Mi cabeza no se lograba detener por mucho que lo intentaba. Hacía tiempo que estábamos en mi piso de regreso y Samantha estaba tomando una ducha para poder irnos a la clínica. Ya esta noche Marco estaría en la portería y ella podría ir por fin a su casa en cuanto el turno que teníamos por delante acabará.
Ya le había avisado a Marco que ella necesitaba la copia de sus llaves, por lo mismo cuando estuviéramos de vuelta ella llegaría a su casa.
No quise tocar el tema de ese tipo y lo sucedido en el restaurante, pero que me partiera un rayo si no me sentía nervioso por lo que él había dicho.
Su dueño? Que le pertenecía? Ni que estuviéramos en el siglo quince... Eso sonaba tan machista y retrogrado que hasta podía jurar que de seguro ese tipo no dejaría a Samantha ejercer su carrera. La veía como si fuese una propiedad, no un ser humano.
La vibración de un mensaje sonó en mi móvil. Lo tome y abrí la aplicación para encontrar un mensaje entrante de Nathaniel, otro de Cristhian y uno más de Iván.
Parecía cosa del destino.
Abrí primero el mensaje de Cristhian y me sorprendió lo que esté decía." Sam, sabes qué cuentas con nosotros. "
De qué iba esto?
Abrí el de Iván el cual me pareció más extraño aún." Samuel, en que carajo te estás metiendo? Estoy en Italia, llama si me necesitas."
Para ese momento ya no entendía nada. Abrí rápidamente el de Nathaniel aún sin comprender.
" Samuel, encontré mucho sobre la doctora. Tenemos que hablar urgente!! Por cierto, Cristhian e Iván saben que me pedisteis que investigara. Lo siento, se me escapó mientras hablaba con Iván y le comenté lo que tenía hasta ahora. Él le aviso a Cristhian. Es complicado hermano. No sé si quieras meterte en algo así. En todo caso te llevo esta tarde una carpeta con lo que tope. Ya tú dirás después si sigues ese camino. Hagas lo que hagas sabes qué cuentas con nosotros."
No entendía de que iba todo esto, pero si de algo estaba seguro ahora es que quería saber.
La curiosidad y la intriga me carcomían las entrañas...
En fin en un rato más sabría de que iba todo esto. Hasta entonces solo podía hacer lo que hasta ahora , lo bueno es que Samantha parecía ya no odiarme como al principio y eso me daba algo de tranquilidad.
Escuché los pasos silenciosos de Samantha acercarse y me centré en el ahora, lo demás ya vería.- Lista?
Pregunté tratando de mostrarme relajado. Ella tenía aún la mirada algo turbia. Se frotó los brazos como para apartar el frio, aunque la calefacción estaba encendida.
- Supongo que tienes preguntas sobre lo que pasó en el restaurante...
Dijo intentando sonar tranquila, pero podía notar la tensión en su cuerpo.
- Puedes sentarte Samantha...
Dije cruzando mis pies en aire relajado.
Ella me miro un par de segundos y se que dudo, asintió suspirando . Se sentó en el sofá donde pase parte de la noche anterior, pasando las manos sobre sus piernas intentando relajarse un poco...
Me mantuve en silencio, porque sabía que si estaba así era porque buscaba la manera de hablar y yo quería entender.- Yo... Yo siento mucho lo que pasó, no tendrías que haber pasado por esa situación.
- Tu no hiciste nada Samantha...
- Es que si no...
- Detente.La interrumpí. Porque pese a que quería saber lo que ocurría, no quería que pensara cosas que no eran.
- Escúchame un momento, lo ocurrido en ese restaurante no fue tu culpa. Y actúe como lo habría echo cualquiera en mi lugar...
Además de que fuimos a ese sitio porque yo te llevé. No tienes nada que ver tu en el lugar que yo elegí.
- Entonces?
- Entonces nada Samantha, lo ocurrido ya pasó. No tienes nada que explicar... No si no quieres hacerlo.
- Es complicado Samuel...
- Si quieres hablarlo con alguien aquí estoy. Si no... Da lo mismo, aunque si me permites darte un consejo...Dije y esperé hasta que ella asintió.
- Cuando un hombre te lleva a almorzar, y de casualidad va a donde podrías encontrarte con tu Ex marido y este es un idiota sería prudente que se lo dijeras, ya sabés, por eso de que él tenga la opción de evitar que pases un mal momento y todo eso.
Dije y logré que sonriera más tranquila. Eso estaba bien...
Me gustaba hacer reír a las personas. Especialmente si solían ser tan serias como ella.- Lo tendré en cuenta. Aunque dudo que salga con algún hombre de nuevo.
- HEY!! No fui tan malo. Cierto, que no fue de las mejores citas, pero hasta que nos interrumpieron estabas sonriendo.Me defendí. Haciendo que ella volviera a reír negando.
Si!! Eso se sentía bien, malditamente bien.- Conque eso fue una cita? Algo diferente tengo que decir...
Nunca escuche de una cita, donde lleven a la chica a la embajada, la comisaría y el banco antes de almorzar.Respondió más relajada.
- Tienes razón, no podría catalogarla como una cita real.
Deberás darme otra oportunidad entonces.Y ahí estaba esa expresión de confusión.
- Quieres una cita? Con... Conmigo? Después de todo lo mal que te he tratado?
Pregunto nerviosa. Un perfecto rubor cubrió sus mejillas, y he de admitir que pese a que estaba bromeando con ella...
Me encontré de pronto pensando en porque no?
Es atractiva, y...
No vallas por ese camino Samuel! No sin ver que opina...- Porque no? No tendría nada de malo si lo hiciera. O si?
Eso, déjale el camino libre para que sea ella que te guíe...
Carácter sabes que tiene, y sabes que es una mujer que te dirá lo que piense.
Tardo un par de minutos analizando mis palabras...- No, no tendría nada de malo...
Creo...Si!! Eso es pequeña. Tú dame chance.
- Entonces Señorita Álvarez, me daría mucho gusto si aceptaras tener una cita conmigo. Que me dices?
Dije sonriendo para ella.
Gesto que respondió sonriendo también...
Analizo su respuesta algunos segundos y luego asintió sonriendo de nuevo.- Está bien...
Pero no puede ser este sábado, tengo guardia.
- Y yo el domingo... Tendrá que ser entonces el viernes, en la noche te parece bien?Pregunté y ella volvió a asentir.
- Viernes.
- Perfecto. Pasaré a recogerte a las 19 pm...
En ese preciso segundo soltó la carcajada divertida. Eso!!- No llegue tarde Doctor Riviera, odio la impuntualidad.
Bromeo en respuesta.
Pero si sabía hacer chistes y todo la pequeña!! Eso sí era novedad.
Le seguiría el juego, porque de verdad me resultaba divertida.- No lo haré, tiene mi palabra doctora.
Bueno...
Quién diría que tendría una cita con mi pequeña transgresora. Ja!! Incluso a mi me costaba creerlo aún.