1. Camina

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El móvil de Amaia empezó a sonar con insistencia. Después de tantos años, aún seguía teniendo el himno de Camina como tono de llamada. Le traía buenos recuerdos cada vez que escuchaba esa canción, de la que había sido la etapa más brillante de su vida. Además, en sus momentos de bajón siempre la animaba.

Camina, da un paso al frente y respira, es un regalo de la vida...

Era temprano, pero unos tímidos rayos de sol otoñal se colaban por la ventana. La luz nunca había molestado a Amaia para dormir, y ese día no iba a ser diferente.

Nada nos puede fallar... Y siente que la música nunca termina, sigue creando melodías...

El sonido del teléfono se colaba entre sus sueños, pero estaba demasiado dormida para responder. Se había acostado tarde después del pequeño concierto que había ofrecido en una sala de Madrid, y se encontraba agotada. Quien fuera volvería a llamar.

Que lo bueno está por llegar...

Sin embargo, y para su sorpresa, tras acabar la llamada, el sonido volvió a empezar de nuevo, y así hasta tres veces. Por fin, Alejandro decidió hacerle un favor y cogió el teléfono por ella. Nunca lo hacía, por respeto. Pero en esta ocasión consideró que debía echarle una mano a su chica y responder por ella, pues parecía importante.

-¿Quién es?

Amaia escuchó una voz alterada respondiendo a Alejandro, pero tampoco le dio mayor importancia. Justo estaba volviendo a sumirse en el sopor del sueño cuando notó al chico darle un suave apretón en el brazo en un par de ocasiones.

-Amaia... Mi amor...

Ella se volvió y se encontró con una expresión grave en su rostro. La última frase de la melodía aún resonaba en su cabeza, "lo bueno está por llegar".

-Mi amor... Creo que deberías responder.

Amaia cogió el móvil que Alejandro le tendía, con el corazón empezando a latirle fuerte de la súbita tensión que estaba experimentando. Sacudió la cabeza para despejarse.

-¿Sí? -preguntó, con voz aún ronca por el sueño.

-Amaia, soy Lorenzo.

La voz familiar de su representante le permitió darse un respiro. Tomó aire. Si él estaba implicado, seguro que todo sería más fácil. Sin embargo, jamás se imaginó lo que vendría después.

-Te llamo para contarte lo de Alfred. Imagino que aún no te habrás enterado y quería ser el primero en contártelo.

-¿Alfred? ¿Qué pasa con él? No entiendo...

-Ha tenido un accidente esta noche. No sabemos si va a sobrevivir.

Te presto mi vozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora