hasta asco me da decir su nombre. Él siempre quiere quitarme todo, en el último año me quitó cuatro empresas ¡cuatro! Y ahora ¿Qué? ¿A mi esposa?

—Kilian piensa, si te enojas pierdes ¿entiendes? Los planes que tienes en mente tienes que llevarlos a cabo, dale a ese cretino una bofetada con guante blanco; le dolerá más.

—Tienes razón, tengo que hacer lo que tengo planeado, podrá quedarse con todas las empresas que quiera, pero no se quedará con Regina, ese imbécil de cara bonita no se merece a una mujer como ella.

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Engatozada: KilianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora