Al Otro Lado Del Mundo.(La Profecía De La Luz)

capítulo 11

Bestias al acecho.

Me baje del animal y me acerqué al chico. Mientras caminaba a cada paso que daba muchos pensamientos aparecían.

Puedo hablarle. mi padre no abandonó a mi madre, si no que tuvo que venir a este mundo para protegerlo de la malvada hechicera. Aunque no se como ha venido asta aquí. Es el mismo chico que vi en el autobús,Creo que se llamaba Stiff.

—¡Hola Stiff!—digo saludando con una sonrisa. — mejor dicho, ¿ Qué haces tu aquí?

—¡Hola! Es una gran sorpresa saber que perteneces a este mundo!— añade entusiasmado.— Em.. me llamo Smith. Y soy un guerrero nacido aquí, encargado de proteger el castillo de las bestias. Mi poder es la tierra. Puedo crear grandes cantidades de rocas y lanzarlas provocando que exploten al chocar, también puedo crear un rayo de luz de color marrón creado de tierra, y muchas cosas más.

—Perdón, es qué se me olvida los nombres después de unos días.— dije contemplandolo fijamente. Y huau, ¿enserio tienes ese poder? ¡me lo tienes que enseñar!

Ahora que lo miro me parece atractivo, tiene unos pequeños ojos azules y pelo corto oscuro. Unas mejillas suaves de tonalidad rojiza y unos labios carnosos le hacen parecer un modelo de cine. Parece más mayor que yo. Y no solo por su voz grave si no por que es más alto y está completamente desarrollado. Está  claro que lo es.

— No pasa nada. Por cierto, ¿ Como te llamas?—pregunta mirándome con interés.  No me dijiste tu nombre, eras bastante extraña. Aunque ahora debo de admitir que eres más simpática.

—Me llamo Johana A..

Interrumpió Whill acercándose a nosotros.

— Tenemos que avanzar. —Declara haciendo que me callara. —Se hace tarde. Vamos subios.

Nos montamos en el elefante y seguimos el sendero asta un muro de rocas extrañas de color vainillla. Nadie habló por el camino, a ese Elfo no le gustaba nada el ruido (Estará alto de las fiestas de su Jefe). Había como una especie de puerta en forma de arco esculpido.

— Asta aquí podemos acompañaros. — afirma con dureza. —que tengáis buen viaje.

— Gracias rey de los bosques. —Dice inclinandose ante él.

Que raro, solo creía qué era el Rey del bosque verde.

—Muchas Gracias.— Añado haciendo lo mismo que el elfo.

Smith también se puso de rodillas. El Rey se marchó con los iletrados por el mismo lugar por el que vinimos.

—¿Ya hemos llegado? — pregunto con alegría, pensando que iba a conocer a más humanos.

—No, aún falta atraveras un pequeño laberinto que se encuentra al otro lado de estas rocas.

— cierto. Añade Whill con los ojos cerrados con cara obscena.

—Vaya, eso suena a un largo viaje.— digo entristecida.— Whill, ¿ Porqué le has llamado rey de los bosques?

— Porqué es el rey de los bosques.— contesta impertinente.— Sí crees que mí jefe es el que reina los bosques, no enxistiriamos.

No se si soportar más a una persona así de amargada. Tendrá su edad, no parece joven. Pero eso no quita que tenga que estar así el mayor tiempo del día. Solo quería quitarme dudas, para saber si es realmente fuerte como para dominar esas tierras nada más.

— Venga vamos.- insiste Smith entrando por el arco.— No os preocupéis, mi habilidad me permite remover estas rocas y colocarlas cómo está.

—¿Pero no sabéis el camino? — pronuncio curiosa.

Smith se quedó justamente al otro lado del arco. No veía lo que había detrás del hueco,era como una colina hacia abajo.

— Este laberinto cambia constantemente para que Bestias o monstruos de la oscuridad jamás lleguen al castillo. — explica Whill mientras caminaba cruzando el arco.— Solo ellos conocen el secreto de los caminos, y ahora venga, no podemos perder más el tiempo.

Me andentre atravesando el arco. Lo primero que observé fue una hermosa montaña con el gran castillo que vi en lo alto del árbol. Quedaba a lo lejos en el horizonte. Al mirar para abajo vi un gran laberinto creado por bloques de piedras calizas que la rodeaban. Bajamos y mientras caminabamos Smith me observaba. Cuando le miraba apartaba la vista a otro lado. Me provocaba risas tontas. Yo me sentía muy calmada al estar él presente. Al llegar a la entrada del laberinto, la curiosidad me levantó preguntas.

—Oye Chicos, o lo que seáis.— Digo parandome justo antes de ingresarme. —Sí es para que no lleguen bestias, ¿significa que lo han intentado cierto?  Por lo que requiere decir que hay monstruos ahí adentro, ¿verdad?

—Te aseguro que si fueras la reina del mundo entero te taparian la boca con cera fundida .—contesta burlándose de mí.

Río molesta— Muy gracioso viejo insolente.— Contesto con burlas sacando la lengua.—Oye Smith, si las bestias y esos seres tienen poderes, ¿ No crees que podrían romper estos muros? Y algo más. Algunas bestias como los dragones son capaces de volar,¿ Como se supone que se defienden en el castillo de criaturitas voladoras?

—Están protegidos por barreras mágicas que destruye poderes oscuros no te preocupes. —Responde sonriendo con la mirada perdida. —De eso se encargan los arqueros del castillo, está todo controlado.

Nos ingresamos por la única entrada que había. Se veía regular, la luz del atardecer ya no alcanzaban la superficie de lo alto del muro. Smith levanto su mano derecha apoyandola en la pared de rocas provocando qué se apartaran dejando una entrada. Mientras nos adentrabamos más, más largo se me hacía el camino. Todo era igual, pasadizos por todos lados se extendían en varias direcciones. Estaba hambrienta, necesitaba recobrar energía para poder seguir estando fuerte. De pronto un Rugido de un Animal sonó provocando un eco ampliando el sonido. Me ocasionó un miedo que paralizaba todo mi cuerpo. Whill se iluminó con sus pequeñas esferas de colores ya que la noche estaba al caer. El chico se puso en alerta observando los tres callejones oscuros. Muchos rugidos distintos empezaron a emitirse fuertes de diferentes sitios  haciendome perder el control.

—¡¿Que hacemos?! — Pregunto con desesperación moviendome de un ladro a otro.

Se para enseguida.—Shh. Escucho unos pasos acercándose.