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| Capítulo 36 |

Hoy damos la bienvenida al solsticio de invierno.

En tres días será Navidad y Nick y yo hemos decidido fechar nuestro viaje hasta principios del año nuevo, finalizando enero. Un año que prometerá una gran aventura. Un año que augura traer consigo un sinfín de emociones sin límites.

Un año que quizás no me tendrá al concluir, pero cuyos días, mientras voy desafiando las fronteras y los mares, voy a degustar hasta sacarles el jugo.

En los últimos días Nick y yo hemos tenido importantes conversaciones sobre nuestras futuras andanzas. Establecimos las pautas. Concordamos las directrices. Planteamos cada pormenor que ha debido tomarse en cuenta para ello. Aportamos ideas.

Dimos vida y personalidad a nuestra travesía.

Yo propuse que nuestras rutas no tuviesen un orden lógico y coordinado, sino que fuese algo más arbitrario, de acuerdo a nuestras conveniencias. Unas rutas de saltos locos.

Y es que, si bien Francia está más cerca de España y por ello debería ser nuestro primer destino en ahondar, lo cierto es que elegimos a Inglaterra como nuestro primer asentamiento.

Y desde allí partiremos a Finlandia, aunque es cierto que nos quedará más cerca Ámsterdam. Hubiese tenido más sentido partir desde España a Italia, y desde allí a Francia, a Países Bajos e Inglaterra respectivamente, dejando a Finlandia como último destino en Europa y desde allí viajar a América. Pero no han sido nuestras opciones.

Rebotar entre países. Este es el término que elegimos. Aunque no se trata de una ideología únicamente establecida para hacer énfasis en la "locura" de nuestro viaje. Hay cierta lógica escondida.

Y es que no podemos viajar a Finlandia hacia inicios de marzo o abril cuando claramente las auroras boreales son más fáciles de contemplar en enero y febrero. Y no podemos viajar a Ámsterdam estando aún en invierno. Los mejores lugares coinciden con las fechas de primavera.

Nuestro mapa turístico es el siguiente: Primer destino; Londres, Inglaterra—Reino Unido— Segundo destino: Laponia, Finlandia. Tercer destino: Roma, Italia. Cuarto destino: París, Francia. Quinto destino: Ámsterdam, Holanda—-Países Bajos—. Sexto destino: New York, Estados Unidos. Y séptimo y último gran escenario final: Punta Cana, República Dominicana—Santo Domingo-.

Apenas puedo contener almacenada toda la emoción que logra cocerse dentro de mí. Soy poco capaz de disimular mi entusiasmo al saber que ya no se trata de un sueño utópico, sino una realidad.

Voy a conocer el mundo. A mí manera. Bajo mis términos. A mí pleno deguste. Y voy hacerlo al máximo.

De pronto la ansiedad por abordar un avión y pisar territorios desconocidos se hace más resonante en mi cabeza que la idea de que, una vez empezado el nuevo año, apenas me restarán cinco meses aquí.