capitulo 48

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Mi plan tenía que jugarme en contra, sabía que pasaría. Pero JODER!! Nunca calculé que pasara algo así. Tener que tener los dientes apretados y mantener mis manos en el sitio adecuado se había convertido en un auténtico reto para mi. Sobre todo porque aún faltaba un buen rato para quedarnos solos como lo planeé...
Luego de ese agradable almuerzo, de ese baile entre sonrisas...
De sentir en mis brazos el cuerpo de Samantha balanceándose al ritmo de una música alegre y sensual... Eso ya me había casi puesto en pie de guerra, le robé un beso tan pero tan cargado de placer que cuando la sentí estremecerse y soltar ese casi imperceptible gemido sobre mis labios, estuve a un suspiro de perder el control y arrastrarla a algún lugar donde estuviera sola para mi...
Pero  había planificado un día completo y no pensaba desviarme del plan.
Lo que no calculé fue el echo de ir a comprar trajes de baño con mi pequeña, una tarea muy interesante, pero que termino jugando en mi contra.
Cuando mi pequeña se decidió a probarse aquel biquini y mostrarle a este hombre como le quedaba...
Pffff mi sangre hirvió de forma inmediata, se lo dejo puesto para placer de mis ojos, pero tuvo la delicadeza y consideración de ponerse un lindo vestidito de gasa color chocolate. Menos mal, porque de lo contrario la abría encerrado en el probador y...
Cerré en un puño la mano que mantenía dentro del bolsillo de mi bermuda y trate de concentrarme en otra cosa que no sea precisamente en todo lo que mi cabeza quería hacer realmente.
Estábamos caminando por la costa, el bullicio de la gente disfrutando de su día de playa era bastante agradable y mi pequeña transgresora, caminaba tomada de mi mano libre, sonriendo y relajada...
Estratégicamente guíe a Samantha en la dirección de un pequeño muelle costero donde ya estaba atracado un precioso yate, mi pequeña ni se percató de que la guiaba a el hasta detenernos frente a este y cuando noto la embarcación sus ojillos negros me miraron confundidos y sorprendidos a la vez. No pude evitar reír antes de atrapar su cintura y atraerla a mi, mi boca quedo a escasos dos centímetros de la suya, deje que mi nariz rozara de forma lenta y pausada la piel de su mejilla bajando hasta su cuello para que luego mi boca susurrara en su oído...

- Hora de demostrar que sabes nadar pequeña...

Me encantaba sentir el pequeño cuerpo de Samantha estremecerse, había llegado el momento de quedarnos casi solos.
Casi si. Porque cuando el yate atracada cerca de los arrecifes el capitán por esta noche abandonaría el barco, dándonos toda la intimidad y privacidad que requería, pero una cosa era sacar al capitán de su barco y otra distinta que mi pequeña estuviera desprotegida.
Varios de los hombres de Erick estarían en barcos lo suficiente cerca de nosotros y el propio Erick se mantendría muy cerca y atento a cualquier circunstancia que pudiera presentarse. Pero una vez que el capitán bajara de su yate...
Mi pequeña transgresora sonrió y giro en dicción al yate, acepto la mano que le tendía galante es capitán del naviero y comenzó a subir la escalinata mientras hablaba mirándome por sobre su hombro.

- Eres tú el que tiene que demostrar sus dotes de natación Sammouil...

Solté una estruendosa carcajada mientras le seguía los pasos a mi pequeña y saludaba también al capitán. En cuanto el barco se puso en marcha supe que ya todo estaba listo y dispuesto para la velada romántica que tenía planeada y sobre todo que Erick se había encargado de dejar lo que tenía para darle a Samantha luego de la cena que tenía preparada. Solo con pensar en eso mi corazón golpeó fuerte en mi pecho. Cruce algunas palabras con el Capitán y luego centré mi completa atención en mi pequeña, había apoyado los antebrazos en el barandal y su atención estaba centrada en el inmenso mar turquesa que se extendía ante ella, tenía las gafas nuevamente protegiendo sus lindos ojos, note como cargaba sus pulmones de aire mientras me acercaba por detrás...
Mis manos rodearon con calma su cintura y bese con calma la piel desnuda de su hombro, justo donde un pequeño corte ya cicatrizaba...

- Un centavo por tus pensamientos...

Susurre sobre su cuello, ella suspiro de forma lenta antes de responderme.

- Pienso en ti, en mi, en...

La abrace un poco más a mi llenando de su delicioso aroma mis pulmones...

- No fue tu culpa lo que pasó princesa...
El destino no era que el llegara a este mundo...

Dije ya girándola para tenerla frente a frente. Quería que me viera a los ojos, que supiera que no la culpaba, que yo sabía que ella Lucho con su vida por nuestro bebé.
Note ese par de lágrimas que caian de sus ojos por debajo de las gafas, mis manos se las quitaron con cuidado y mis yemas limpiaron esas lágrimas y las siguientes que les siguieron, Manda se abrazo a mi escondiendo su rostro en mi pecho y sollozo más fuerte. La mantuve abrazada a mi y bese su frente de forma aprensiva.

- Lo extraño Sam... Extraño tanto a nuestro hijo, si hubiera sido más valiente. Si...
- Shhh no digas eso pequeña...
Tu eres la mujer más valiente que conozco, y lo que pasó no fue tu culpa...
Tienes que saberlo pequeña, solo fue imposible que pudieras prever lo que pasaría... No tienes culpa alguna Samantha...
- DIOS Sammouil, te amo tanto...

Llorisqueo sobre mi pecho, estaba seguro de que si me amaba y yo no pensaba perderla de nuevo...

- Yo te amo a ti pequeña...
Yo te amo a ti.

Susurre besando su frente.
Limpié las lágrimas que aún retenían sus ojillos negros y la achuche de manera juguetona intentando hacer que volviera a sonreír...

- Anda pequeña, sonríe para mi. Mira que no pienso dejar que sigas triste..

Y lo hizo, mi pequeña transgresora sonrió, bese fugazmente sus labios ya recargandome en el barandal y apresando su cuerpo al mío y le sonreí satisfecho al notar que sus manos se colocaron alrededor de mi cuello.

- Que planea Doctor Riviera?

Me encogí de hombros y hablé tranquilo, de forma traviesa.

- Ya lo sabrás pequeña...
Ya lo sabrás...

Tu y yo... todo o nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora