Capitulo 73

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- Estas lista pequeña?

Pregunte a mi pequeña transgresora desde el marco de la puerta. No podía apartar mis ojos de toda ella, hacía un par de semanas ya que estábamos en España junto a Nathaniel que había viajado con nosotros.
Hoy era el gran día para mi mujer, Hoy nada podía salir mal, nada podía fallar en esa cirugía.  Por fin había llegado el día programado para la operación que tenían que realizar en Layla para finalizar todo el trabajo.
Nat y yo habíamos conocido a Layla una semana antes, ya que mi preciosa mujer insistia en que Layla tenía que sentirse cómoda y tranquila con todos sus médicos, y aunque yo no lo fuera mi pequeña tenía el plan de que cuando nos casaramos Layla fuera su dama de honor, por eso la fecha de casamiento no sería hasta el año siguiente, mediados de abril habíamos elegido, el clima en esa época del año siempre era agradable y no perjudicaba el calor.

- Estoy algo nerviosa, pero lo puedo controlar...

Respondió estrujando los dedos de sus manos entre sí. Me acerque a ella, atrape su delicada cintura y bese la piel expuesta de su cuello, la sentí estremecerse, pero hoy no podía aprovecharme de lo fácil que me resultaba provocar a mi mujer para hacerle el amor...
No, hoy yo tenía que brindarle mi completo apoyo y nada más, ya luego podríamos festejar como a mi me gustaba.
Suspire antes de besar su mejilla y hablarle...

- De momento te salvas pequeña... Pero en cuanto termines con Layla y todo salga perfecto en esa cirugía como estoy seguro que saldrá. Tu y yo...
Tendremos que ponernos al corriente de esto...

Advertí, notando como el aire de la boca en mi pequeña se entrecortaba y tragaba nerviosa, sus ojos oscuros como la noche en medio del océano brillaron como brazas del infierno y no pude más que reír satisfecho.
Si pequeña... Mañana tu y yo nos encerraremos en nuestra alcoba y no te dejaré salir de ahí por nada...

- Ten... Tengo que... Qu.. E irme Sam...

Empezó a tartamudear nerviosa, me encantaba alterarla de esta manera y saber que la provocaba me fascinaba...
Era muy divertido verla toda sonrojada y deseosa de que me adueñara de toda ella.
Libere de mi abrazo su cintura y tomé su mano para que bajaramos juntos a desayunar. Algo que yo ya tenía todo organizado, porque sabía que la cirugía de Layla sería muy extensa y complicada, lo que significaba que mi mujer pasaría demasiado tiempo dentro del quirofano y eso impediría que almorzara o imgiriera nada por varias horas...
Cuando llegamos al salón para desayunar nos encontramos con la voz molesta de Nathaniel al teléfono...
Podía notar la tensión en mi amigo, la preocupación  que estaba viviendo por no saber donde se había recluido su esposa Lía luego de la trampa que les tendieron.

" - Y una mierda que voy a darle el divorcio Geremias, ella es mi esposa!! No pienso aceptar ese maldito divorcio sin que ella me de la cara!! Si quiere que le firme esos papeles tendrá que pedirmelo ella misma!! Tu encargate de decirle eso."

Corto la llamada molesto y soltó si móvil sobre el sillón por completo frustrado, tal parecía que Lía estaba determinada a no regresar y resolver el problema con Nat y eso a mi amigo lo volvía loco. Se dejó caer con pesadez en el sillón y escondió el rostro en sus manos apoyando los codos en las rodillas y murmuró con voz angustiada

" - No voy a perderte así de fácil princesa..."

La mano de Manda se apretó un poco a la mía y cuando vi sus ojos note la preocupación que sentía por lo que pasaba con Nathaniel, ella lo estimaba y no le gustaba saberlo mal, pero Nat prefirió no contarle su problema, no quería que mi mujer se preocupara más de lo que de por sí ya estaba con todo lo que ella misma luchaba. Algo que yo agradecía de mi amigo, pero ahora Samantha sabía que Nat no estaba tranquilo.

- Buen día Nat...

Dije volviendo a avanzar con mi mujer de la mano. El se puso de pie de inmediato poniendo una fingida sonrisa en su cara antes de mirarnos...

- ( Nat) Buen día chicos...

Respondió llegando hasta nosotros estrecho la mano conmigo y luego deposito un cuidadoso beso en la mejilla de mi mujer. Que lo miraba muy atenta.

- ( Nat) El desayuno está listo ya, será mejor que aprovechemos el tiempo, te parece Samantha si me recuerdas algunos detalles de las cirugía de Layla mientras desayunamos?

Eso era lo que hacía Nat siempre, enfocarse en lo primero, hoy y ahora la cirugía de Layla era lo que le mantendría ocupado y luego yo sabía que se enfocará en solucionar los problemas con su mujer.

- ( Samantha) Si, claro.

Respondió mi preciosa chica, creo que comprendió que Nat necesitaba de verdad llenar su cabeza de otra cosa que no fuera esa llamada telefónica y el asunto del divorcio.
Nos sentamos a la mesa donde el sustancioso desayuno que yo había pedido prepararán ya estaba servido, retire una silla para que mi pequeña transgresora se sentara, Nat ocupo su lugar jugo a ella y yo quede en la cabeza de la mesa, con Nat a mi izquierda y Samantha a mi derecha...
Un par de minutos fue lo que reinó el silencio y luego Nat y Samantha se sumergieron en el tema que más le importaba a mi mujer, la cirugía de Layla...
Era fascinante escucharla, ver como sus ojos brillaban mientras daba cada detalle de cada procedimiento realizado en aquella niña, era fascinante como los tres terminamos tan enfrascados en el tema que todo pasó a segundo plano, eso hasta que Erick entró al salón y nos recordó el resto del mundo.

- ( Erick) Buen día señores... Señorita Samantha...

Los tres le respondimos el saludo y luego yo pregunte

- Esta todo listo?
- ( Erick) Todo señor Samuel, en cuanto lo digan podemos salir... 

Respondió con tono profecional. Pensaban que llegaríamos a España y no tomáramos medidas para proteger a mi mujer? Pues se equivocan, incluso dentro del quirofano iban a haber escoltas armados para asegurar la protección de mi pequeña transgresora, algo que a ella no le agradaba mucho, pero que entendía era necesario.
Mi pequeña tomo un último sorbo de su café, mientras tomaba mi mano para ver el reloj en mi muñeca y ponerse de pie hablando...

-  ( Samantha) Busco mi bolso y podemos irnos.

Beso mis labios fugazmente y fue a buscar sus cosas. Diez minutos después los tres estábamos dentro de la limusina viajando en un hermético silencio donde mi pequeña y Nat no dejaban de leer papeles y más papeles de los estudios de Layla. Yo solo me limitaba a sostener la mano de mi mujer brindándole en silencio mi apoyo mientras leía un libro...

Tu y yo... todo o nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora