[Capítulo 30]

1.9K 119 5
                                    

Escucho un ladrido segundos después que Alicia haya ido a abrir la puerta.

Entonces una gran mata de pelos aparece por la puerta de la habitación, corriendo hacia la cama, y de un solo salto quedando encima de mí.

–– “Rocco, no quiero decirte esto pero, pesas bastante.” –– Me quejo con el perro con una gran sonrisa. Este me responde con un ladrido y un movido de cola. Justo luego me da un lengüetazo y río.

La puerta de la sala principal se cierra, y escucho los pasos de Alicia acercándose mientras acaricio el lomo del perro gigante que cree que es un cachorro pequeño.

–– “Te quiere más a ti que a mí.” –– Comenta Alicia. Alzo mi cabeza y la encuentro apoyada en el marco de la puerta con una sonrisa divertida.

–– “Que te puedo decir, soy irresistible.”

–– “Necesitas urgentemente a que te bajen el ego.” –– Niega con la cabeza y atraviesa la habitación, deteniéndose justo en una de las mesitas de noche para tomar su móvil. –– “¿A dónde quieres ir primero hoy?”

–– “Donde tu gustes.”

–– “¿Lo dejas a mi elección?”

–– “¿Estoy cometiendo un error?”

–– “Probablemente.”

Esta vez acaricio la cabeza del perro, que no se ha dignado a bajarse de mi y un pequeño rayo de luz me siega de repente.

La risa de Alicia inunda la habitación.

–– “Un idiota adorable.” –– Recupero mi visión y Alicia está mirando sonriente su móvil.

–– “Si quieres una foto mía, solamente dímelo.”

–– “En realidad, es mejor tener fotos de Rocco.” –– Me mira burlonamente y como el hombre maduro que soy, le saco la lengua.

–– “Eres muy mala, ¿lo sabías?”

–– “Eres el primero en decírmelo en realidad.” –– Bate sus pestañas inocentemente y esta vez es mi turno de negar con la cabeza. Rocco se levanta y baja de la cama. Pero no sale de la habitación.

–– “Eres todo un caso perdido.” –– Apoyo mis manos detrás y puedo observar mejor a la sexy chica desafiante delante de mí.

–– “Ya, dejemos de idioteces y dígnate a colocarte una remera.”

–– “¿No te gusta cómo me veo?” –– Hago un pequeño puchero como todo niño malcriado.

–– “¿Estás seguro que tienes dieciocho?”

–– “¿Quieres comprobarlo?” –– Le lanzo una sonrisa traviesa y le guiño un ojo antes de levantarme de la cama. Ella suspira y se abanica con su mano.

–– “Joder, Harry Styles el prostituto me ha guiñado un ojo.”

–– “¿Prostituto?” –– Me acerco mas a Alicia y la miro divertido por su elección de palabras. ¿Prostituto?

–– “Dime que me he equivocado.”

–– “Te equivocaste preciosa.”

–– “No lo creo.” –– Niega con autosuficiencia y pasa a un lado de mi.

Maldita chica.

Hay probabilidad de caer en su jodido encanto.

–– “Tienes veinte minutos para vestirte. Iremos a desayunar, ¿bueno?” –– Le digo antes de salir por la puerta, junto a Rocco.

–– “Estaré lista en diez.” –– Afirma, antes de cerrar la puerta de la habitación en mi cara.

Con una sonrisa de idiota, me dirijo a mí ahora habitación, y decido tomar una rápida ducha.

No más de seis minutos, salgo del baño con una toalla enrollada en mi cintura. Recuerdo que mi equipaje está en la sala principal, así que voy hasta ella y la traigo a la habitación. No está el de Alicia, así que ya la ha llevado a su habitación. Rocco está dormido sobre el sofá.

Elijo la ropa más abrigada que he traído y cuando voy a dejar caer la toalla, la puerta se abre de repente.

–– “Diez minutos exac…”–– Alicia calla y me mira. En tiempo record la observo sonrojarse. –– “Yo… no sabías que tú te habías… lo siento.”

–– “Me has visto en bóxer, es casi lo mismo Alice.” –– Sonrío.

–– “Pero si cae esa toalla, estarás desnudo.” ––Murmura. ––“Te esperare en el sofá con Rocco.”

Sin esperar respuesta sale por la puerta rápidamente.

Es tan jodidamente linda.


(…)



–– “No tengas miedo, solamente déjate llevar.” –– Intento animar a Alicia.

Ha estado por quince minutos pensando en deslizarse en la nieve, pero cada vez que lo intenta, se tira para a tras negando con la cabeza.

–– “Voy a matarme aquí.”

–– “¿Sabes conducir una moto?” –– Le pregunto, aunque lo sé.

–– “Si, ya me has visto.”

–– “Si no te has matado estando en una moto, no te mataras en la nieve preciosa. No dejare que te ocurra algo, confía en mí.”

La miro y veo que tiene una batalla interna. Pero una pequeña parte dentro de mí se rompe cuando lo piensa demasiado.

Tengo que ganarme su confianza al cien por ciento.

–– “Esta bien.” ––Accede algo dudosa.

Le tomo la mano y comienzo a deslizarme lentamente junto a ella, demostrándole que no es tan difícil como parece.

–– “¿Lo ves?” –– Sonrío para tranquilizarla y poco a poco va soltándome la mano.

–– “Lo estoy logrando.” –– Murmura sorprendida–– “¡Harry, mira!” –– Aparenta una pequeña niña entusiasmada.

–– “Muy bien, sigue así preciosa.”

Elizabeth, Richard y Rocco observan a Alicia deslizando en la nieve. Hay una pequeña inclinación que le da velocidad, entonces comienza a ir más rápido.

–– “¡Joder Harry, me caeré!” ––Grita. Me deslizo rápidamente para poder atraparla antes de que caiga a la nieve.

Alicia pierde el equilibrio y la agarro de la cintura, provocando que ambos rodáramos por la especie de colina. La abrazo fuertemente y por unos cuantos segundos rodamos.

Lo primero que hago cuando paramos, es mirarla.

–– “Mierda, ¿estás bien?” ––Pregunto preocupado. Comienzo a revisarle su rostro y cada brazo, buscando alguna herida.

De repente Alicia comienza a reír y me mira.

–– “¡Me encanto! Vamos a tirarnos de nuevo.” ––Se levanta rápidamente y me tira mi mano para que haga lo mismo.

–– “Me has dado un gran susto.” ––Mi corazón late rápidamente al imaginarme a Alicia con heridas, técnicamente por mi culpa.

–– “Tranquilo, estoy bien, vamos.” ––Me regala una hermosa sonrisa y nos sacamos los esquí, para volver a subir.


Una hora después de estar jugando en la nieve sobre la colina, ambos nos encontramos en el auto. Alice esta al volante.

–– “¿Me dirás a dónde iremos?”

–– “No.”

–– “¿Alguna pista?” ––Hago un leve puchero para que ceda. Desvía por un segundo la vista de la carretera.

–– “Segunda vez que veo al gran Harry Styles haciendo un puchero.” ––Bromea y gruño. Aquello la hace sonreír. –– “Ya estamos llegando, ten un poco de paciencia.”

–– “Nos alejamos de la ciudad.”

–– “No me había dado cuenta.” ––Responde irónicamente y me rueda los ojos.

No le hago más pregunta y miro por el espejo retrovisor. Rocco esta tendido en los asientos de atrás del auto, observando a ambos.

Alicia dobla a la izquierda, saliéndose de la carretera y entrando a un camino de nieve.

–– “Puedo pensar que estas raptándome y eres una asesina en serie.”

El camino tiene unos cuantos arboles llenos de nieve.

–– “Deberías ver menos películas, ¿esta bien?”

–– “Y tu deberías decirme en donde estamos.”

Alicia suspira.

La he molestado bastante.

–– “Mira allí.” ––Apunta a lo lejos, una especie de casa apartada. –– “¿La vez?” ––Pregunta. Yo asiento–– “Siempre venia aquí cuando con mi padre queríamos apartarnos de la gran ciudad ruidosa. Nadie sabe de este lugar, ecepto nosotros dos. Y ahora tu.”

Sinceramente no sé qué decir.

–– “¿Alguna otra pregunta?” ––Niego con la cabeza en silencio.

Richard y Elizabeth nos están siguiendo en el otro auto arrendado.

La casa se comienza a ver más clara y el atardecer empieza a notarse.

Ninguno de los dos habla hasta que llegamos.

Alicia baja del auto y yo la imito.

–– “Esto me trae muchos buenos recuerdos.” ––Admite en voz baja.

Debe ser difícil para ella tener un padre muerto. Y su madre… realmente no se qué paso con su madre, nunca le he preguntado.

Rocco baja del auto y mira a un punto fijo. Rápidamente comienza a olfatear y alejarse poco a poco.

–– “Rocco, aquí.” ––Lo llama Richard, pero el animal no le hace caso.

–– “Rocco, ven.” ––Intenta Elizabeth. Falla notoriamente.

Entonces comienza a correr.

–– “Mierda, ¡Rocco!” ––Alicia sigue al perro, y yo por instinto voy tras ella.

Ambos guardaespaldas también siguen a Alicia.

Todos corriendo detrás de un perro.

–– “¡Rocco, detente!” ––Le grito, pero entonces se acerca a unos árboles. Veo detrás de nosotros y la cabala ya se ve bastante lejos.

El perro se detiene y con él, todos nosotros, jadeando.

–– “Porque corriste, joder.” ––Alicia regaña al perro con un aliento de aire.

Pero una voz nos hace mirar a un árbol en particular.

–– “¿Oyen eso?” ––Alicia murmura, y todos asentimos.

Comienzo a acercarme, con Rocco a mi lado.

–– “Harry, ¿Qué haces?” ––La chica de ojos grises me observa con una leve preocupación.

–– “Iré hasta allí, es una persona.” ––Que está apoyada a un tronco. Puedo verle las manos en sus rodillas. Esta hecho una bolita.

Camino hasta el árbol, y puedo ver con claridad sobre la persona que esta susurrando. No puedo entender lo que dice.

–– “Hey.” ––Me coloco en cuclillas y Rocco se adelanta, posándose  a un lado de la persona. Lo olfatea y entonces descubro su rostro.

Es una pequeña niña.

Mierda. ¿Qué diablos hace una pequeña niña aquí?

La niña me mira asustada.

–– “¿Q-Quién e-eres?” ––La pequeña mira a Rocco, y luego a mí.

–– “Me llamo Harry ¿y tú?”

–– “Hilary.”

–– “¿Por qué estás aquí?”

–– “No lo sé.”

–– “¿Estas con alguien?” ––Alicia aparece por detrás de mí, y la pequeña la mira.

–– “No.”

–– “Ven con nosotros. No te haremos daño.”

Hilary  tiene el cabello revuelto, sus mejillas empapadas, y su pequeña nariz roja. Debe estar congelándose.

–– “U-Ustedes pueden ser malos.”

Una pequeña sonrisa cruza el rostro de Alicia y el mío.

–– “No pequeña, somos buenas personas.” ––Le asegura Alicia con voz suave. Rocco retrocede y Alicia lentamente ocupa su lugar.

–– “¿Puedes caminar?” ––Hilary niega con la cabeza.

–– “Yo la llevo.” ––Me levanto y le sonrío antes de tomar su pequeña cintura y levantarla. Ella envuelve sus brazos en mi cuello y esconde su cabeza.

Esta muy helada.

Elizabeth y Richard observan todo en completo silencio.

Y volvemos a caminar hasta la cabaña donde aun nadie ha entrado. 

¿Fobia a los hombres? |H.S| #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora