capitulo 36

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Mire nuevamente mi reloj, faltaban aún cinco horas para volver a tenerla frente a mi.
Mi corazón se sentía demasiado pesado, no podía entender como fue que mi pequeña transgresora termino en esta jodida situación, pero lo que sí sabía era que está noche la alejaría de absolutamente toda esta maldita basura en la cual estaba atrapada.
La reserva en el hotel estaba echa, ya había coordinado con la ayuda de Álex a todo el equipo de seguridad que necesitaba. Fue sencillo en realidad, Erick estaba dispuesto a ayudar ya que no le había gustado lo ocurrido en Grecia. Se sentía responsable de que Carlo hubiera llegado hasta Samantha.
Había leído su carta al menos veinte veces ya... 
A tal punto que si cerraba mis ojos podía escuchar su voz diciendo esas palabras...

" Samuel, no creo que tenga sentido escribir esta carta. Porque de nada serviría. Pero es la única forma que tengo de pedir tu perdón.
Tenía que hacerlo Sam...
Tenía que regresar con el, porque si no lo hacía el te mataría. Ese día en la clínica el pensaba matarte...
Tenía un arma cargada. Yo no podía dejar que eso pasará Sam. No podía arriesgarme a que te hiciera o incluso te matara.
Prefiero mil veces morir yo cada día...
Prefiero mil veces someterme a él antes de ser la culpable de tu muerte Samuel.
Tienes que entenderlo. Si yo no cedo a estar junto a él, puede hacerte daño, y eso Sam... Es algo que yo no podría soportar...
Se agapo Sammouil...
Te amo Samuel...
Por ese motivo volví a su lado...
Porque te amo más que a nada en ese mundo. 
Perdóname, te lo suplico perdóname Samuel...

Con sincero amor... Samantha."

Mi pequeña me amaba, lo hacía de tal manera que estaba dispuesta a sacrificar su libertad por mi vida. Pero yo no estaba dispuesto a dejar que hiciera eso.
Ya estaba casi todo listo, la suite presidencial estaba lista, con cada cosa especial que solicité.
Álex estaba en este momento
" negociando para pasar toda la noche con Samantha... O Taliz mejor dicho, así era como la llamaba ese maldito." Erick había tomado casi tres plantas del hotel y todas las demás alcobas de la planta de la suite. Todo para mantener a mi pequeña a salvo. 
Y yo...
Yo estaba preparado para presentar la mayor lucha de mi vida.
A medida que las horas pasaban me sentía más nervioso que nunca, porque con cada segundo que pasaba estaba más cerca de descubrir aquello que sabia Alexander no me había dicho. 
Estaba muy seguro que Álex no me había dicho todo lo que él había visto en mi pequeña.
Pero estaba preparado para lo que fuera, había traído todo lo que suponía podía hacerme falta. Algo de ropa, varios tipos de geles para el cuerpo, champús de varias fragancias, aunque estaba casi seguro que mi pequeña usaría sin dudar alguna con fragancia a rosas. Una buena cena que estaría aquí solo cinco minutos antes de que ella llegara, su inhalador...
Y varios artículos más.
El mensaje llegó puntual cinco minutos antes de la hora que habíamos pautado...

" Estamos subiendo, la escoltó en un coche ese tipo. Pero el acuerdo fue que al cruzar la puerta del hotel el no volvería a verla ni a hablarle hasta mañana a medio día. Supongo que es tiempo más que suficiente para que te encargues del resto."

Mi corazón golpeó con fuerza. Cargué de aire mis pulmones en cuanto escuché la puerta abrirse, me mantuve quiero, parado en medio del salón esperando que mi pequeña apareciera en mi campo de visión...
Escuché la voz de Álex hablarle...

" Tranquila Samantha, no pienso hacerte daño. Solo creo que necesitas una noche para descansar un poco. Tienes toda la pinta de necesitarlo. Buenas noches."

Le dijo despidiéndose...
Mi pequeña tardo al menos veinte minutos más en decidir moverse, estuve a un suspiro de salir de donde estaba parado e ir a la otra sala para asegurarme que ella si estaba ahí. Pero cuando escuché sus tacones resonar en el piso de mármol, me quedé en lugar.
Sus pasos se escuchaban dudosos y podía entenderlo, nada me habría preparado para ver algo como eso. Mi pequeña...
Mi mujer parecía un completo ente...
DIOS!! Cómo podía ser posible que mi pequeña transgresora estuviera de esa manera?
Había perdido claramente mucho peso, su piel se notaba muy descuidada y pálida, su largo cabello había perdido el brillo, se notaba incluso quebradizo y debilitado en extremos increíbles...
La ropa la hacía parecer un simple pedazo de carne.
Sentía náuseas por tener frente a mis ojos esa maldita imagen de la mujer más hermosa que conocía en mi vida tan descuidada y desmejorada, dudaba que incluso estuviese durmiendo en una cama.
Todo su cuerpo temblaba como si sintiera demasiado frío.
Sus manos tenían marcas, sus muñecas desnudas dejaban ver hematomas de diferentes colores.
Ella no había notado mi presencia aún, observaba todo a su alrededor con un evidente miedo. Sus ojos lucían demasiado cansados, eran solo dos cuencas negras carentes de vida, las manchas en su piel no podían ser disimuladas con el poco maquillaje que enmarcaba su rostro.
Donde estaba esa chica que conocí nueve meses atrás? Donde estaba ese pequeño ser repleto de energía? Esa preciosa chica que era parecía haber desaparecido por completo.
Mi pequeña reparo en el enorme espejo a un lado de el salón, fue dando torpes y dudosos pasos hacia el y poso sus ojos cansados en el reflejo que este le devolvía...
Ni ella misma se estaba reconociendo ya.
Camine con sumo cuidado, acercándome con cada paso que daba a ella.
Quería tomarla en mis brazos y abrazarla tan fuerte como para borrar de su vida absolutamente todo. Quería gritar, tener frente a mi a esa escoria que había destruido a mi pequeña y destrozarle cada jodido hueso.
Vi como se negaba a si misma frente al espejo y limpiaba unas lágrimas de sus ojos negros.
Cuando giro sobre sus pies dispuesta a salir de aquí se encontró frente a frente conmigo. 
Se detuvo en seco y sus ojos dejaron ver la confusión que tenía...
No pude evitar sentir esa maldita punzada en medio de mi corazón.
Cómo llegamos a esto pequeña?
Pensé por un instante.
Realmente no esperaba que me afectara tanto ver en lo que se había convertido en tan solo unos meses...
No estaba seguro que era lo que estaría pasando por su cabeza en este momentos, pero yo solo deseaba poder desaparecer con ella y no volver a dejar que nada malo la alcance.
Tuve que aclarar mi voz, porque de pronto no lograba encontrar palabras para decirle...

- Hola pequeña...

Dije manteniendo las manos metidas dentro de los bolsillos de mi pantalón, en la mano izquierda apretaba con extrema fuerza  su inhalador.
Porque si no hacía eso de seguro saldría de aquí directo a matar a aquel maldito cobarde. Pero mi prioridad era antes que nada ponerla a salvo...
Todo su delgado cuerpo tembló notoriamente, tardo unos cuántos minutos en poder reaccionar. Y su voz áspera apenas si se escucho cuando me habló...

- Dime que estoy soñando...
Dime por favor que estoy soñando te lo suplico...

Dijo con la voz quebrada. Dolía demasiado verla tan frágil avance solo un par de pasos más hasta ella y negué con la cabeza antes de hablar intentando parecer tranquilo.

- No es ningún sueño, estoy aquí pequeña...

Ella negó alejándose un par de pasos y se dejó caer de rodillas rompiendo en un espantoso llanto. Cubrió su rostro con sus manos temblorosas y comenzó a murmurar repleta de dolor...

- Te va a matar!! Dios, Sammouil Carlo va a materte....
Porque? Porque me haces esto!? Porque tenías que aparecer...

No soporte verla de ese modo, me agaché y la sujete en mis brazos y pegue su tembloroso cuerpo al mio. Ella intento apartarse, pero yo no la dejaría, no más...

- Tranquila pequeña...
Tranquila...

Seguía llorando, negando.

- Samantha, tranquilízate por favor...
- El te matara Samuel!! No me puedo tranquilizar...
Yo... Yo no...
- Pequeña no lo hará...

Su llanto repleto de dolor me estaba matando. No sé cuánto tiempo estuve sujetándola en ese abrazo luchando con ella para que no se apartara de mi. Los dos  de rodillas en el suelo y yo abrazo su pequeño y frágil cuerpo sin dejar de besar su cabeza mientras ella insistía en que me apartará de ella.

- Déjame Samuel, te lo ruego...
Tienes que alejarte de mi...
- No lo haré pequeña, no te dejaré de nuevo...

Ella Lucho por ponerse de pie y apartarse un poco. Respiraba de forma irregular y yo sabía que necesitaba su inhalador. Me puse de pie también y saqué el medicamento de mi bolsillo y lo puse en sus temblorosas manos.
Ella lo miro confundida y lo arrojo lejos en el suelo. Molesta incluso.

- Deja de cuidar de mi!! Deja de protegerme!!

Grito llorando.

- Samantha, basta.

Dije en tono sereno.

- No lo vez!! Tú no lo vez!! No entiendes que prefiero morirme en este maldito momento antes de que él te haga algún tipo de daño!!
- Samantha, te está manipulando, no hará nada para dañarme. Solo dijo eso para que tú te sometieran, pero...
- Mato a Joaquín!! No me digas que no te hará daño, no lo digas!! Tú no tienes una maldita idea de lo que es capaz de hacer!! 

Grito llorando... No podía detenerme a pensar en nada más. Ella no estaba bien y yo no podía dejar que su miedo ahora me alcanzara a mi, porque si mostraba la mínima duda ella no dejaría de intentar luchando.

- Eso ahora no me interesa Samantha. Lo siento, si? Pero en este momento lo importante aquí y ahora no es ni lo que le hizo a tu padre ni que quiera atentar contra mí. Solo tú eres mi prioridad...
- No lo entiendes !? Maldición Samuel. Yo TE AMO!! PORQUE CREES QUE VOLVÍ CON EL!? NO QUIERO QUE TE MATE POR MI CULPA!!


Tu y yo... todo o nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora