[Capítulo 10].- Ricitos

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Lentamente abro mis ojos. Siento mis parpados tan pesados y tengo unas tremendas ganas de no salir de mi cama. Estiro mi brazo sobre la almohada buscando mi móvil y poder comprobar la hora.

Con una tremenda pereza abro mis ojos.

11:34 a.m

–– "¡Demonios!

Me levanto de la cama de un salto. Tengo que ver a una persona a las doce en punto. Una importante persona que quiere hacer negocios conmigo.

Pero hay un detalle.

Esa persona realmente me conoce y sabe quién soy. Es la única quien sabe la verdad detrás de que realmente me encuentro viva. Viajo exclusivamente desde New York para encontrarse conmigo.

Me meto al baño para lavar mi rostro, los dientes y con grandes pasos me encamino al armario cuando ya he cumplido mi misión en el baño. Bueno, realmente parece más otra habitación que un armario. Es la forma de exagerar de mi padre.

Milagrosamente fuera había un radiante sol en lo alto del cielo. Estos días han estado tapados de nubes y con un aire que te pela los huesos. Aprovechando el clima de hoy, decido por colocarme unos shorts azules, una remera de tirantes blancas que tiene un gran gato en blanco y negro, y unas simples converse blancas. Me importa bien poco que tenga que reunirme con alguien para hablar de cosas que sinceramente no me interesan en lo absoluto. Si bien él quiere hacer negocios, pero eso no significa que yo iré vestida como una empresaria. Al diablo con la ropa, si piensa que vistiéndome casual es de alguna manera una falta de respeto, se puede meter su opinión por el culo.

Nuevamente vuelvo al baño para desenredar mi cabello. Luego de unos cuantos jalones realmente dolorosos, me aplico un labial de un color suave y mascara de pestañas para complementar.

Estoy lista.

Desconecto el móvil del cargador para poder colocarlo en mi bolsillo trasero. Troto hasta el lado de mi cama, donde está la mesita de noche y con un poco de esfuerzo la corro revelando una simple pared para cualquiera, menos para mí. Coloco mi palma en un lugar en específico y esto revelan mágicamente unos dígitos. Marco los números y a mi vista aparece el dinero que saque hace poco del banco. No es mucho, claro, ya que es solamente para mí y no me es necesario sacar cantidades atroces. Así que cojo dinero y lo guardo en el bolsillo delantero de mis shorts. Mi padre siempre me había dicho que tenía que mantener el dinero en el bolsillo, ya que si lo metía en un bolso, me iba a convertir en un blanco fácil de algún asaltante que con facilidad puede robarme el bolso y salir corriendo sin tener una posibilidad de volver a recuperarlo. Le encuentro algo de razón, igualmente siempre hay unos pros y unos contras en todo.

Bajo a la cocina tomando una manzana del frutero y me voy en busca de Elizabeth que estoy totalmente segura que ya está aquí.

No me equivoco. Le encuentro al poco tiempo después fuera de la puerta principal de la casa.

–– "Hey." –– Le digo, intentando captar su atención. Esta se gira mirándome.

–– "Buenos días, Alicia."

–– "¿A qué hora has llegado?" –– Le pregunto. Sé que es de malos modales no decirle los buenos días, pero no dispongo de tanto tiempo. Me quedan un par de solo diez minutos.

–– "Llegue a las siete de la mañana, señorita Alicia."

Paso por alto su formalidad. –– "Debo salir, asi que ire en mi moto."

–– "Por supuesto que no." –– Frunce el ceño. –– "Yo la llevaré. No puede salir sola." –– Empieza a caminar en dirección al auto y yo corro delante de ella para romperle el paso.

¿Fobia a los hombres? |H.S| #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora