[Capítulo 23]

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-“Por favor no me hagas esto”-Me susurro con solo un hilo de voz

Me acerque aun mas, y roce sus labios con los míos, dios… son tan suaves que tengo que controlar el deseo de acercarme un centímetro. Cambie de dirección a su mejilla y deposite mis labios allí. Subí hasta su frente y la bese, tomándome mi tiempo. No escucho la respiración de Alice, por lo que supongo la está aguantando, esperando que ocurra algo, no sé exactamente qué. Bajo lentamente a su cuello y olfateo tranquilamente, mientras subo mi mano izquierda y le acaricio la mejilla. Me acerco a su odio.

-“No lo hare porque no quiero, si no porque te tengo respeto, aunque este en esta posición, si yo quisiera ya te hubiera plantado el beso”-Le susurro y beso detrás de su oreja”-Pero debes de tener en cuenta, que algún día pasara y no me detendré”

Me alejo lo suficiente para ver su rostro. Esta ligeramente pálida, y tiene los ojos cerrados, cubriendo aquellos diamantes grises que ella tiene. Lentamente abre los ojos y me observa, no dice nada, y yo tampoco, da un suspiro y solo nos miramos el uno al otro. Le sonrió para poder tranquilizarla y me coloco a su lado. Alicia hace un gesto de dolor cuando rozo sus rodillas, y es cuando me doy cuenta que tiene dos vendas en ambas.

-“¿Qué te ha pasado?”-Frunzo el ceño y estiro mi mano para acariciarle por encima de las vendas.

-“Me caí”-Simplemente dice y aparta mi mano. Se levanta de la cama con una mueca y se dirige a la puerta de su habitación.

-“¿A dónde vas?”

-“¿Quieres algo para tomar?”

-“Estoy bien, gracias”-Alicia asiente con la cabeza.

-“Vuelvo en un minuto”

Abre la puerta y sale de su habitación, dejándome solo aquí. Me levanto y decido hacer un pequeño tur por la amplia habitación. Empezando por su mesita de noche, no tiene ninguna fotografía a la vista, solo una bonita lámpara de madera, estilo antiguo, junto con una libreta y un bolígrafo. En la otra mesita de noche tiene petunias, amarillas, celeste, verde y naranja, son falsas pero le da un toque en la mesita de noche. Camino hasta su escritorio y solo hay un libro de física, y su laptop. Hay un cajón, intento abrirlo pero está cerrado con llave. Me da intriga saber qué es lo que tiene allí, pero sé que sería patético preguntarle. Escucho pasos acercándose y camino hasta la cama, tomando un cojín entre mis manos y sacando mi móvil.

-“¿Me acompañarías a pasear a Rocco?”

Levanto la vista de mi móvil y la observo, esta con una correa en su mano derecha, esperando mi respuesta.

-“Encantado”-Miro la hora, y tengo bastante tiempo antes de juntarme con los chicos. Me levanto y guardo el móvil en mi bolsillo trasero del pantalón, y le sonrío. Alicia me rueda los ojos y sale de la habitación, la sigo, y caminamos por el amplio pasillo, pasando por varias puertas. Bajamos por las interminables escaleras y supongo que se dirige al patio trasero.

Un ladrido resuena en mis oídos y después de ello, siento como el perro esta con las patas delantera en mi remera.

-“Rocco, abajo”-Le dice Alicia y yo le niego sonriente.

-“No importa”-Acaricio la cabeza del animal y aquel mueve la cola feliz.

-“Rocco vamos”

Alicia se acerca y tranquilamente le coloca la correa al perro.

-“¿Tienes mascotas?”-Me pregunta Alicia, una vez que ya tiene asegurado al perro, y comenzamos a caminar asía la puerta de entrada.

-“Tengo un gato”

-“¿Puedo decir que eres el encantador de perros hasta ahora?”

Me sonríe y yo le correspondo.

-“Prefiero a que me digas el encantador de mujeres”

-“¿Tienes a muchas a tus pies?” 

-“Podría decir que sí, soy irresistible”

-“Eres un idiota egocéntrico, ¿lo sabías?”

Alicia le hace un gesto a su tía, que está a un lado de la puerta y ella asiente. Entonces comenzamos el paseo por el gigantesco lugar.

-“Las chicas no suelen decirme eso, me sorprendes”-Admito, la mujer a mi lado es una cajita de sorpresas.

-“Las chicas a las que te refieres, son putas arrastradas”

-“No creo que está bien referirse a ellas así”

-“¿Estas bromeando?”-Me pregunta Alicia sorprendida-“¿Entonces como quieres llamarlas?, ¿mujeres con úteros golosos y moral distraída?

Suelto una gran risa y niego con la cabeza.

-“Eres asombrosa amor”-Alicia se agacha y suelta al perro. Hay varios árboles a nuestro alrededor y miro a nuestras espaldas, no puedo creer cuanto hemos caminado.

-“¿Amor?”

-“Te dije que te llamaría así”

-“Deberías reservarlo para la chica que te enamores”-Me mira a los ojos y yo le niego, sin apartar mí vista de la suya.

-“Me gusta llamarte así a ti”

-“Eso es jodidamente incomodo”

-“¿Por qué?”

-“Porque suenas como si fueras mi novio”

-“No tengo problemas con eso”-Le sonrió y me acerco, instintivamente ella se aleja.

-“Pero yo si”-Aparta la mirada-“No te acerques mucho, respeta mi espacio personal”

-“¿Qué escondes?”-Le suelto de repente.

-“¿D-De que H-Hablas?”-De un momento a otro, de segura pasa a nerviosa en menos de diez segundos.

-“Tu escondes algo”-La apunto con el dedo índice-“Me acerco a ti y tiemblas, tienes muchos secretos guardados en tu interior, eres una pequeña caja de sorpresas. En un momento quieres que este a no menos de 5 metros, y después quieres que vea una película contigo”.

La observo y no dice nada. Sigo hablando.

-“Hay algo que te agobia. Preciosa, quiero poder acercarme a ti, quiero conocerte y tu no me das la pasada para cumplir eso”

-“No puedo”-Susurra y se aleja. No dejare que esto termine aquí.

El perro corre por el lugar, y olfatea los troncos de los arboles. Camino rápidamente a Alicia, y me poso delante de ella.

-“¿Por qué no puedes?, ¿a que le temes?”

-“Nadie sabe nada de mí, y tu no serás la excepción”-Su tono es duro, y le frunzo el ceño.

Joder, eso me enoja. Estoy cabreado porque no puedo acercarme a la chica que está entrando en mi vida, poco a poco, pero una pisca de nerviosismo entra en mí, puedo sentir que la chica que esta mirándome retadoramente, será tan importante en mi vida, que me dolerá.

Me mira, unos largos minutos, sin decir nada, y una expresión de confusión pasa por su rostro, niega con la cabeza y se tambalea. Coloco rápidamente los brazos en sus hombros, para poder sujetarla bien.

-“Alicia, ¿Qué pasa?”

Sigue negando con la cabeza, y murmura palabras, no puedo entenderla. Entonces en un pestañear de ojos, sus rodillas se doblan y la agarro antes de que caiga al suelo. 

-“Mierda Alicia, abre los ojos”-Le di pequeñas palmaditas en su mejilla-“Preciosa, abre tus ojos”

Pero nada, no pasaba nada. La acomodo mejor entre mis brazos para poder llevarla, y paso una mano por detrás de sus muslos y la sujeto bien. El perro esta en uno de los arboles.

-“Rocco, vamos”-Llamo la atención del perro, que sorprendentemente viene asía mi y camina a mi derecha en dirección a la casa.

Camino rápidamente y la tía de Alicia nos mira preocupada, se coloca delante de mí.

-“¿Qué ha pasado?”-Pregunta mirando a Alicia en mis brazos, con la cabeza en mi pecho.

-“Se desmayo”-Le informo y paso a un lado de ella, entrando a la casa. 

Maldigo mil veces por ver las larga escalera de la casa. El perro sigue a mi lado y me dirijo a la habitación de Alicia, que está cerrada, mierda, porque la cerré.

Por mi estatura, tengo que hincarme un poco para poder tocar la manilla de la puerta, y la cabeza de Alicia, por el movimiento, se pega contra la pared que está al lado de la puerta.

-“Joder, lo siento”-Me disculpo, pero Alicia sigue inconsciente. Tendrá un pequeño dolor en la cabeza cuando despierte.

-“Rocco, ve abajo”-Le digo al perro, que me da un pequeño gruñido y se va.

Abro la puerta y entro rápidamente, procurando que la cabeza de Alicia no vuelva a golpearse. Me coloco a un lado de la cama. Apoyo mi rodilla en la cama y  la bajo lentamente, colocándola en medio. Acomodo sus manos a un lado de ella y me incorporo.

Camino hasta su armario buscando alguna cobija para poder taparla. Exitosamente encuentro una y vuelvo a la cama, abro la cobija y la cubro hasta los hombros, el clima cambia muy rápido, se está nublando y va a empezar hacer frio. 

La observo unos segundos, se ve tranquila, espero que lo esté. Sus labios ligeramente entre abiertos, invitándome a darle un suave beso en ellos, que lo más probable me abofetee si se entera al despertar, aunque no debería porque saber… ¡idiota, no puedes aprovecharte de ella en este estado! Mi subconsciencia me recuerda.

Las pestañas le rozan ligeramente las mejillas y su color normal le está volviendo a su rostro. Me acerco casi al final de la cama y comienzo a desabrocharles los cordones de sus zapatos. Quito uno y luego el otro, tomo los zapatos y los dejo en el suelo a un lado de la mesita de noche. Su respiración es pausada, y eso me produce tranquilidad a mi. Sonrió y camino de regreso a su rostro, me inclino y le dejo un beso en la frente, su piel es suave. Le doy otro beso en la coronilla de su cabeza, sus cabellos son como seda y están desparramados por toda la almohada. Podría quedarme observándola todo el tiempo que quisiera. 

-“Nadie sabe nada de mí, y tu no serás la excepción”

Sus palabras me viene a la mente. Me cabrea saber que no me dirá nada mas de ella, a menos que tenga que ganarme su confianza, que es en lo que me esforzare de ahora en adelante.

Me siento en el sofá que se encuentra en la habitación, a un lado de la ventana que llega desde el mismo techo al suelo. Saco mi móvil y me distraigo escribiéndole a unas cuantas personas y jugando a juegos. No me iré de aquí hasta que despierte, quiero asegurarme a que está bien.

Una hora después, escucho un carraspeo, levanto la mirada a la cama, y Alicia me mira, sentada con la cobija hasta sus caderas y una mano en su cabeza.

-“Hola”-Le sonrío y dejo el móvil a un lado. Me levanto y camino hasta ella.

-“Lo siento”-Es lo primero que me dice.

-“¿Por qué?”-Me coloco al otro lado de la cama y ella no aparta su mirada de mí

-“Por lo que dije, pero es lo que ocurre cuando has tenido bastante decepciones. Sé que estas enojado”

-“Mas o menos”-Le acaricio la mejilla-“Pero jamás te tratare mal porque lo esté”

-“¿Por qué eres así conmigo?”

-“Porque jamás lo he sido con una chica, y tú haces que aparezca mi otro yo”

-“No puedo permitir que seas más que mi amigo”-Aparta su mirada a sus manos, y comienza a juguetear con ellas. Coloco su mentón entre mi dedo índice y el pulgar, y la obligo a mirarme. Comienza a temblar.

-“Si para estar cerca de ti, solo puedo ser tu amigo, lo aceptare”

-“Los amigos no están en esta distancia”-Sonrió y me aparto. Alicia me mira y me lanza un cojín.

-“¿Necesitas algo?”

-“Estoy bien”-Le lanzo devuelta el cojín y ella lo atrapa.

-“Entonces debo irme”

-“Me he equivocado, estoy mal”-Se agarra el estomago y hace una mueca. Suelto una sonora carcajada.

-“Puedo venir mañana”

-“Tienes clases”-Me recuerda. Putas clases, lo olvide.

-“Después de clases”-Me levanto de la cama y la miro.

-“Trato hecho”-Me sonríe, y es una sonrisa preciosa, como lo es ella.

Me dirijo al sofá y guardo el móvil en mi bolsillo. Camino hasta Alicia y le beso la mejilla antes de que proteste, y me alejo.

-“Nos vemos preciosa”-Le giño un ojo y ella me saca la lengua.

-“Adiós Hazza”

Voy hasta la puerta de la habitación y la miro una última vez, antes de irme. Estoy pensando seriamente si vale la pena ir a follar, o quedarme con Alicia a ver películas. Pero mi otro yo, que es un cabron, me dice que me vaya, hay chicas que están esperándome. Y como el idiota que soy, me inclino por esa respuesta. Y sin decirle nada mas, salgo por la puerta y la cierro.

¿Fobia a los hombres? |H.S| #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora