[Capítulo 37].- "Tengo una buena noticia..."

1.6K 106 13
                                    

.:PDV ALICIA:.


–– “Por favor, esa tienda no.” –– Me quejo con la pequeña niña.

–– “Por favor.” –– Me coloca una carita que ni el más duro se resistiría.

–– “Bien.”

Se ha salido con la suya.

Otra vez.

Hilary celebra y tira de mi mano para comenzar a correr hasta la horrorosa tienda rosa. Todo lo que hay aquí es rosado, no existe otro color.

Señor, dame fuerzas.

–– “Que tengas suerte.” –– Me grita Jace riendo, mientras soy arrastrada hasta la entrada. Uso mi mano libre para regalarle mi dedo de al medio.

La asistente del lugar nos ofrece ayuda, y yo sin querer tener una guerra, le digo que le haga caso a todo lo que pida Hilary. Necesito un descanso.

Me siento en uno de los sofás al lado de los probadores, y coloco en el suelo todas las bolsas de las tiendas anteriores. Decido enviarle mensajes a Harry, espero que este libre.

–– “Hey, ¿qué estás haciendo?”

Luego de unos pocos minutos, recibo la respuesta.

–– “Estoy donde los chicos, ¿Dónde estás preciosa? X.”

–– “En la tienda rosa, ayuda!!”

–– “Que la fuerza te acompañe.”

–– “Jaja, eres un comediante.”

–– “¿Quieres que vaya hasta donde ti?”

Me encantaría.

–– “No, quédate con los chicos. Mándale mis saludos”

–– “¿Ya no quieres pasar tiempo conmigo? :C auch.”

–– “No seas idiota Harold. ¿Qué te parece si hoy te quedas a dormir?”

–– “sexosalvaje.com”

–– “Estoy a punto de des-invitarte.”

–– “Estoy bromeando. Eres aburrida cariño, ¿qué quieres que lleve?”

Escucho un grito en la tienda y levanto mi vista del móvil.

–– “¿Qué paso Lary?” –– Le grito desde mi asiento.

–– “¡Esta el vestido de la televisión!” –– Me responde de algún lugar de la tienda. Sonrío automáticamente.

–– “En realidad, puedes traer lo que tú quieras”

–– “Anotado. Nos vemos esta noche cielo. X.”

Guardo mi móvil y tomo las bolsas para dirigirme hasta Hilary.

Lo primero que veo es a la empleada con un montón de ropa rosa en sus manos. Hilary corre hasta mí y me abraza.

–– “Ya podemos irnos.” –– Asiento y juntas vamos hasta la caja para poder pagar.

Cuando todo está listo, y estamos con muchísimas bolsas en ambas manos, nos dirigimos a una heladería.

–– “Uno doble de chocolate con menta, y otro de solo frutilla.” –– Le digo al hombre detrás del mostrador mientras le paso el dinero. No debe tener más de diecinueve años.

El chico asiente y los prepara en seguida.

Espero cinco minutos hasta que me tiende ambos helados.

–– “Que lo disfrutes hermosa.”

No le tomo importancia a su comentario y me acerco hasta la mesa donde se encuentra Hilary.

–– “Ten cuidado con tu ropa.” –– Le paso el helado y sonríe.

–– “Gracias.”

Ambas comemos nuestros helados sin decir nada. Solo observamos por la ventana, como las personas pasan de aquí, allá.

–– “¿Puedes decirle al tío Jace que tenemos que irnos?”

Hilary asiente y le marco a Jace, antes de pasarle el móvil. Lo coloca en su pequeña oreja.

–– “Hola tío Jace… estamos comiendo helados… mamá dijo que tenemos que irnos… si… no lo sé. Aquí esta.” –– Me tiende el móvil y yo lo recibo.

–– “¿En qué heladería están?”

–– “En frente de la detestable tienda rosa.”

–– “Estoy en un minuto allí.” –– Cuelga la línea y bloqueo el móvil.

–– “¿Te ha gustado ir de compras?”

–– “¡Si, mucho!” –– Responde alegremente. Se me agranda el corazón.

–– “¿Tienes algún deber para mañana?” –– Ella niega con la cabeza.

–– “Harry me ha ayudado en todos.”

–– “¿Amas a Harry?” –– Le pregunto divertida. Ella tapa su boca con sus pequeñas manos y niega con la cabeza. –– “¿No lo quieres?”

–– “El te ama a ti.”

–– “¿Qué dices?”

Inexplicablemente el corazón se me acelera en tres segundos.

¿Por qué estoy así?

–– “El me lo dijo.”

–– “El me ama como su mejor amiga.”

Hilary se encoje de hombros y luego apunta al ventanal. Esta Jace esperándonos.

La ayudo a bajarse del asiento y volvemos a tomar las bolsas.

–– “Creo que han quemado la tarjeta de crédito.” –– Se burla de nosotras, al vernos cargadas de cosa.

Hilary ríe y asiente.

Los tres volvemos al auto y metemos todas las bolsas en el maletero, para luego volver a casa.

En el camino Hilary se ha quedado dormida, la pequeña ha quedado agotada.

Jace la toma en sus brazos para dejarla en su habitación, mientras yo me siento un momento en el sofá. Elizabeth llega al lado.

–– “Disculpe Alicia, pero Adeleine la ha estado llamando y dice que vaya a verla.”

Doy un suspiro.

–– “¿Puedes cuidar a Hilary si se despierta mientras no estoy?”

–– “Por supuesto.”

–– “Dile a Jace que ya vuelvo.”

Me levanto del sofá y agarro las llaves de mi moto. Hace un montón de tiempo que no la he usado, la última vez fue en la carreras de motocross.

Me encamino hasta el garaje y agarro el casco para colocármelo. Me monto en la moto y la enciendo. Su motor es música para mis oídos.

Sin pensarlo dos veces, acelero hasta las rejas negras. El viento pega fuerte en mi cuerpo y la adrenalina se enciende. Me alegro que haya acabado la etapa de la nieve, hoy no ha hecho frio como de costumbre.

El trayecto ha sido muy relajante y tranquilo, para mi suerte no había muchos autos.

Adeleine es una mujer mimada y ricachona, hija de papá. Por lo que explica su gran mansión, nisiquiera podría llamarse “casa”.

Sin siquiera tocar, las rejas se abren y yo acelero hasta la entrada, donde la encuentro con su pequeño hombre.

Su gato.

–– “Has llegado, al fin.” –– Chilla Adele. –– “Y en tu bebé.”

–– “Tenia que montarlo.”

–– “Tengo una buena noticia para ti.” –– Me apunta con su dedo y sonríe.

Apago la moto y quito mi casco.

–– “¿Qué ha pasado?”

–– “Vamos dentro y te contare.”

–– “Si me cuentas que tu amada tienda chanel ha estado en rebajas, te quitare tu perfecta manicura.”

Adele instintivamente esconde sus manos.

–– “No, te aseguro que no es eso.”

La sigo hasta dentro de la casa, donde nos sentamos en el espacioso sofá, enfrente de la televisión. Ella deja al gato a su lado y toma en su regazo una laptop.

–– “Y bien, ¿Qué tienes que decirme?”

–– “Paciencia.”

Adele no quita su mirada de la pantalla y la observo teclear por dos minutos.

–– “Aquí esta. Enciende la televisión.”

Tomo el control en mis manos y la enciendo.

Mi corazón ha dejado de palpitar cuando la imagen de dos personas aparece en frente de mí.

–– “Te presento a los padres de Hilary. Jane Smith y John Miller.”
 
Oh no.

No, no, no. Ellos no.

Mi mente trabaja rapidamente, y me traiciona.



–– “Alicia, ¡estate quieta ahora!”

–– “No, ¡el vendrá!”

–– “Solo será lo de siempre.”

Escucho pasos en el pasillo. Tengo que escapar, el entrara y me golpeara, tengo que escapar.

Busco por todos lados poder escapar, pero no hay nada. Tengo que salir por esa puerta antes que entre. Si el entra todo estará perdido.

Mi desesperación es tanto, que solo se me ha ocurrido algo.

Levanto rápidamente mi mano y golpeo lo más fuerte que puedo en un pecho de mi madre.

–– “¡Puta mierda, joder!”

Suelta mis hombros y instintivamente comienzo una carrera hasta la puerta.

La abro rápidamente y corro sin mirar atrás.

–– “¡John, demonios, escapo!” –– Escucho gritar a la mujer detrás de mí.

Tengo que correr más rápido.

¿Qué tan rápido puede correr una niña de siete años?

Llego al final del pasillo, cuando una de las puertas se abre y aparece ante mí el mismísimo diablo.

–– “¿A dónde vas pequeña zorra?”

Mi estomago se contrae.

–– “Jane, como has podido dejarla escapar idiota. Solo te pedí una tarea y no has podido hacerla.”

–– “La zorra me golpeo un pecho y escapo.”

El gran hombre me agarra fuertemente del cabello y me arrastra de nuevo hasta la habitación.

Ya no puedo más.

El siempre ganara. 

¿Fobia a los hombres? |H.S| #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora