Capítulo 24

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Contra la Duquesa de planta, Arminia.

Me desperté con un enorme dolor punzante que me cubría la parte entera de la espalda. No podía mover ni los brazos, ya que la herida era extensa.

Me levanté con muchísimo cuidado, pero cada movimiento parecía que me estaban torturando con mil cuchillos.

Me cambié y fui a desayunar de nuevo. Al bajar las escaleras me encontré con Halen. — ¡Johana! Ahora mismo iba en busca tuya.

No se si decirle que luchar es una locura con este dolor, o callarme y ahorrarme el tiempo posible. — Me he levantado un poco más tarde. — finjo una sonrisa.

Me devuelve la sonrisa.— Bueno, está bien, vamos.

Desayunamos y fuimos a la salida. Mientras ibamos por el sendero al campo de batalla, en el camino nos encontramos a Grace. — ¡ Johana! ¿Cómo te encuentras? — Nos hace parar.

Voy a ser sincera. — Fatal. No puedo moverme, tengo un dolor punzante que no me deja ni respirar. — Suspiro con delicadeza.

Se quedan pasmados mirándome. — ¿ Porqué no me lo has dicho? — Pregunta Halen apoyando su brazo en el hombro.

— ¿Pero puedes luchar? — Pone Grace su mano en la barbilla.

Me aparto en un momento rápido.
— Haber no lo he dicho porque quiero acabar lo antes posible... y sí, creo que podré luchar.

— Si tu lo dices está bien. — Responde Halen preocupado. — ¿Grace, quién ganó la batalla por el puesto de Duque en elemento planta?

— Fué hace cuatro años, ganó la que ahora es la Duquesa Arminia. — Contesta preocupada también.

Yo solo les veía las cara y algo me decía que algo malo pasaba. — ¿Que ocurre? Si hay algo que deba ser, decidlo ya. — Digo alterada caminando hacia el campo de batalla.

Se vienen detrás. — Está bien. Te lo diremos. — Responde Halen. — Dicelo tú. — No, Díselo tú. — Contesta Grace. — No tú. — Dice de nuevo Halen.

— No queda nada de camino chicos, así que aclararse ya. — Digo furiosa pisando fuerte para calmarme.

Vale, está bien. — menciona Grace. — El segundo elemento es de planta por si no lo sabías, verás... Arminia ganó con muchísima diferencia, la llaman la guerrera de las Flores. Y eso solo fué hace cuatro años... por lo qué no sabemos si su poder para controlar ha aumentando.

— Sí... y no es solo eso. — Dice Halen mirando el suelo. — Estás herida, y eso te va a influir mucho.

Joder. Si no hubiera cometido el error de la barrera estaría impecable. Pero bueno, quejarme de lo que ha sucedido no va a provocar que se me curen.
— Lo intentaré de todos modos. — Digo con un nudo en la garganta.

Llegamos a las misma puertas del ayer, las odiosas para mí. No le veo sentido que luche contra ellos en vez de pelear con los verdaderos enemigos. Esto es un rito de iniciación joder.

Paramos mientra se abre.
— Escuchame Johana. Todo lo que tienes que hacer es protegerte, ¿vale? — Me observa con una mirada atentadora. — Que no llegue a hacerte daño.

— Está bien... — Suspiro para calmar mi  s nervios.

— No te preocupes Johana, se que podrás. — Me anima sonriendo y acariciandome con el hombro.

Entré de nuevo observando la multitud. Miraba toda esa gente alborotada en los asientos por ver una ridícula pelea. Me planté en medio de la arena, y empecé a crear una estrategia rápida. Las otras compuertas empezaron a abrirse dejando paso a la duquesa del elemento Planta.

— ¿Tienes miedo? — Escuchó una voz detrás de mí. Me giro rápidamente y veo a una flor de color turquesa con una pequeña boca dentro de esta saliendo de la tierra. Me volví a girar ya que sabía que era obra de ella.

— No. — Contesto con furia. — ¿ y tú, lo estas? Porque parece que sí. 

Llegó hasta estar en la misma distancia que el anterior luchador. Y dispuesta me miraba. — Yo no le temo a nada.

El mismo tío gritó por la trompeta la iniciación de la lucha cortando la tensión provocada por el ambiente.

En los últimos segundos creé la barrera circular para protegerme de todo ataques, ya que un golpe podría acabar conmigo en estas circunstancias. Ella empezó hacer crecer raíces de árboles de entre la arena, haciéndose cada vez más y más grandes y gruesas con pinchos afilados de aspecto terrorífico.

Abrí mis manos y lance un rayode luz directamente hacia ella. Arminia interpuso el ataque con sus barreras hechas de raíces destruyendo completamente la luz. De repente flores empezaron a surgir de la nada en cada lado  del campo de batalla.Me sentía atacada, pero sabía que venirme abajo iba a entorpecer la pelea, así que empecé a contraer una esfera y la lance al aire liberando miles de rayos de luz que caían en forma de meteoritos. Arminia contra atacó justamente en el momento que caían las bolas de energía  haciendo que las raíces fueran hacia mí en forma de cuchilla, impactando contra mi barrera dejando grandes grietas. Los rayos de luz impactaron en la tierra haciendo desaparecer las flores apunto de florecer.

El público empezó a levantarse callados completamente al contemplar tales hazañas.

— Eres buena. — me mira con cara orgullosa de sí misma. — Pero no se si serás lo suficiente para derrotarme. Rie.
— Créeme esto no es nada. — Digo en alto mirándola fijamente a los ojos. — Sólo te estoy observando. Rio. 

De pronto grandes flores empezaron a brotar invadiendo completamente el lugar. —  Esto, no es nada.

Se que es el mismo poder que el mío. Sólo que ella es diferente al crear algo, supongo que sólo puede crear tipos de flores, y sin embargo yo y los de tierra podemos crear figuras de lo que pensemos.

Las flores de color carmín se abrieron dejando caer un polvo morado que se desprendía por toda la zona. Muchas raíces empezaron a salir rodeando mi defensa dejándome sin salida alguna. Pensaba que era mi fin. El polvo empezó a chocar contra la barrera haciéndola más débil, y aprovecho para atacar con sus enormes raíces destruyendo mí barrera por completo. Fue un momento muy rápido, lo que desprendía las flores tenía muchísimo poder. Caí al suelo y una de sus ramas me agarró por la cintura y empezó a sujetarse en mí enroscandose como si  fuese una serpiente. Estaba acabada, mi derrota estaba por venir.

— Bien, guapísima. — ríe durante un buen tiempo. — ¿ Que decías? Sabes, he perdido la cuenta desde que no pierdo. Y tampoco voy a aceptar a una reina débil. ¿Entiendes?

Las lianas me apretaba cada vez más haciéndome imposible respirar y causando un gran dolor en mis heridas. Mis pensamientos se estaban nublando poco a poco dejándome sin sentido alguno, como si entrara en una especie de trance. Podía escuchar hasta que de pronto se me oscureció todo y una gran fuerza empezó a gritar fuerte dentro de mí interior.

Al Otro Lado Del Mundo.(La Profecía De La Luz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora