capitulo 3

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Llegué a mi piso cerca de las tres de la madrugada, cansado, molesto y totalmente desconcertado por la actitud arrogante de la Doctora Samantha Álvarez. Ni disfrutar de la cena con Jacqueline pude.
Aggh, al final la pequeña había arruinado mi buen humor. Solté el abrigo largo que tenía sobre el sofá de el living y las llaves las solté con desgano sobre la pequeña mesa en frente y me encamine a mi alcoba. Una ducha caliente me quitaría está mala sensación y me acostaría a dormir las horas que me faltaban para volver al trabajo.
Una hora después estaba ya metido en mi perfecta cama listo para cerrar los ojos, olvidarme de todo y dejar que el descanso tan deseado me arrastrara...
Síii dulces sueños para mi cansado cuerpo.
No se cuanto había pasado desde que el sueño me atrapó en sus redes, pero definitivamente me faltaba un buen rato para sentirme descansado, y todo porque? Por aquel maldito ruido que provenía de algún lado.
Me senté en la cama aún sintiendo un cansancio del demonio y frote mi rostro con desgano. El dichoso ruido parecía estar sobre mi cabeza y no mostraba intención alguna de parar. Miré mi reloj en la mesilla de noche y volví a suspirar cansado.
Quien en la faz del planeta podía estar haciendo tal escándalo a las  seis en punto de la mañana?
Que no sabían que había gente que necesita silencio para dormir?
Salí de la cama a los diez minutos de despertar, comprendiendo entonces que aquel dichoso ruido no iba a parar pronto.
Preparé café y tomé el comunicador para hablar con portería. Esto definitivamente no lo soportaría y quería saber con quién tenía que hablar sobre el asunto para que no pasara otra vez.

" - Doctor Riviera, buen día.
- Marco, buen día. Una consulta...
- Diga usted doctor, le escucho.
- Sabes a que se deben los ruidos del el piso superior al mio? Me han despertado a las seis am.. 
- Lo lamento mucho doctor, es que no pudimos hablar con usted ayer para ponerlo al corriente. El piso trece fue finalmente vendido. Se acaba de mudar una joven que viene de España. Los ruidos serán un par de días nada más, en lo que ella acondiciona los muebles que le llegaron ayer en la tarde.
- Entiendo, aunque podría empezar con eso a una hora más normal...
- Es que la chica tiene un horario de trabajo algo complicado por lo que me explico, y esta hora es en cuanto puede ocuparse, a las ocho en punto sale y no regresa hasta pasada la medianoche, por eso se tuvo está consideración para con ella. Solo serán dos días.
- Bueno... Siendo así tendré que soportar ese par de días, gracias marco.
- A la orden doctor. "

Me quedé cavilando la información que me había dado Marco, nueva vecina, española y con un horario destroza huesos como solíamos decir en la jerga médica a los extensos horarios de trabajo. De seguro no la cruzaría nunca, con esos horarios y con los míos sería imposible coincidir.
Me encogí de hombros aceptando  lo que pasaría por dos días y decidí que no podía dejar que eso arruinara mi humor, la mujer acababa de mudarse, podía tolerar dos días para que ella pusiera su nuevo hogar en orden.
Tome una ducha rápida desayuné con calma leyendo el periódico y escuchando sobre mi cabeza aquel movimiento de cosas en el piso superior. Era evidente que estaba intentando poner sus cosas en orden. En fin...
Miré mi reloj y decidí ir a la clínica donde podría encontrar algo de silencio en mi oficina antes de empezar mi jornada.
Salí cerrando la puerta tras de mí y llamé al elevador mientras marcaba el número de Cristhian.
Talvez podría pasar a visitarles esta noche y quedarme con ellos para poder escapar de esos ruidos molestos, bien podría llamar a Jacqueline, pero no tenía deseos de volver a verla...

" - Pensé que estarías durmiendo a estas horas hermano...

Dijo en cuanto tendió su móvil.

- Un pequeño molesto despertar. Cómo estás Cristhian?
- Bien, recién por bajar a desayunar con mi esposa. Pero dime, que pasó?
- Nada serio, se han mudado al piso sobre el mío y con la mudanza me han despertado a las seis am.
- A esa hora una mudanza? Algo extraño, no te parece?
- Pues no tanto, considerando que según el portero es el único horario que tiene la nueva dueña para poder hacerlo. Al parecer tiene horarios complicados de trabajo.
- Supongo hay que entenderlo...
Y cuánto tiempo te tendrán con los ruidos?
- Según Marco, solo serán dos días más.
- Bueno, sabes que puedes venir a quedarte aquí ese par de días si lo deseas. A los niños les encantará ver a su padrino.
- Por eso te llamaba, quería consultarte si podía pasar esta noche en tu casa. Mañana tengo turno nocturno en la clínica y no salgo hasta el mediodía, pero hoy...
- No digas más, vente para aquí
a pasar la noche.
- Gracias hermano. De verdad me salvas la vida.
- Tranquilo, nos vemos después.
- Seguro, adiós."

Corte ya saliendo por la puerta del edificio y caminando directo a mi coche en el subsuelo.
Algo de música clásica para despejarme y al trabajo con una sonrisa y todos los deseos para salvar vidas.
Era muy bueno ser yo, tenía un trabajo que amaba, buenos amigos, ahijados que adoraba y por fin me sentía en paz con lo ocurrido con Samira y nuestro pequeño Demian...
De eso se había encargado mi comadre, de abrir mis ojos a la vida y seguir adelante con mi vida. Solo faltaba que apareciera ese buen amor a mi vida, mientras tanto...
Podía disfrutar de lo que me brindaba mi soltería.

Tu y yo... todo o nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora