capitulo 51

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Cuando volví a abrir los ojos los destellos suaves de sol se colaban por las pequeñas claraboyas del camarote, sentía el tibio calor de el cuerpo de mi pequeña transgresora envolviéndome...
La tenía recostada sobre mi toda relajada y profundamente dormida, su rostro lucía relajado y sereno, su largo y desordenado cabello caía cubriendo su desnuda espalda. Instintivamente las yemas de mis dedos rozaron la suave piel de sus mejillas y alcanzaron sus labios aún sonrojados, levemente hinchados y de inmediato mi pequeña soltó un suave suspiro antes de sonreír aún con sus ojillos negros cerrados. Se que mi rostro tenía esa expresión de idiota viendo la pieza más hermosa que mis ojos pudieran descubrir.

- Si sigues haciendo eso Sammouil, no querré moverme...

Susurro con voz suave mi pequeña, eso me hizo reír sonoramente y besar sus dulces y perfectos labios.

- Por mi pequeña, no hay problema. Tenerte sobre mi así, desnuda es lo mejor...

Dije de forma sugerente y mi pequeña sonrió ya fijando sus brillantes ojillos negros en los míos al hablar.

- Ya, pero el asunto es que necesito comer y aunque resulte tentador comerte a ti... Quiero algo de fruta.

Sus palabras no hicieron más que tentarme peligrosamente. Mi boca por instinto fue a devorar la suya y mordisquie su labio inferior antes de hablar ya con la voz ronca...

- Me tientas a cada segundo y pretendes que me controle pequeña...

Bese su nariz haciéndola reír y salí a regañadientes de la cama. Fui a la cocina, preparé café y pique varias frutas frescas para mi pequeña transgresora. Regrese al camarote en el momento justo para escuchar como empezaba a correr el agua de la ducha, mi pequeña me tentaba malditamente a cada segundo del día...
Por eso es que tome mi taza de café y me encamine al baño, no era muy grande, pero tampoco pequeño. Me recargue en el marco de la puerta y dejé mis ojos se deleitaran con las magníficas vistas...
Mmmmm, es que no podía dejar de observar como su delicada y suave piel brillaba con la espuma del gel y el agua caliente, el vapor que emanaba la hacía parecer una perfecta diosa. Bebí por inercia de mi café, viendo los delicados movimientos de las manos de mi pequeña transgresora frotando con tortuosa lentitud y calma su piel...
Sentía como crecía mi erección con cada segundo que la observaba y mi corazón golpeaba cada vez más rápido dentro de mi pecho...

- Me frotas la espalda Sammouil?

Su voz sonó suave, dulce y malditamente sexy...
Menos mal que mi cuerpo podía reaccionar y continuar actuando, porque si fuese mi cerebro tendría tardanza y mi pequeña se enfriaria, algo que no estaba dispuesto a permitir que pasara...
La cuestión es que ya me estaba  metiendo en esa ducha y tomando al asalto la boca de mi pequeña con hambre.
Definitivamente tenía que reconocer que la ducha tenía muchas posibilidades aunque fuera estrecha, porque tener el cuerpo mojado de mi pequeña transgresora, con agua caliente callendo sobre su brillante piel...
Era que me ponía de una manera que.... Pffff, iba a ser que me había encantado.
Mis manos ya se estaban recreando con su dulce y precioso cuerpo, mi boca devoraba la suya y mis manos ya se encargaban de darle el placer que mi pequeña necesitaba, en cuanto el gemido escapó de sus labios supe que tenía que poseerla, un rápido y ansioso movimiento la dejo enroscada a mi, mi boca fue a saborear sus perfectos senos y no tarde en enterrarme en su interior...
Una sola estocada y nos volvimos uno, sentí sus uñas marcando mi piel, su cuerpo vibrar al sentirme y el gemido de placer antes que su voz me alcanzara...

- DIOS Sammouil...

Automáticamente quedé petrificado, pensando por un maldito momento que le había echo daño. Mis ojos buscaron su mirada y aunque sintiera que moriría no podía moverme sin saber...

- Nena estás...
- No te detengas Samuel... Sigue te lo ruego...

Suplico completamente estremecida. Y yo que hice? Pues arremeter y darle lo que me pedía, besando, devorando cada trozo de piel que tenía a mi alcance, marcando ese ritmo intenso en mis embestidas, atormentando todo su cuerpo. Podía sentir sus dientes marcando la piel de mi hombro, esos constantes gemidos escapando de su garganta, embestía su cuerpo en un ritmo endemoniado, aumentando con cada embestida la tensión de su cuerpo, los gemidos ansiosos...
Cuando el orgasmo la alcanzó sentí todo su interior apresando mi carne. Pero no me detuve, seguí atormentando sin piedad, haciendo que el orgasmo se alargara, un par de embestidas después no pude contenerme más. Quedé petrificado en su interior, sintiendo como mi sexo explotaba dentro suyo...
Tuve que apoyar mi frente en su pecho, sentí el latir frenético de su corazón y como sus fuerzas la abandonaban.
DIOS!! Es que está mujer me convertía en un animal, me era casi imposible controlarme con ella. El agua caliente seguía callendo sobre nuestros cuerpos, cuando liberé levemente su cuerpo y la puse sobre sus pies note como su cuerpo se desvanecía. Mis manos de inmediato la rodearon evitando que cayera...

- Te tengo...

Dije sosteniéndola.
Mi pequeña me dio una dulce y cansada sonrisa y no pude más que besar sus labios de forma dulce. Cerré el agua de la ducha, envolvi a Samantha en una suave toalla la tomé en brazos para llevarla a la cama a disfrutar de un rico desayuno.
Cuando la deje sobre la superficie me puse apenas el boxer y un pantalón de mezclilla y me senté a desayunar con mi pequeña.
Lucia algo cansada, pero también muy relajada y serena.
Desayunamos entre besos, risas y bromas. Me encantaba hacerla reír, verla de nuevo con ese brillo que me había cautivado...

Tu y yo... todo o nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora