Nick se enamora de un corazón que pronto dejará de latir.
Amy es una estrella más cuya luz advierte con apagarse en el firmamento.
Ella, la chica cuya enfermedad terminal le ha puesto fecha límite a sus días. Él, un fanfarrón que se cruza en su v...
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erodear sin rumbo por la fascinante ciudad de New York y no intentar conocerla desde la prodigiosa visión que brindan las alturas podría considerase casi un crimen.
A más de doscientos metros de distancia es cuando una ciudad demuestra una superlativa atracción ante nuestros ojos cuando al dilatar sus límites hasta esa difuminada línea que supone el horizonte.
Al igual que The Shard en Londres, el Empire State Building constituye uno de los más famosos y altos miradores de la ciudad de New York. Y es por ello, y por nuestra innegable adoración a las alturas, que Nick y yo hemos decidido hacer una parada en este soberbio edificio.
Hemos llegado hasta el observatorio al aire libre de su piso ochenta y seis justo cuando ya se miran las primeras pinceladas de ese fenómeno que ambos hemos hecho parte esencial de nuestro viaje: el atardecer.
Frente tenemos una panorámica a trescientos sesenta grados de toda Manhattan minimizada. Todo un cúmulo rascacielos acaparan nuestra visión, alineándose y combinándose entre sí sobre las avenidas. El cielo está pintando de un azul cristalino decorado de un montón de nubes lustrosas y un difuminado amarillo en los contornos de la lejanía.
Allá, el río Hudson y el río Este. Y aún más allá la alejada silueta de la Estatua de la Libertad. ¡Esto es alucinante! Estamos a trescientos veinte metros de New York y el placer del vértigo hace que para mí sea imposible borrar la sonrisa de mi cara.
El chico a mi lado también traza una curva con sus labios cuando él aprovecha mi ensoñación para tomar un sinfín de polaroids de mí con los rascacielos haciéndome de fondo.
—Está ciudad me hace sentir frenética, te lo juro, Nick.
—New York tiene mucha vida, Amy. Como tú.
« ¿Cómo yo?»
— Es increíble pensar todo lo que ha de estar aconteciendo allí abajo—digo, pensativa
—Miles de situaciones. Historias. Sucesos. Momentos. Es lo que tiene el paso desenfrenado de la vida, Amy. Y aquí es más perceptible porque el ritmo de New York es más rápido y sonoro.