El ambiente que hasta entonces había permanecido en silencio, de pronto se ha visto alterado por un estrépito que retumba en el mudo entorno.
Una hilarante cadencia de carcajadas que emerge a borbotones desde el interior de la chica que está retorciéndose frente a mí. Amy McCourdy tiene una risa bastante peculiar. Al menos cuando está borracha, como ahora. Se trata de un ruido ahogado cuyo volumen va aumentando, dejando escapar raros sonidos desde su garganta y dando la impresión de estar asfixiándose.
Es un sonido bullicioso, sí. Pero musical. Es el tipo de risa que, aun siendo espantosa, no resulta desagradable de oír. Todo lo contrario. Sus incontenibles risotadas llegan con armonía a mis oídos, casi rítmicas. Contagiosa.
Y probablemente, a causa de ella, yo también estuviese acompañando su orquesta de risas si ahora mismo no estuviese realmente preocupado por su embriaguez. Algo que, a no ser por mi descuido, no hubiese llegado a pasar si me doy cuenta a tiempo de que los continuos vasos de alcohol que ingería cada dos por tres era whisky puro.
Yo la he invitado a venir conmigo y bajo mi responsabilidad estaba evitar que algo como esto pudiese ocurrir. Pero aquí está Amy... ¡Ebria hasta la médula!
Ha cambiado su aire moderadamente jocoso que suele derrochar estando en condición normal, por una chispa de chulería más exagerada. Sigue siendo Amy McCourdy, la chica de encantadora naturaleza del Oest. Sólo que ahora de forma intensificada. Ahora tiene su carisma a un nivel que ella misma es incapaz de limitar, víctima de los impiadosos efectos colaterales de tener la sangre sometida bajo el alcohol.
Creo que empezó a reírse después de que, tras un arrebatado descontrol en sus palabras, se hubo referido a mí como un "ángel caído" asegurando que acababa de halagarme, y mi cara le reflejó que no entendí ni mierda su referencia. Porque, a mi entendimiento, acaba de llamarme demonio. ¿Y quién carajos es Pacth?
—Me diviertes—Dice, acercándose a mí y pinchándome la nariz repetidamente con su dedo índice—- ¡Un meme andante, sin dudas!
—¿Te parezco gracioso, McCourdy? —Enturbio mi mirada.
Pero una irrefrenable sonrisa en mis labios me acaba delatando.
No puedo negar que me da gracia. Ella no responde. Tan sólo extiende la mirada hacia el cielo estrellado, fascinada como si acabase de ver algo realmente sorprendente. Luego suspira y empieza a dar vueltas alrededor de sí misma, como bailando y murmurando cosas en tono cantarín.
—Generalmente me asusta la oscuridad ¿sabías?— Dice al detenerse de repente. —Pero hoy no. Hoy no me llevará. Mañana puede que sí. Pero hoy no.
—¿De qué hablas? —Amy se ríe, aunque con cierta amargura, y me sonríe cuando sus ojos vuelven a conectar con los míos. Unos intimidantes ojazos azules. —Amy, creo que estás muy mal...
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Una Limitada Vida Sin Límites © [✅]
JugendliteraturNick se enamora de un corazón que pronto dejará de latir. Amy es una estrella más cuya luz advierte con apagarse en el firmamento. Ella, la chica cuya enfermedad terminal le ha puesto fecha límite a sus días. Él, un fanfarrón que se cruza en su v...